Nicaragua: – EL CUERPO DE LA MUJER ENJAULADO

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

El 26 de Octubre de 2006 la Asamblea Nacional Legislativa de Nicaragua aprobó la ley que anula el artículo 165 del Código Penal que permitía el aborto terapéutico. Quienes transgredan la ley pueden ser castigados con cuatro a ocho años de cárcel. Su aprobación contó con el apoyo de una coalición conservadora patriarcalista compuesta por la derecha, el Partido Liberal Constitucionalista y la izquierda representada por el Frente Sandinista.

Esta Alianza revela mucho más que un mero oportunismo electoral. En este conflicto social se podría decir que la clave esta en entender y demostrar como el anti-aborto opera en la identificación y deseos de sus participantes.

Durante la Administración del Presidente Reagan el movimiento “pro-life” energiza las bases evangélicas transformándolas, hasta hoy día, en una poderosa fuerza política que extiende su esfera de influencia, no solo hasta el Presidente Bush, sino también, hasta la América Central, en donde se trasforma en la fuerza religiosa hegemónica.

Si este discurso, dice el psicoanalista lacaniano Mark Bracher (1993), ha logrado crear intensa oposición al aborto en tanta gente es porque ha tenido éxito al presentarlo como extremadamente amenazante a cierto sistema de valores y creencias. Lo que esta en juego aquí no es solo el aborto. Es, también, un código moral completo y, mas allá de él, una concepción del mundo o una filosofía de la existencia.

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El argumento fundamental es el de que el feto posee el estatus de persona, lo que transforma al aborto en un crimen. La lógica del argumento corre mas o menos así …zygotes / embriones / fetos son seres humanos en el sentido completo del termino, por lo que merecen protección …el aborto mata zygotes / embriones / fetos, por tanto …el aborto es crimen y …cualquiera que apruebe el aborto, aprueba el crimen. Este argumento coloca la práctica del aborto fuera de la ley y quien lo practica es excluido, no solo de la Ley de la Nación, sino, mas fundamentalmente, de la ley de Dios o de la Ley Natural. El resultado es negarles a tales sujetos el reconocimiento y amor provenientes del Sistema. Remover, en breve, toda posible gratificación.

La amenaza a la auto-identidad que el discurso anti-aborto indirectamente proyecta se expresa a través de la defensa de ciertos «significantes maestros» que forman el núcleo, dentro del «orden simbólico», de lo que sentimos como ego y que el aborto coloca en peligro …persona, orden natural, maternidad, paternidad. Uno de los mas prominentes, por supuesto, es el significante «vida». El logro mas importante del movimiento anti-aborto ha sido el de establecer relaciones metonímicas y metafóricas entre «feto» y «vida».

Su mayor esfuerzo teórico es posible apreciarlo en su constante intento de construir, expandir y ampliar los lazos verbales entre el término concreto «feto» y el valor abstracto «vida». Y en tanto logra convencer a su auditorio de ello, el aborto, al destruir al feto, se construye como una amenaza a la «vida», amenaza que en palabras de Ronald Reagan, atenta en contra de la verdadera «santidad de la vida humana» designada como valor último y, por tanto, significante trascendental, absoluto, estable y sin ambigüedad.

Lo interesante de hacer notar aquí es el hecho de que una encuesta llevada a cabo por un instituto católico progresista –The Quijote Center– muestra una pobre correlación entre anti-aborto y otras posiciones «pro-vida»(como por ejemplo, los movimientos por la paz y la lucha en contra de la pena de muerte, las aventuras bélicas, los mataderos de animales …).

Esta correlación negativa pone en duda la auto-proclamación del discurso anti-aborto al titulo de “defensores de la vida” y, mas bien, indica que sus motivaciones se originan, no en la «reverencia por la vida,» sino, en algo diferente que se deja traslucir en el esfuerzo del fundamentalismo religioso al insistir en mantener ciertos valores e ideales como sacrosantos– Naturaleza, Familia, Maternidad — y cierta definición de ellos que los revela como sostenedores de una agenda conservadora y tradicional.

Estos significantes maestros funcionan como fuentes de identidad y valor que proporcionan sentido a la existencia. El aborto se percibe como una amenaza porque no es un acto “natural” y se opone a las consecuencias naturales del sexo que, para una gran mayoría de los que se definen como pro-vida, es la procreación. Lo natural es bueno, correcto y real y todo aquello que lo niega o descontextualiza es concebido como una amenaza al yo.
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La “maternidad” provee la identidad sexual femenina. El cuidado de los hijos y la familia es el papel más satisfactorio y significativo que una mujer pueda tener. El aborto niega la santidad de la maternidad al expresar implícitamente que la crianza de los hijos no es el único papel o, necesariamente, el más importante en la existencia de la mujer.

Para quienes ven la reproducción como fuente esencial de identidad, su amenaza genera tremenda ansiedad tanto en las mujeres como en los hombres. Desde el momento que no hay una formula fija que defina lo que significa ser una mujer en relacion al hombre y viceversa, la maternidad se presenta como el significante trascendente que compensa la ausencia de una esencia ultima.

Una de las instituciones que con más fuerza interpela a los individuos en esta dirección es la que encontramos en las religiones monoteístas. En la tradición cristiana, especialmente en el catolicismo, el discurso de la maternidad contiene una variedad de significantes tales como Padre, Madre, Sociedad, Cosmos y Dios que juegan un papel activo en la promoción de la maternidad como fuente absoluta de identidad.

El aborto, al ser presentado como una amenaza a la “maternidad” y “paternidad”, al igual que a la “vida”, la “persona” y a lo que es “natural”, amenaza, en su raíz misma, a la identidad de los creyentes que esta inscrita en el orden teológico mismo. La oposición es parcialmente motivada por la necesidad de proteger la santidad y posesión de ciertos significantes claves que son esenciales en la mantención de una sociedad jerárquica sostenida por la «Ley del Padre».

No es coincidencia que los castigos más crueles en contra de la mujer que practica el aborto se den en aquellos paises en que predomina un sistema extremadamente patriarcal, ideológicamente fundamentalista y políticamente anti-democrático. En este retorno de las fuerzas medievales… ¿Cuál será el próximo que siga la misma ruta?

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* Escritores y docentes. Residen en Canadá.

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