No hay expulsiones del paraíso fiscal
Julio Godoy, IPS
El último intento internacional para combatir los paraísos fiscales fue un fracaso.Unos 200 expertos en finanzas internacionales se reunieron el mes pasado en Montecarlo para estudiar reglas más duras contra la evasión fiscal. Esta ciudad se encuentra en el principado de Mónaco, al sur de Francia, uno de los más conspicuos paraísos fiscales de Europa.
"Discutimos la evasión en el corazón geográfico del problema", dijo uno de los especialistas que participó en la conferencia, de nacionalidad francesa. "Mónaco tiene muy mala imagen, incluso en la comunidad financiera internacional."
Mónaco, Andorra y Liechtenstein son los últimos paraísos fiscales europeos acusados de no aplicar las normas voluntarias de transparencia financiera e intercambio de información de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), entre cuya treintena de miembros figuran todas las economías del Norte rico.
Pero la reunión en Montecarlo, organizada por el Grupo de Acción Financiera de la OCDE, demostró, al menos, que la lucha contra la evasión fiscal volvió a inscribirse en la agenda internacional.
La OCDE y su Grupo de Acción Financiera libran desde comienzos de los años 90 una batalla contra los paraísos fiscales, refugio de fondos especulativos, de evasores y procedentes de actividades delictivas.
Un paraíso fiscal es un territorio –estado o jurisdicción dentro de un estado– donde los impuestos son bajos o nulos. Eso invita a personas adineradas o empresas a depositar allí sus haberes, con el fin de escapara a los gravámenes en sus países.
Siempre son centros de lavado de dinero, porque se hacen pocas preguntas a los depositantes sobre la fuente de ingresos o su destino.
Los esfuerzos de la OCDE y del Grupo de Acción Financiera han sido infructuosos. Estos son "los tiempos económicos más difíciles que hemos afrontado en muchas décadas", dijo en octubre, en una conferencia en la sede de la OCDE en París, el director general de la organización, Ángel Gurría.
Esa reunión, propuesta por Alemania y Francia, los países que con más ahínco promueven el control o clausura de los paraísos fiscales, se realizó para analizar el rescate de instituciones financieras afectadas por la crisis, muchas de ellas a causa de sus actividades especulativas.
"Acordamos prestarles dinero a los bancos para rescatarlos de la quiebra, pero al mismo tiempo ellos no podrán continuar trabajando con paraísos fiscales", los cuales deberían ser cerrados, dijo el presidente francés Nicolas Sarkozy.