Nota al pie, o disparos, de la guerra mundial en curso

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Néstor Francia.*

El imperio y sus cipayos saben perfectamente, al menos en Venezuela, que la batalla es mundial, total. Por eso han levantado un muro comunicacional e institucional dispuesto para arropar de modo global al mundo con mensajes, ideas, conceptos, operaciones conducentes a convencer a los seres humanos que los valores que promueven son universales, eternos, incontestables.

 

La democracia es su democracia, los derechos humanos solo valen si no son ellos quienes los violan, la libertad es la que ellos proclaman, la medida del éxito es la que ellos imponen.

Para consagrar su podredumbre sistémica han urdido una red aparentemente inextricable de medios de comunicación, gremios diversos, ONG, intelectuales, instituciones “respetables”, personajes notables. El caso Zuloaga es un buen ejemplo de ello.

Ante los crímenes recurrentes que ocurren en Honduras contra periodistas y ciudadanos, esta telaraña permanece inmóvil, pero apenas se ve involucrado un ricachón como Zuloaga, la red se sacude y entra en acción como si de un genocidio se tratara.

Abundan las declaraciones, los comunicados, las denuncias, las advertencias y amenazas. El abanico es amplio: la SIP, la AIR, el embajador de Panamá ante la OEA, Álvaro Vargas Llosa el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano, John Kerry, el ex presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Carlos Ayala Corao, el ex presidente de  la Comisión Interamericana de Derechos Humanos Claudio Groosman, el relator para la Libertad de Expresión de la ONU Frank La Rue, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), el presidente de la Academia de Televisión de España, Manuel Campo Vidal, el presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), Fernando González Urbaneja, el Observatorio Iberoamericano de la Democracia, la Asociación Iberoamericana del Derecho de la Información y Comunicación, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).

En Venezuela, por supuesto, los partidos de oposición, la canalla mediática, los políticos presos, la Conferencia Episcopal, el Bloque de Prensa Venezolano, los gremios patronales, los escribidores oficiales de la contrarrevolución, los intelectuales orgánicos del capitalismo. Todos han saltado al unísono como sapos ensartados. Es una maquinaria bien aceitada, silenciosa o débil ante crímenes como los que comete Israel en Gaza, vociferante e implacable cuando se trata de atacar a gobiernos nacionalistas y progresistas.

Ante esta realidad, no caben dobleces, ambigüedades ni debilidades. Es una guerra mundial de clases, un momento histórico decisivo que no admite caminos intermedios. La disyuntiva es clara: o son eliminados de la faz de la tierra el imperialismo y el capitalismo, o se extingue la especie humana. Es una lucha de la diversidad y la libertad contra el monolitismo y la dictadura mundial.

En ese sentido es contundente y justa la respuesta que da el Gobierno Bolivariano ante esta arremetida de la jauría imperial. El canciller venezolano, Nicolás Maduro, dijo que nuestro país no acepta chantajes, al aludir a las expresiones de la canalla internacional. Maduro anunció que se ha comunicado con los titulares de algunas instancias internacionales, a quienes les remarcó que el Gobierno del presidente Hugo Chávez no acepta chantajes:

“Se ha dictado una medida ajustada a la Constitución y a la Ley y nadie, de ninguna parte del mundo, puede venir a tratar de chantajear (y sostener) que el Estado venezolano no funciona sino consultamos a determinados organismos o Gobiernos del mundo para ver si se toma una decisión o no…Somos un Estado independiente, afortunadamente, gracias a la revolución, al comandante presidente Hugo Chávez y al pueblo, y seguiremos defendiendo la justicia, la independencia y la transparencia de las instituciones venezolanas”.

El jefe de la diplomacia venezolana insistió en que “ningún organismo internacional, personalidad o Gobierno debe inmiscuirse en los asuntos internos venezolanos, sea de sus instituciones del poder Judicial, Legislativo, Electoral, Moral o del Ejecutivo, que toman decisiones autónomas en asuntos internos”. Así es que se gobierna, es la misma actitud digna que tomó Cuba cuando era atacada por todos los costados en los años 60 del siglo pasado, en momentos en que el Imperio reinaba sin contrapesos en toda América, con excepción de la isla de la dignidad.

El caso Zuloaga desplazó de los principales titulares de la prensa de la derecha la matriz reina hasta el sábado, referida a los alimentos de PDVAL descompuestos, aunque esta sigue presente en reportajes interiores y columnas de opinión. Mientras tanto, Datanalisis da cuenta de que Chávez ha “recuperado” popularidad y se comienza a anunciar la victoria chavista el 26-S, tímidamente, con matices y sin terminar de decirlo con todas sus letras.

Luis Vicente León, directivo de la encuestadora de oposición, publicó ayer un artículo en El Universal, bajo el título “¿Chávez sube?” donde asoma cosas interesantes entre líneas, por ejemplo:

“En febrero de 2009, Chávez había llegado a su nivel más bajo desde el 2004 (42%). No obstante, logra recuperar terrenos recientemente, debido a una intensa comunicación de masas y a la construcción de chivos expiatorios, con los que intenta liberarse de su responsabilidad sobre los principales problemas del país”.

Y también: “Hoy las fuerzas de gobierno y oposición están equilibradas en votos potenciales. Sus diferencias son en términos de la ubicación de esos apoyos. La oposición en las grandes ciudades y el Gobierno en el interior, de donde no vienen los votos pero sí más diputados. Ese sesgo hace a Chávez favorito para la AN, aunque no necesariamente en el número de votos”.

A confesión de parte, relevo de pruebas.

* Analista de asuntos políticos.

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