Notas breves sobre el antisemitismo
Se discute mucho sobre el antisemitismo. Creo que hay que encontrar un análisis sistémico, que haga del problema algo sencillo y claro. Obviamente, el tema es muy complejo, y genera tantas pasiones, que cualquier tentativa de esquematización, es inevitablemente incompleta. Pero, dar unos grandes rasgos, puede ser útil. Vamos a intentarlo.
Antes que nada hay que recordar que hay un antisemitismo histórico, que es la base de la ola de antisemitismo que se está despertando en toda Europa. Esto tiene razones históricas, debido al resentimiento que creaban los judíos, durante todo el medioevo, y por lo menos hasta la llegada del Renacimiento, cuando la Iglesia pierde su poder de control absoluto.
Durante 1.400 años, los judíos eran la única minoría no cristiana, presente en toda Europa, más culta y brillante que los cristianos, que eran incultos, bárbaros y violentos. Un príncipe feudal que sabía leer y escribir despertaba suspicacias. Fuera de los monasterios, no había escuelas. Y la Iglesia encontraba conveniente ligar a los judíos a la crucifixión de Cristo…Los judíos no aceptaban convertirse, tenían su propio sistema religioso, que practicaban en comunidades cerradas. Para la iglesia, que ejercía un poder total, la existencia de un sistema que se les escapaba, y de un nivel cultural importante, y con otra lectura religiosa, era inaceptable. Fuera de indicarlos como los deicidas, que habían crucificado a Jesús, (la crucifixión era una pena romana, no judía), se pasó activamente a excluirlos de la sociedad. En el momento en que la riqueza era la tierra, se les prohibía tener tierras, y nunca fueron agricultores. Se refugiaron en actividades que los cristianos no practicaban. Los judíos podían practicar finanzas, que la Iglesia había prohibido; ser también activos en el comercio, gracias a que tenían comunidades en toda Europa.
Si van a Bérgamo, podrán ver una capilla dedicada a un niño que, según la creencia popular, había sido sacrificado por los judíos en ritos misteriosos. Obviamente, después se descubrió que no era cierto. Pero este niño en su momento fue declarado beato, y una linda capilla barroca está dedicada a su nombre. Las Tablas de los Sabios de Sion, en la cuales se describe el plan de control del mundo de los judíos, también es un documento falso. Sin embargo, aun hoy está en circulación. Y hay que recordar que la Iglesia hoy ha abierto un dialogo de paridad con los judíos, reconociendo que han sido víctimas de discriminación.
Miren la historia del Renacimiento y de Florencia. Para escapar de la acusación de usura, los florentinos que se hacían ricos regalaban iglesias, hospitales y donaciones. Hace dos años hubo una magnífica exposición en Palazzo Strozzi sobre esto. Con el desarrollo del protestantismo, se crea un conflicto religioso sin precedentes, que causará millones de víctimas (otro conflicto hoy superado) Y Martín Lutero, se une a la campana antijudía, porque tenían un poder que no era penetrable.
Los judíos pasan a ser la oveja negra para protestantes y católicos. Todos están en contra de los judíos. Los progrom eran una manera de confiscar la riqueza que acumulaban los judíos, justificándolos por razones religiosas.
Este antisemitismo, frecuentemente inconsciente, sigue hoy. Se dice: los judíos dominan las finanzas y los medios. Cierto, pero no por un complot de poder, que se descubriría fácilmente, sino porque son competentes y brillantes. Véase en las orquestas del mundo cuantos judíos hay, y son siempre mucho más que su porcentaje de la población. Vean en literatura, en teatro, en cine, en medicina, en ciencia, y en lo que quieran. Por siglos, en la Edad Media, los mejores médicos eran judíos, y es obvio que una minoría perseguida por siglos desarrolla una capacidad de sobrevivencia superior a la masa, gracias al hecho que han empezado a estudiar 1.500 años antes de los cristianos, católicos y protestantes.
La condición de la mujer en la familia judía ha estado años luz por delante de la familia cristiana. Hoy en Roma, se ve resurgir este sentimiento, en el mundo comercial y de las finanzas. Una parte proporcionalmente superior de las tiendas del centro son de judíos. Cuando hay una fiesta judía importante, muchas tiendas están cerradas. Esto, obviamente, produce comentarios.
Los judíos son muy importantes en la economía y esto se nota. Este antisemitismo, que para mí es fruto de un sentimiento de inferioridad, existe y va a existir por mucho tiempo, aunque la diferencia cultural de los gentiles y de los judíos se va reduciendo.
Sé que voy a meterme en un lío, y lamento si no se me entiende, pero desde que los gays han salido del armario, ahora también se habla de la solidaridad entre los gays para aumentar su poder, etc. Los que son diferentes, y tienen éxito, siempre despertarán envidias y odios. Y ahora hay una salida cómoda para los que usan lo diverso, para fines políticos: los inmigrantes de fe musulmana, porque son realmente muy diferentes, y convencidos de que lo que los hace diferentes no es negociable.
Integremos estas reflexiones históricas con lo que está pasando en la actualidad.
1. Hay un antisemitismo político, que viene con los residuos del fascismo y del nazismo. La AfD en Alemania, Vox en España, a nivel di dirección, claman, como Marine Le Pen, que sus partidos no son antisemitas. Pero muchos en su bases lo son, por herencia mecánica del bagaje ideal y cultural del nacional socialismo. Si alguien ensucia tumbas o pone esvásticas en la puerta de una sinagoga, son ellos. Y este antisemitismo es ideológico, no religioso ni social. En cambio no es una característica central de los soberanistas, xenófobos y nacionalistas, que están tomando el poder en Europa: Viktor Orbán, Matteo Salvini, etc. El diferente es el musulmán, el negro, los paquistaníes, y sobran los enemigos a indicar.
2. Hay un antisemitismo en la comunidad musulmana en Europa, por parte de los árabes, paquistaníes, musulmanes africanos, etc. Esto es obvio e inevitable. El estado de Israel que ha comenzado expulsando centenares de miles de árabes de sus casas, ha sido percibido como un cuerpo ajeno, y desde su nacimiento hay un endurecimiento objetivo de las condiciones de los árabes en Israel, con aumento de los colonatos, etc.
Cuando se creó el estado de Israel, nadie le preguntó su opinión al mundo Árabe. Israel fue percibido como una decisión de Inglaterra, con el apoyo de Europa y Estados Unidos. De las Naciones Unidas, en aquel momento formaban parte 54 países… hoy nunca pasaría una resolución parecida. Bastaría Arabia Saudita, para comprar la abstención de varios países, como estamos viendo con la venta de armas. Francia, Inglaterra y Estados Unidos (mayoría entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad) han hecho lo imposible para convencer a Alemania a que siga comerciando armamento con Riad, que lo usa en Yemen… (Un paréntesis: los cinco miembros permanentes del Comité de Seguridad de las Naciones Unidas, encargados de asegurar la paz, son responsables del 82% de la venta de armas en el mundo).
En cómo se ha creado el Estado de Israel, sin consultar y negociar con los países árabes, reside el gran problema del Estado Israelí, necesario para dar una patria a millones de personas desparramadas en el mundo, que no la tenían desde la conquista de Jerusalén por el Emperador Tito, en el año 73 d.c. Pero, no nos debe sorprender que los árabes se sintieran invadidos por una operación occidental, aunque los judíos volvían a su tierra de origen. Si la comunidad internacional le ha dado un Estado al pueblo judío, ¿por qué no le ha dado un estado al pueblo Kurdo? Porque han cambiado los tiempos, y hay países como Iraq, o Siria, que no eran miembros de Naciones Unidas en aquel momento, y hoy lo son, y con Turquía pueden bloquear cualquier iniciativa occidental. Y recordemos que, tras la caída del Imperio Otomano, al fin de la Primera Guerra Mundial, los occidentales –con el acuerdo de Sevres, en 1920– habían dado una patria a los Kurdos. Y esta patria ha sido cancelada (Tratado de Lausana, 1923) por la resistencia de los países en que se encuentran desparramados los kurdos, que son 30 millones, mientras Israel son apenas nueve millones. El mundo ha cambiado, las Naciones Unidas hoy está formada por 193 países.
El nacimiento de Israel fue fruto de otra época, en la cual el occidente no necesitaba consultar al mundo Árabe. Y recordamos todo esto para que se entienda que no es razonable esperar que la comunidad musulmana en Europa apoye a los judíos. Y en las manifestaciones de masas, como la de los “chalecos amarillos”, los musulmanes pueden participar sin problemas, y expresar lo que se le dé la gana. Y concluimos esta reflexión con una pregunta seguramente políticamente incorrecta: en manifestaciones anti-elite, como la de los chalecos amarillos, ¿cómo creen que son percibidos los judíos? ¿Parte del pueblo ignorado y resentido, o parte de la elite?
3. Hay un elemento que está creciendo considerablemente, y que es transversal en las tres categorías enunciadas. Y es la política de Netanyahu, que se vuelve cada día más inaceptable. Puede ser que sea para asegurarse la impunidad ante la posibilidad de la prisión, a la que le llevarían las graves acusaciones que le hace la justicia israelí, o porque tiene la sed de poder que caracteriza hoy a muchos de los políticos. Cada año ha aumentado la discriminación de los árabes, y ha formado gobiernos con los partidos más extremistas y ultra religiosos. Ha llegado al extremo de pasar una ley, donde solo los judíos son ciudadanos legítimos de Israel, que contradice la visión de los fundadores de Israel. Y por fin, ha llamado a participar en su gobierno a un partido de extrema derecha, Hogar Judío, tan racista, que siempre había sido excluido de la política.
Esto, nos guste o no, crea un fuerte rechazo en la opinión internacional. Y Netanyahu utiliza una treta: para los judíos la existencia del Estado de Israel, es algo primario, el sueño después de siglos de ser en realidad apolides, apoyan a Netanyahu, tapándose la nariz. Cuando discuto con mis amigos judíos romanos, me dicen: tú no puedes criticar a Israel, solo nosotros lo podemos hacer. A lo cual contesto: pero Uds. no lo hacen, y dejan que Israel se vaya al diablo… y Netanyahu utiliza otra treta: si criticas a Israel, eres anti sionista, o sea estas en contra de la existencia de Israel…
Conclusiones: Netanyahu ha abierto un camino de confrontación con los palestinos (que son ahora más débiles, ya que los árabes han aceptado la existencia de Israel, y los están abandonando), lo que inexorablemente va a llevar a abandonar la idea de dos estados, previstos en el plan original de Naciones Unidas.
Esto significa un estado único, con árabes ciudadanos de segunda categoría (ya ahora están excluidos del ejército, de la policía, y de varias estructuras estatales). La demografía, inexorablemente, señala un aumento de los ciudadanos árabes en un estado único, que con el contemporáneo crecimiento de los los integristas Haredin, generará un futuro de choque. Vamos hacia una situación de apartheid, un Estado que va a ignorar los derechos humanos, y que se va a mantener sólo por la fuerza.
Mientras tanto, los estados árabes se van alineando con Israel, en la común preocupación por Irán. Ya son públicas las negociaciones de acercamiento entre Arabia Saudita e Israel. Los palestinos van a ser, cada vez más, vistos como víctimas, y van a despertar cada día más solidaridad. Y esto se va a transformar en un decisivo apoyo al antisemitismo histórico.
Se puede responder, por parte Judía, que el problema de los palestinos es que no tienen un liderazgo competente; que han perdido varios momentos históricos, como con el camino de paz abierto entre Arafat y Rabin en Oslo en 1993; que Hamas, que gobierna Gaza, en la realidad no reconoce el derecho de Israel a existir; que el éxodo de los palestinos (entre 100.000 y 250.000, según las estimaciones), fue inducido por los árabes y no por Israel; se pueden usar todas las explicaciones posibles. Pero la realidad no cambia: el Estado de Israel nació como estado laico, basado en los derechos humanos, que en su intención original consideraba iguales a los palestinos y a los judíos. Se puede contestar, de parte israelí, que fue la guerra árabe en contra de Israel, que rompió esta visión.
Pero, la lectura de la historia, desde el 1948, no cambia. Desde que el Likud, el partido de Netanyahu, está en el gobierno, la condición y el futuro de los palestinos ha ido empeorando. Ya los asentamientos judíos son como las manchas de una piel de leopardo, lo que hace imposible la creación de un estado palestino. Y Donald Trump, con su plan de paz, tejido por su yerno Jared Kushner, va a dar otro golpe durísimo a los palestinos. Trump apoya a Netanyahu no por los votos de los judíos americanos (alrededor de 6 millones, en gran parte laicos que miran con preocupación el futuro de Israel como estado laico e inclusivo) sino porque esto le da el apoyo de los evangélicos americanos, que según Wikipedia son ya un cuarto de la población estadounidense, y creen que la vuelta de Israel a sus antiguos confines es una condición indispensable para que Cristo vuelva a la tierra, y los premie como únicos justos.
Con el progresivo deterioro de las condiciones de vida de la población Palestina, y el aumento inevitable de los musulmanes en Europa, el anti-sionismo va a crecer inexorablemente, legitimado por la realidad en el terreno. Y, lo que es peor, la radicalización va a seguir, en un camino en el cual a Israel sólo le va a quedar el uso de la fuerza, para controlar el inevitable disenso. La cuestión palestina sólo puede ser solucionada por Israel. Pero ya una gran parte de los israelíes no creen más en el diálogo con los palestinos, y viceversa. Y la técnica de Netanyahu, de predicar un estado sitiado por el enemigo, fortalece el espíritu de Masada, la fortaleza judía, donde toda la población decidió un suicidio colectivo en la primavera del año 73 d.c., cuando se dio cuenta que los Romanos estaban por invadirla…
(*) Periodista, economista, politólogo y escritor italo-argentino, presidente emérito y fundador de IPS en 1964. Miembro del Consejo Internacional del Foro Social Mundial (FSM) y fundador- presidente de Other News.