Nubarrones: El Caribe no iría a la Cumbre de las Américas si hay exclusiones
Crece el descontento en Latinoamérica y el Caribe por la decisión del gobierno estadounidense de no incluir a todos los países del hemisferio en la Cumbre de las Américas pautada para celebrarse del 6 al 10 de junio en Los Ángeles: los países de la Cumunidad del Caribe (Caricom) expresaron que no concurrirán a la cita si se concreta la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Varios países del continente han exigido que la reunión sea verdaderamente continental, sin marginaciones ni exclusiones, y han señalado que la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua es una decisión con visión hegemónica, que prioriza la situación interna y electoral de Estados Unidos, de cara a las elecciones parlamentarias de noviembre.
Más allá de que estas cumbres ya han perdido su objetivo inicial que era el de formar el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), derrotada en 2005 en la reunión de Mar del Plata (Argentina), la decisión de la Casa Blanca pone en problemas al resto de los gobiernos que deben tomar la decisión de asistir -o no- a una cumbre con exclusiones.
El embajador de Antigua y Barbuda en Estados Unidos, Ronald Sanders, reveló la decisión y pidió la celebración de una cumbre entre EU y Caricom, que lleva siete años sin celebrarse tras el último encuentro de Jamaica. Durante un seminario web organizado por la Universidad Internacional de Florida y el Centro de América Latina y el Caribe en Washington, Sanders afirmó que la política de Washington hacia el Caribe «no ha sido efectiva durante ese tiempo».
Describió la política estadounidense durante la presidencia de Donald Trump como “divide y vencerás”, especialmente con respecto a Cuba y Venezuela; al tiempo que lamentó que no se hayan realizado consultas de alto nivel desde que asumió el presidente Joe Biden sobre la política de su país hacia el Caribe. Añadió que EU se enfoca en aislar a Cuba y disuadir a los países de Caricom de formar lazos con China.
Sanders aseveró que “al igual que si se sigue reconociendo a (Juan) Guaidó, varios estados del Caribe no irán. La Cumbre de las Américas no es una reunión de EU, por lo que Washington no puede decidir quién está invitado y quién no”.
Asimismo, el presidente de Bolivia, Luis Arce, afirmó que todos los países de América Latina deben ser invitados a la IX Cumbre de las Américas: “la IX Cumbre de las Américas plantea ‘Construir un futuro sostenible, resiliente y equitativo’, reto que no se materializará si se desconoce el pluralismo, se ignora el principio de autodeterminación y se veta la participación de países hermanos”, señaló.
Arce añadió que “todos los países que formamos parte de este gran continente somos americanos, y lo somos en nuestras semejanzas y en nuestras diferencias” y rechazó la exclusión “de los pueblos y las voces en Nuestra América” mientras aseveró que no existe ningún argumento razonable que la justifique y exigió “el respeto a la dignidad y soberanía de los pueblos”.
Por su parte, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador dijo que prevalecen intereses partidistas, políticos y económicos que sacan partido y trafican con el dolor de los pueblos, y por eso no se cambian las viejas prácticas anacrónicas.
“Hay que atreverse y dejar la politiquería. Viene una elección en Estados Unidos (noviembre) y dicen: ‘lo que nos va a dar votos es hablar mal de los migrantes’. Y ahí va toda la campaña en contra de ellos, la xenofobia. El gobernador de Texas diciendo que va a declarar que están siendo ‘invadidos’ por los indocumentados. Es una exageración, es muy deshonesto, es una desproporción”, subrayó.
López Obrador arribó a Guatemala, primera parada de una gira de trabajo en la que también visitará Belice, El Salvador, Honduras y Cuba, donde planteó nuevamente la unión de América sin exclusiones: “No podemos enfrentar el problema únicamente con puestos fronterizos o leyes más severas, o con muros y policías, sino con bienestar, seguridad y paz en los puntos de partida de los viajeros, en sus lugares de origen”, dijo.
El influyente Los Angeles Times destacó que“México está demandando que todos los países de las Américas sin distinción sean invitados a la cumbre, y “eso incluiría a los tres parias de siempre, Cuba, Venezuela y Nicaragua”.
“La pregunta es, si el presidente López Obrador de México, pondrá en riesgo la relación bilateral con su socio comercial más importante, para defender a una izquierda que no es real. Para muchos en el continente esa izquierda ha servido de pantalla para que tres gobiernos dictatoriales sigan manteniendo secuestrados a tres países que si fueran libres, podrían ser importantes y hasta prósperos”, añadió el diario.
A Washington le gustaría convencer a los países del continente de emitir durante la próxima cumbre una resolución a favor de Ucrania. Washington sabe que esto será difícil, porque los países del continente prefieren mantenerse sin tomar bando. México, Brasil, Argentina tienen sus propios compromisos hechos con Rusia, y votaron contra la invasión en la ONU por la presión que puso Estados Unidos sobre ellos, pero de allí a unirse en una resolución continental hay mucha distancia.
El diseño de la política exterior del gobierno de Biden no consideraba a América Latina como, salvo en tres planos menores: frenar la creciente migración de centroamericanos vía México, dar un golpe de timón en la política hacia Venezuela, donde los intentos por derribar a Nicolás Maduro demostraron ser inútiles y multiplicar los diálogos con líderes regionales con el objeto de poner obstáculos al avance de China en el espacio hemisférico.
En diciembre último, Biden convocó a una cumbre global de las democracias, de la que excluyó –además de China y Rusia- a ocho países latinoamericanos: Venezuela, Nicaragua, Cuba, Bolivia, El Salvador, Honduras, Guatemala y Haití. Pero en nombre de la “democracia” invitó a Filipinas, Pakistán e Irak,
Mientras, el jueves 5, Biden señaló: “Somos una nación de inmigrantes”, e instó a los legisladores de su país a aprobar la reforma migratoria que impulsa su gobierno y se encuentra estancada en el Congreso, al conmemorar en la Casa Blanca la efeméride mexicana del 5 de Mayo, acto que tuvo como invitada de honor a Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de Andrés Manuel López Obrador.
La cumbre
La “cumbre” se realizará entre el 6 y el 10 de junio, bajo el lema “Construyendo un futuro sustentable, resistente y equitativo”. Y su declarada misión es promover, de acuerdo a lo declarado por representantes del país anfitrión, el combate a la pandemia del Covid-19, una recuperación “verde”, un manejo “integral” del fenómeno migratorio y la búsqueda de un consenso hemisférico respecto a los desafíos que enfrenta hoy la democracia, como forma de gobierno, en toda la región.
Esta será la novena de una serie de cumbres que se inauguraron en Miami, en 1994. A la octava, que se llevó a cabo en Chile en 2018, el entonces presidente de EU, Donald Trump, no consideró necesario asistir y se hizo representar por el vicepresidente Mike Pence. La cumbre siguiente, programada para 2021, se pospuso debido a la pandemia.
El menú de la agenda incluye debates sobre transparencia, corrupción, inclusión, equidad, sustentabilidad cambio climático, enfoques humanitarios sobre la migración y respeto a grupos discriminados, incluyendo indígenas y mujeres. Si bien para Biden la tarea central era reparar los daños causados a las relaciones con la región durante la presidencia de Donald Trump, todo indica que prefiere seguir la misma línea trazada por su antecesor.
*Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)