NUEVO EVANGELIO. EL TURNO DE JUDAS

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

En rigor la existencia del Evangelio de Judas no era desconocida. Lo menciona de manera indirecta, en la segunda centuria del cristianismo, San Irineo en un tratado sobre la herejía. El texto del recaudador de impuestos que siguió al Cristo está contenido en un antiguo códice escrito en copto, probablemente del siglo III, encontrado en Egipto en 1970.

Para los cristianos se trata de un texto trascendental, que pone en duda –por su sola existencia– la veracidad de los cuatro evangelios que conforman el Nuevo Testamento, especialmente los de Mateo, Marcos y Lucas, que se refieren en forma directa a la vida, pasión y muerte de Jesús; el Apocalipsis de Juan es un discurso de otra índole y en lo básico una profecía.

En la tarde del jueves los cables anunciaron que la revista estadounidense National Geographic publicaba una versión en inglés de este quinto Evangelio, a la par que aseguraba que el papiro –equivalente a unas 31 carillas contemporáneas– era legítimo y correspondía a la copia de un original mucho más antiguo.

La autentificación del documento se habría realizado más allá de dudas razonables utilizando numerosas técnicas que se aplican rutinariamente a esta clase de hallazgos: la prueba del carbono 14, el análisis de la tinta usada, la imagen multiespectral, los índices paleográficos e históricos. Para Terry Garcia, uno de los editores del National Geographic, se trata de uno de los documentos más importantes que se hayan descubierto en los últimos 100 años.

La traducción corrió por cuenta de una entidad suiza con sede en Basilea, dedicada a la restauración de obras antiguas. Lo más soprendente es la imagen que surge de Judas Iscariote: la de un hombre piadoso y entregado por completo a las tareas de la salvación.

Desde el origen del cristianismo y las primeras iglesias –hace ya 2.000 años– la imagen de Judas no se ha movido del estereotipo del discípulo traidor que entrega a su maestro al sacrificio por 30 monedas de plata. Del texto de este Evangelio, en cambio, surge un varón impregnado de santidad, favorito de Jesús entre sus pares y con la fortaleza suficiente para aceptar quedar en la historia como la oveja negra de la cofradía.

En efecto, la traición de Judas y entrega de Jesús a sus enemigos habría sido un paso cuidadosamente planificado para el cumplimiento del Plan divino que hacía de la crucifixión, muerte y resurrección de Jesús-Cristo el paso previo y necesario para la fundación y propagación de las iglesias cristianas. y la salvación de la Humanidad, redimiéndola del pecado original.

El manuscrito se ha traducido oficialmente al inglés, francés y alemán. No se informa si habrá una versión en castellano.

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Cronología del Evangelio

– En el seco desierto egipcio se encuentra, en 1970, un antiguo papiro escrito en copto. El copto, escritura alfabética tributaria del griego, hacia fines del siglo III constituía la lengua literaria del Alto Egipto.

– En 1978 un anticuario de El Cairo lo adquiere en una suma no precisada. Intenta venderlo en Suiza cinco años después.

– En 1984, tras fracasar en su intento, lo pone en venta en Nueva York. Otra vez el precio exigido es demasiado alto. El papiro se guarda en una caja de seguridad bancaria.

– En la primavera suiza de 2000 el códice es adquirido por una casa de antigüedades de Zurich. Ese mismo año expertos de la Universidad de Yale, en EEUU, se inclinan por la autenticidad del Evangelio de Judas. Fracasan otros dos intentos de venta en ese país.

– En 2001, finalmente, la pieza es transferida a la Mecenas Foundation for Ancient Art, de Basilea, Suiza. A mediados de año comienza la traducción del texto.

En agosto de 2004 el códice es donado al Museo Copto de El Cairo.

A lo largo de 2005 terminan los estudios sobre la antigüedad de los materiales del códice: papiro y cuero. Los expertos de la Universidad de Arizona lo datan entre 220 y 340 tras someterlo a pruebas de radiocarbono.

– En enero de 2006 el análisis de la tinta, realizado en Chicago determinan que fue escrito probablemente entre fines del siglo III y comienzos del IV. En febrero el sistema de imágenes multirespectrales practicado por científicos mormones en Suiza ratifican los estudios anteriores. En febrero aparece media página perdida en Nueva York.

– Este mes de abril en la Biblioteca de la National Geographic Society en Wáshington, se da a conocer por primera vez el contenido del códice.

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No tiene tanta importancia

En el portal cristiano IBL News se resta importancia al códice y su contenido, achacando la ola de interés a los efectos del éxito de la novela El Código da Vinci que «ha abierto sin duda la caja de Pandora y ha dado incentivos monetarios a teorías de este tipo».

El sacerdote Thomas D. Williams L.C., decano de la Facultad de Teología de la Universidad Regina Apostolorum de Roma, comenta el descubrimiento, descartando que sea de importancia para la Iglesia: «…probablemente es un texto del IV o V siglo, una copia de un documento anterior, redactado por la secta gnóstica de los Cainitas».

Y no sacudirá los cimientos del cristianismo porque «evangelios gnósticos, hay muchos más, no son documentos cristianos en sí, ya que proceden de una secta sincretista que incorporó elementos de diferentes religiones, incluyendo el cristianismo.

«Desde el momento de su aparición, la comunidad cristiana rechazó estos documentos por su incompatibilidad con la fe cristiana. El Evangelio de Judas sería un documento de este tipo, que tendría gran valor histórico, ya que contribuye a nuestro conocimiento del movimiento gnóstico, pero no supone ningún desafío para el cristianismo».

El decano afirma que la Iglesia no tiene ni ha tenido la menor intención de ocultar este tipo de documentos. «Estos son inventos hechos circular por Dan Brown, el autor de El Código Da Vinci y otros autores que apoyan la teoría de la conspiración. Usted puede ir a cualquier librería católica y obtener una copia de los evangelios gnósticos. Los cristianos no creen que sean verdaderos pero no hay ningún intento de esconderlos.

«(…) El gnosticismo surgió a mediados del siglo II, y el Evangelio de Judas, si es auténtico, probablemente se remonta a finales del siglo II. Sería como si yo me pusiera a escribir ahora un texto sobre la Guerra Civil de los Estados Unidos y los presentara como una fuente histórica primaria de esa Guerra. El texto podría no haber sido escrito por un testigo presencial, como en cambio lo son al menos dos de los evangelios canónicos».

Y sobrte el gnosticismo precisa: «Los cristianos creen que un Dios bueno creó un mundo bueno, y que por el abuso del libre albedrío, el pecado y la corrupción entraron en el mundo y produjeron desorden y sufrimiento.

«Los gnósticos atribuyen a Dios el mal en el mundo y afirman que creó el mundo de un modo desordenado. Por esto, son partidarios de la rehabilitación de figuras del Antiguo Testamento como Caín, que mató a su hermano Abel, y Esaú, el hermano mayor de Jacob, que vendió sus derechos de primogenitura por un plato de lentejas. Judas entra perfectamente en la visión gnóstica que muestra que Dios quiere el mal del mundo».

Preguntado sobre si fuera posible «rehabilitar» a Judas, el prelado responde:

«Si bien la Iglesia católica cuenta con un proceso de canonización por el que declara que algunas personas están en el cielo, como los santos, no prevé un proceso de este tipo para declarar que una persona está condenada.

«Históricamente, muchos pensaron que Judas está probablemente en el infierno, debido al severo juicio de Jesús: Hubiera sido mejor para ese hombre no haber nacido, se puede leer en el Evangelio de Mateo (26, 24). Pero incluso estas palabras no son una evidencia concluyente respecto a su suerte.

En su libro de 1994, Cruzando el umbral de la esperanza, Juan Pablo II escribió que estas palabras de Jesús no aluden a la certeza de la condena eterna.
Seguramente mucha gente merece el infierno, pero debemos recordar que la gracia de Dios es infinitamente más grande que nuestra debilidad.

«Pedro y Judas cometieron faltas parecidas: Pedro negó a Jesús tres veces, y Judas lo entregó. Y ahora Pedro es recordado como un santo y Judas simplemente como el traidor. La principal diferencia entre los dos no es la naturaleza o gravedad de su pecado sino más bien la voluntad de aceptar la gracia de Dios. Pedro lloró sus pecados, volvió con Jesús, y fue perdonado. El Evangelio describe a Judas ahorcándose desesperado».

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* Informe de Magalí Silveyra.

Fuentes:

Diarios y Agencias.

– Periodista Digital (www.periodistadigital.com).
– El Mundo (www.el-mundo.es).
– El Universal –de México– (www.eluniversal.com.mx).

– Zénit, el mundo desde Roma (www.zenit.org).

– Portal Luther Bisset (www.lutherblissett.net).

– IBL News (http://iblnews.com).

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