Obama rematrizado, pero con el mismo pelaje

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Néstor Francia.*

Barack Obama ha vuelto a utilizar su lenguaje eufemístico de lobo disfrazado de cordero para arremeter contra Venezuela y Cuba con tono injerencista y con la intención de imponer los criterios y las fórmulas imperiales. Luego de referirse a los planes de uso pacífico de energía nuclear en Venezuela, hablando de reconocer nuestros derechos y también nuestras responsabilidades (como si no los supiéramos), soltó expresiones harto insolentes.

Dijo: “Tenemos una política que se aplica a todos los países y esperamos de ellos que obedezcan esas políticas”. También extendió la tónica injerencista a Cuba: “Sigue habiendo demasiados presos políticos que languidecen en cárceles cubanas porque tienen opiniones diferentes a las del régimen…Hemos iniciado algunos cambios, pero antes de dar nuevos pasos queremos asegurarnos de que el régimen castrista es serio, y la piedra de toque para eso será la libertad”.

 Estemos claro sobre cuál es la “libertad” que el Imperio quiere para Cuba y Venezuela: la libertad para saquear nuestros recursos, la libertad de la burguesía para explotar a los pueblos, la libertad de la canalla mediática para engañar e idiotizar a los ciudadanos, la libertad de los gorilas para desatar subversión y golpes de Estado con el auspicio de Estados Unidos, como ha ocurrido tantas veces, las más recientes en Honduras y Ecuador.

Sobre esto último, las siguientes palabras de Obama no dejan lugar a dudas: “queremos que los venezolanos tengan una voz dentro de su propio gobierno. No es algo que podamos imponer de manera externa, pero seguiremos alentando la libertad de expresión, la libertad de prensa, la libertad de partidos políticos”.

No hay que ser muy suspicaz para entender lo que esto significa: el Imperio seguirá “alentando” a la oposición por medio de financiamiento, asesoría, respaldo internacional, campañas mediáticas y políticas diseñadas en sus laboratorios, diseño de una imagen de Chávez vinculada al terrorismo y al narcotráfico, y otros planes de desestabilización y subversión.

 Cada vez que ocurre un hecho como los episodios violentos acaecidos ayer en la UCV (ampliamente reseñados hoy por la canalla mediática, con despliegue de gráficas), los sueños dorados del reformismo, que imaginan la posibilidad de un “diálogo nacional”,  o de una oposición “racional” y “democrática”, se vuelven trizas. No nos cansaremos de explicar que la confrontación política en Venezuela no es coyuntural sino estratégica, no hay conciliación posible, de allí el significado profundo de la consigna “Patria socialista o muerte”.

Es una lucha que implica la sobrevivencia política de una tendencia y la liquidación histórica de la otra: son proyectos antagónicos, irreconciliables. Lo demás no son más que “cantos de ballena”.
 
Esta última consideración se ve ratificada por el debate en torno a la “propiedad privada”, no exento igualmente de violencia, como el caso de la ocupación de la empresa Inica por parte de la Fuerza Armada Bolivariana, que encontró resistencia de un pequeño grupo de desclasados utilizados por los dueños de Agroisleña para entorpecer la acción de las autoridades.

El viceministro de Agricultura y Tierras, Iván Gil, informó que siete trabajadores de esa empresa propiedad del grupo español fueron detenidos porque irrumpieron de forma violenta en la plana e impedían la entrada de vehículos en la empresa.

La burguesía no se va entregar sin hacer ruido, y mientras sus nuevos representantes en la Asamblea Nacional preparan su plan contrarrevolucionario, empresas y gremios de la oligarquía se reúnen por su lado para afinar sus propios planes. Hoy en la mañana se encuentran representantes de Polar, Cargill, Monaca, Bimbo y gremio de panaderos para ofrecer una rueda de prensa en la sede de Fetraharina, en la parroquia La Pastora, para tomar posición ante las expropiaciones. Lo mismo hará Conindustria. Es parte de la agudización de la lucha de clases en Venezuela y en América Latina, así como en el resto del mundo, como los demuestran las columnas de humo que suben desde las calles de Europa.

Y hablando de lucha de clases, el Frente Nacional de Resistencia Popular hondureño reafirmó hoy en asamblea su rechazo a participar en un “diálogo” impulsado por el presidente espurio Porfirio Lobo, por considerar que es una trampa para legitimar el golpe de Estado de 2009.

“Por unanimidad de los delegados de los 18 departamentos del país, el Frente no aceptó la invitación”, señaló Rasel Tomé, uno de los portavoces del frente popular: “No aceptamos la invitación de Lobo porque no hay sinceridad en sus palabras, ni puede haberla sin el presidente Zelaya en el país”.

En la asamblea se reunieron 56 delegados del Frente, y contó con la asistencia de alrededor de un millar de personas. Como lo hemos dicho, jamás olvidaremos a Honduras, donde se desarrolla un importante capítulo de la obra que escriben hoy los pueblos de América Latina.

* Analista de asuntos políticos.

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