Octubre, dudoso tiempo de resurrección para el gobierno argentino
El gobierno argentino se encontró -en estas semanas- con una acumulación de problemas que lo tuvieron y tienen a mal traer. El Covid-19 que no afloja, la economía que no levanta cabeza y los crecientes reclamos de todo tipo y de diversos sectores constituyen un oscuro panorama con perspectivas poco alentadoras.
Sin embargo el gobierno espera que octubre sea un mes amigable, que lo saque de este pozo y le permita mirar con mejores ojos el próximo futuro. Lo primero a señalar son las dos previsibles circunstancias en las que el gobierno deposita sus temerosas confianzas.
Uno es la muy probable movilización de la central obrera CGT para conmemorar el 17 de octubre -Día de la Lealtad”- y el otro las elecciones en Bolivia previstas para el día siguiente, 18 de octubre.
Como los apóstoles, familiares y seguidores de Cristo, protagonistas de la telenovela “Jesús”, el gobierno también confía que una resurrección lo exima de los sufrimientos que está padeciendo.
La telenovela “Jesús”, una producción brasileña de la neopentecostal Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD) fundada en 1977 por Edir Macedo, ha sido el espectáculo televisivo más visto en estas largas cuarentenas. Esta Iglesia, a través de su Partido Republicano Brasileño (PRB) declaró su explícito apoyo a Jair Mesías Bolsonaro.
Movilización para el 17 de octubre
El peronismo –mucho más cuando es gobierno- se ha sentido “dueño” de la calle. Es por eso que padece -en estos últimos meses- como nunca lo había sentido, esa adicción que forma parte de su poder. El crecimiento de los reclamos callejeros va de la mano con la caída del gobierno en las encuestas.
Algunos de ellos, las “banderazos” de la derecha “gorila”, son fácilmente rebatibles. Es mucho más débil la justificación cuando se trata de las cotidianas movilizaciones por cuestiones elementales que hacen a la subsistencia diaria. Desde el gobierno, aunque se lo presente con variadas limitaciones, están abriendo la puerta para que el 17 de octubre la CGT y muy posiblemente las organizaciones sociales, agrupadas en la CTEP/UTEP, realicen algunas formas de movilizaciones.
Este hecho, al gobierno, le insuflaría fuerza. Pero temen que, una vez que hayan ganado la calle, fuerzas internas de esos agrupamientos se consideren liberados del actual compromiso de “no salir” -por razones sanitarias- y se sumen a algunos reclamos, acompañando lo que está pasando con otros variados sectores.
De allí que el gobierno duda y procura limitarlas. Por adelantado concedió a los sindicatos que se prorroguen los mandatos actuales hasta el 28 de febrero del próximo año. La conducción sindical, agradecida.
El 18 de octubre se vota en Bolivia
El 18 de octubre, a un año del golpe de Estado y renuncia de Evo Morales, Bolivia vota. Según las encuestas, tendría alguna ventaja el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS). Se trata de la misma fuerza que sostenía al gobierno de Evo. Se votará con un sistema electoral muy semejante al nuestro, por lo cual es muy probable que haya una segunda vuelta.
De todas maneras, de confirmarse los datos de las encuestas, ello traerá una brisa de aire fresco al gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Un resultado favorable al MAS ayudaría al Alberto a romper la soledad que tiene en la región el actual gobierno argentino.
Sin embargo existe un legítimo temor que una tendencia de ese tipo motive nuevas reacciones de los sectores conservadores, llevando a la Argentina y la región a nuevos puntos críticos. En ellos sería involucrada, tal como lo acaba de hacer en la Asamblea General de Naciones Unidas la fraudulenta presidenta de facto de ese país, Jeanine Áñez, acusando al gobierno argentino de un “acoso sistemático y abusivo” a Bolivia y sus autoridades.
Situación del Covid-19 no mejora y la economía tampoco
Los datos generales sobre el Covid-19 indican que habría, para el conjunto del país, un crecimiento en el número de fallecidos, estabilizándose la cantidad de contagiados. En los últimos siete días Argentina estuvo a la cabeza, en todo el mundo, de personas fallecidas por millón de habitantes.
Se está registrando un progresivo desplazamiento de la circulación del virus hacia el interior del país. En esa zona se están equiparando las cifras de contagiados y fallecidos con las de la Capital y la Provincia de Buenos Aires.
Lo más llamativo de esos números es que la mayor parte de las cifras de fallecidos que se publican se corresponden con casos ocurridos con 15, 30 o 45 días de antelación. Esto ocurre por el tiempo que demanda corroborar la causa de muerte de muchas personas y un poco eficaz sistema de recolección y procesamiento de la información.
Si con este coronavirus las cosas no vienen bien, aún más compleja y difícil es la situación en el aspecto económico.
El dato más rotundo ha sido el desplome del PBI en el segundo trimestre de este año. Su caída del 19,1% (respecto a igual período del 2019) es la más alta de la historia. Es bueno reconocer que esa cifra surge de un extremadamente duro mes de abril, con caídas menores en mayo y junio.
La falta de dólares disponibles es otro costado de la crisis actual. El gobierno está procurando colocar los swaps chinos como garantía para que le presten unos seis mil millones de dólares.
Ahora, en uno de los peores momentos de la historia económica, se abre la negociación con el Fondo Monetario Internacional. Endeudados, con escasez de divisas y con una economía parada es probable que el gobierno acepte las tradicionales “condicionalidades” que el FMI impone.
Encerrado en su esquema de “arreglar con los bonistas” ahora tiene que acomodar los pagos al FMI para acceder a nuevos fondos, volver a endeudarse y seguir con esta ciclíca calesita.
Con estos acuerdos el gobierno, muy probablemente, logre el objetivo principal que es alejar los pagos por los tres años que le restan a su mandato. Nada indica que pueda obviar el control constante de sus cuentas y planes por parte de los organismos internacionales y lograr un superávit de Caja que revierta su tendencia actual a un déficit constante.
De este modo cumpliremos con la lógica de los sectores financieros internacionales: arreglar, pagar, tomar más créditos y volver a endeudarnos para nuevamente arreglar, pagar… Ése es el camino, del endeudamiento perpetuo, seguido por el ministro de Economía, Martín Guzmán, alumno de Joseph Stiglitz.
*Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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