Arturo Gudiño*
Los economistas Henry Mora y Leiner Vargas afirmaron que los oligopolios que operan en Costa Rica impiden que los precios de los alimentos bajen en Costa Rica, pese a la caída de que han tenido en los mercados internacionales productos como la harina o el maíz, además del petróleo.
Mora y Vargas, catedráticos de la Universidad de Costa Rica y la Universidad Nacional, se mostraron extrañados del incremento en la tasa de inflación, que en los primeros 10 meses de 2008 alcanzaba 12,99% y anualizada (de noviembre 2007 a octubre 2008) un 16,30%.
Los datos, proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), indican que ya fueron superados con creces las estimaciones hechas a fines del 2007 por el Banco Central, que originalmente pronosticó una inflación del 8%, que luego corrigió en julio pasado a un 14%, que también se podría ver superado, según Mora y Vargas.
Los economistas se preguntan cómo, si los precios del petróleo cayeron a menos de la mitad luego del pico de 147 dólares el barril que se alcanzó el 11 de julio, actualmente ronda los 65 dólares, y también comenzaron a caer los precios de materias primas como la harina, el maíz y el arroz –bases de nuestra alimentación junto a los frijoles– esos precios no caen o son ajustados en el mercado interno costarricense.
Sorprendidos
Henry Mora dijo que los datos del INEC lo sorprendían, pues estimaban que el alza en los precios se vería frenado por la baja en los combustibles y las materias primas.
"Yo no esperaba una baja en los precios, porque en nuestro país eso casi nunca se produce, pero al menos esperaba que los precios no siguieran subiendo", señaló, y dijo que los precios de los granos caen en el mercado internacional, lo mismo que insumos para la alimentación animal, pero los que controlan esos productos, los grandes importadores "dicen que seguirán esperando para determinar si esa baja no es coyuntural, lo que termina golpeando a los consumidores, sobre todo a los de menos recursos.
"El problema es que hay un carácter oligopólico de la mayor parte de los mercados de productos básicos de importación y distribución".
Mora y Vargas lamentaron que el Estado no tenga instrumentos para regular los precios. "Instituciones como la Comisión que regula la libre competencia o la Oficina de Defensa del Consumidor están pintadas en la pared", señaló Mora.
Por su parte, Vargas dijo: "Si usted mira evolución de los precios, siempre la mayoría de gremios y actores solicitan aumentos, presionan a la alza cuando estiman que suben los costos de producción, pero nunca presionan a la baja".
Frenaron el crédito, pero la inflación no para
Vargas manfiestó que el gobierno contrajo el crédito bancario desde hace varios meses para intentar contener la inflación, pero no lo logró:
"Metieron un frenazo financiero al sistema económico desde hace cinco meses. El frenazo al sistema de crédito es impresionante. Cualquier banquero dice: ‘estamos secos’. La economía la secaron. Se eliminaron posibilidades de crédito.
"Si Milton Friedman (uno de los padres de los monetaristas) hubiera tenido razón, la inflación tendría que bajar si fuese un fenómeno monetario. Nosotros hemos venido diciendo, pero el gobierno no escucha, que la inflación de Costa Rica no es esencialmente problema monetario, es de costos de producción".
Vargas agregó que el mercado costarricense está lleno "de oligopolios y actores con amplio poder de mercado. Los precios por lo general tienden a subir, pero pocas veces bajan. Eso está tipificado desde hace mucho en la literatura sobre las economías emergentes, donde los mercados funcionan más mal de lo que creemos. El cuento del libre mercado, de la competencia, etc, no funciona muy bien (…) Y cuando el gobierno es débil, cuando no tiene instrumentos de regulación, da como consecuencia que precios siguen incrementándose".
Más pobreza y desempleo
Vargas y Mora indicaron que el alza en los precios y los altos costos de los alimentos en el mercado interno estarían haciendo crecer los niveles de pobreza más allá del uno por ciento (unas cien mil personas más) que estimó al INEC al mes de julio, dato que dio a conocer la semana anterior.
"Afrontamos un crecimiento del desempleo, una menor producción y una mayor inflación. Si disminuye la producción el superávit de que hoy nos hablan los funcionarios de Hacienda va pasar a déficit", señaló Vargas.
Vargas y Mora estimaron que a octubre la pobreza habría crecido ya en un uno por ciento además del anunciado por INEC, y podría llegar situarse en un retroceso de entre 3 y 4 puntos porcentuales en los próximos meses.
"La cosa ha empeorado. Todavía a julio pasado se hablaba de crecimiento en construcción, agricultura y comercio, donde se concentran los empleados menos calificados, pero de julio para acá la situación se ha puesto más difícil", advirtieron.
* Periodista.
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