Óptica polémica: el obispo Williamson y la Argentina prisionera

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Juan Gabriel Labaké*

La prensa internacional no fue mezquina para informar sobre la exigencia del gobierno argentino para que un obispo de la corriente lefevbrista –una suerte de escisión del catolicismo romano– abandone el país so pena de ser expulsado. La razón: el malestar producido por declaraciones de ese obispo a una radioemisora sueca en las que manifestaba que si bien pudieron ser cientos de miles, no creía que fueran seis millones los judíos muertos en las cámaras de gas del III Reich. Esas informaciones por lo general no citaban las declaraciones del obispo Williamson y daban por ajustada a derecho la determinación gubernamental.
Ésta es una voz disidente.

El dominio progresivo que ejerce el sionismo (concretamente el Estado de Israel y sus quintacolumna en nuestro territorio –DAIA, AMIA y OSA–, amparados todos por el otro Estado pirata, EE. UU.) está llegando a niveles alarmantes en la Argentina.

Veamos:

El gobierno nacional ha rendido pleitesía, una vez más, a las exigencias del sionismo, expulsando del país al obispo Williamson con un pretexto baladí y fariseo. Ideológicamente poco me une a ese obispo lefevbrista. Pero, en un Estado de Derecho, la Justicia (es decir, los derechos humanos) es para amigos y adversarios. De lo contrario se cae en la tiranía y el favoritismo propios de los estados totalitarios, como es Israel, o de los estados esclavos de ellos, como es hoy la Argentina.

Para perpetrar el atropello, el gobierno aduce que el obispo Williamson ingresó al país afirmando ser empleado de una asociación civil, siendo que es sacerdote y docente.

¿Acaso hay alguna imposibilidad fáctica o incompatibilidad legal o ética en ser ambas cosas a la vez? El docente o directivo de un colegio, ¿no puede ser un empleado de la sociedad propietaria de ese establecimiento educativo? ¿O es delito ser sacerdote de una congregación no reconocida por el Estado Nacional y por el Vaticano?

En este punto tiene la palabra Mons. Jorge Bergoglio, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y cardenal primado de nuestro país, cuyo silencio extraña mucho –o no tanto.

He consultado la Ley de Migraciones, la Nº 25.871, aprobada por el gobierno de Néstor  Kirchner en 2003. Entre las causales de expulsión figura, efectivamente, la de falsificar ideológica o materialmente un documento migratorio. Pero, insisto, Migraciones no ha probado que el obispo Williamson haya falsificado algo, al menos hasta ahora, sino que es empleado y docente, a la vez, de una asociación civil.

En cambio, la misma ley establece que será causal de expulsión de un extranjero (art. 29):

Haber incurrido o participado en actos de gobierno o de otro tipo, que constituyan genocidio, crímenes de guerra, actos de terrorismo o delitos de lesa humanidad y de todo otro acto susceptible de ser juzgado por el Tribunal Penal Internacional;
Tener antecedentes por actividades terroristas o por pertenecer a organizaciones nacional o internacionalmente reconocidas como imputadas de acciones susceptibles de ser juzgadas por el Tribunal Penal Internacional o por la ley 23.077, de Defensa de la Democracia.

Claro que el gobierno de los Kirchner jamás aplicará estas dos últimas cláusulas porque, de hacerlo, debería expulsar, no al obispo integrista, sino a más de uno (bastantes más) de los que le han exigido desembozadamente (para eso mandan ellos en la Argentina) expulsar al referido obispo Williamson.

La presión israelí ha sido tan grosera en este vergonzoso episodio, que hasta el propio diario La Nación, que cede (voluntariamente) su página de Opinión a cuanto escriba sionista anda suelto por ahí, ha debido reconocer que al obispo se lo expulsa por el malestar existente en la comunidad judía ante la negación del Holocausto que hizo.

He leído las declaraciones de dicho obispo a la radio sueca y a la revista alemana Der Spiegel.

1.- En primer lugar, el obispo no niega el Holocausto, que fue en realidad una matanza cruel (tan  cruel como la actual de palestinos y libaneses a manos sionistas) de varios grupos alemanes y polacos, no sólo de judíos (de los cuales al parecer murieron unos 300.000). Lo que niega Williams es el Holo-cuento, es decir: el interesado invento sionista de que murieron seis millones de judíos (de los otros grupos no hablan), que los mataron en cámaras de gas y que entre esos seis millones hubo una dulce adolescente llamada Ana Frank. que escribió un enternecedor y "hollywoodense" diario con una hermosa "birome" varios años antes de que nuestro compatriota Biro la inventara –y que hace poco se ha descubierto que fue escrito por un "cagatinta" pagado por el padre de Ana Frank.

La falsedad del Diario de Ana Frank, pieza central del Holo-cuento, explotó hace poco, cuando el "cagatinta" que lo falsificó reclamó judicialmente en EEUU el pago de sus honorarios, que el papá de Ana Frank le debía aún. Por lo visto,  este señor Frank es un tacaño y un tramposo.

2.- En segundo lugar, aún si el obispo perseguido por denunciar el Holo-cuento hubiera negado el Holocausto, eso, en la Argentina real, en la nuestra, no es delito, sino una opinión, equivocada o no, sobre un hecho de la historia. En cambio, en la Argentina K, prisionera del sionismo, sí lo es –y gravísimo.

De paso, conviene conocer qué medios de comunicación y de poder económico-financiero domina el sionismo en el mundo. Según las investigaciones de Manuel Freytas, periodista, investigador y analista especializado en inteligencia y comunicación estratégica:

El lobby sionista de EE. UU. controla y gerencia (a través de paquetes accionarios o de familias):

Las tres principales cadenas televisivas de ese país (CNN, ABC, NBC-Fox); los tres principales diarios (The Wall Street Journal, The New York Times y The Washington Post); las tres más influyentes revistas (Newsweek, Time y The New Yorker); consorcios hegemónicos de Internet como Time-Warner (fusionado con América on Line) o Yahoo; colosos del cine de Hollywood (¡el Diario de Ana Frank?!) y del espectáculo como The Walt Disney Company, Warner Brothers, Columbia Pictures, Paramount, 20th Century Fox entre otros; megacorporaciones del capitalismo sin fronteras como  Wal-Mart Stores, Walt Disney, Microsoft, Pfizer Inc, General Motors, Hewlett Packard, Home Depot, Honeywell, IBM, Intel Corporation, Johnson & Johnson, JP Morgan Chase, American International Group, American Express, AT & T, Boeing Co (armamentista) , Caterpillar, Citigroup, Coca Cola, Dupont, Exxon Mobil (petrolera) , General Electric,  McDonalds, Merck & Co,  Procter & Gamble, United Technologies y Verizon.

Además, los directivos y accionistas de las primeras treinta megaempresas trasnacionales y bancos (las más grandes del mundo) que cotizan en el índice Dow Jones de Wall Street,  responden mayoritariamente al sionismo. 

Por eso se le obedece a Israel, acá y en casi todo el mundo. Por eso se le tapan sus crímenes. Por eso, en la Argentina de los Kirchner,  los únicos privilegiados no son los niños, sino los sionistas (si lo dudan, pregúntenle a la señora Lubertino, la "arrugable" presidente del INADI, encargada de  obedecer la orden de perseguir sólo y exclusivamente a los "antisemitas", aún a costa de su dignidad personal).

Por eso se expulsa al obispo Williamson, y no a quienes han incurrido o participado en actos de gobierno o de otro tipo, que constituyan genocidio… o tienen antecedentes por actividades terroristas… o acciones susceptibles de ser juzgadas por el Tribunal Penal Internacional o por la ley 23.077, de Defensa de la Democracia.

* Abogado, periodista.

 

Addendas

I. "La Fraternidad San Pío X difunde el antisemitismo en el mundo"

AJN*

Una investigación realizada por una revista judía belga revela que la sociedad religiosa a la cual pertenece el obispo Williamson difunde en sus sitios de internet contenidos antisemitas. Los mismos incluyen desde acusaciones de deicidio hasta supuestas conjuras internacionales. A partir de la publicación, buena parte del material fue removido de las páginas.

En una investigación realizada luego de que fuera anulada por el Vaticano la excomunión de cuatro de los sacerdotes pertenecientes a la lefebvrista Fraternidad Sacerdotal San  Pío X –entre ellos Richard Williamson, negador del Holocausto y recientemente declarado persona no grata por las autoridades argentinas– la publicación judía en lengua flamenca Joods Actueel, que sale a la luz en Amberes, descubrió  “una gran cantidad de material con contenidos antisemitas” en cinco idiomas en los sitios oficiales en internet de dicha asociación religiosa, informa Haaretz en su portal de noticias.

Según la investigación,  la página oficial de internet de la Fraternidad en los Estados Unidos describe a los judíos como “enemigos del género humano, cuyo arma principal es la hipocresía”, agregando que “los líderes del judaísmo se han confabulados durante siglos en forma metódica y movidos por un odio incansable hacia los católicos”.

En el sitio sudafricano de la Sociedad, se puede leer que “los judíos están cada vez más cerca de concretar su objetivo de adueñarse del mundo”.

El sitio irlandés se pregunta si “los judíos son culpables del asesinato de dios”, para responder que “debemos decir que sí”.

La página oficial de la Fraternidad en Alemania, donde existen leyes que penan el discurso antisemita, establece que “los judíos contemporáneos son culpables del asesinato de dios, en tanto no reconozcan a Jesús como dios”.

El sitio belga acusa a los judíos de “creer todavía que son el pueblo elegido” y esperar “dominar el mundo”.

El sitio austriaco de la Fraternidad advierte que la organización Bnai Brith “se encuentra en todas partes” y “gobierna el mundo todo”.

Michael Freilich, redactor en jefe de Joods Actueel dijo a Haaretz que, al tiempo que cuatro periodistas se dedicaban a documentar y preservar el material, los contenidos antisemitas comenzaron a ser borrados, uno tras otro, de los sitios de internet de la Fraternidad.

*Agencia judía de noticias (www.prensajudia.com).

II. Benedicto XVI y los lefevbrianos

Juan Cejudo Caldelas*

Mientras se estaba celebrando el 50 aniversario del anuncio del Concilio Vaticano II por Juan XXIII en enero de 1959, el Papa actual anunciaba la vuelta a la Iglesia de los 4 obispos ordenados por monseñor Marcel Lefevbre en 1988 y excomulgados automáticamente por Juan Pablo II por no admitir la Doctrina del Vaticano II. No pudo escoger un momento más inoportuno. Debería haber celebrado esa fecha tan significativa para la Iglesia con anuncio de medidas abiertas en línea conciliar. Pero es que además me llama la atención que este Papa, de modo tan poco diplomático, tan descarado, se decante a favor de las fuerzas más reaccionarias del catolicismo.

Ha sido mayúsculo el escándalo formado, porque además, uno de estos obispos abiertamente ha negado la existencia del holocausto nazi y eso ha obligado a la diplomacia vaticana a mover sus hilos a toda prisa para que el descrédito no fuera a mayores. Han sido numerosísimas las apostasías que esta medida ha provocado en Austria y Alemania. Y ha supuesto la intervención personal de la canciller alemana Ángela Merkel exigiendo rectificación al Papa. Así como la sublevación de 60 teólogos católicos alemanes contra la decisión de Benedicto XVI. También el Rabinato judío llegó a congelar las relaciones con la Iglesia católica y el anunciado viaje del Papa a Israel ha estado en serio peligro de ser suspendido.

El perdón a los cuatro obispos, incluido al negacionista Williamson, ocurre dos días después de que se difunda en la prensa alemana la entrevista que él mismo dio en noviembre pasado a los medios suecos negando el Holocausto nazi y la existencia de las cámaras de gas. Gravísimo fallo de la diplomacia vaticana. Para colmo, el Papa ha nombrado hace poco al sacerdote ultraconservador Gerhard Maria Wagner como obispo auxiliar de Linz, lo que le está mereciendo innumerables críticas porque una vez más se decanta siempre por los sectores más reaccionarios mientras que mantiene marginados a los teólogos de la Liberación y sigue condenando y sancionando a los teólogos más abiertos y reformadores. Hay que decir que el sector lefevbrista es muy minoritario en comparación con los sectores más abiertos del catolicismo mundial hoy marginados.

Sería de desear que el Papa reconociera que está llevando a cabo lo que algún autor ha definido como el ocaso del papado y que diera por tanto un giro profundo a sus intervenciones. Debe comprender que la Iglesia es un movimiento muy amplio y muy plural y que él debe ser el Pastor Universal y no sólo del sector más reaccionario de la Iglesia.

Debe acercarse a los sectores más abiertos de la Iglesia, anular las sanciones y condenas a los más de 600 teólogos, expedientados durante su mandato, antes como Ratzinger y ahora como Benedicto, reconocer la Teología de la Liberación abiertamente y al Movimiento de las Comunidades Eclesiales de Base y escuchar todos los movimientos de Iglesia abierta que piden cambios muy profundos en temas de moral, liturgia, ecumenismo, etc.

Sobre todo se deben de adoptar cambios significativos por parte de la jerarquía para que ellos mismos puedan estar cerca de los problemas reales de aquellos que más sufren. Un Papa para todos sin excepción y no un Papa que nos vuelva llevar a la Edad Media.

* Miembro del MOCEOP y de Comunidades Cristianas Populares.
En: www.lavozdigital.es

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