En las últimas 48 horas los grandes medios de prensa han abarrotado las páginas de revistas, diarios y las pantallas televisivas con las imágenes de la detención de Antonio Ledezma, Alcalde Metropolitano de Caracas. Lo que estos mismos medios de comunicación no dicen es que el gobierno de Venezuela desbarató, el 12 del corriente, un intento de Golpe de Estado. De dicho complot formaban parte algunos militares, sectores empresariales y políticos. Su patrocinio y preparación venían de los Estados Unidos que unos días antes (2 de febrero) anunciara nuevas sanciones al Estado Venezolano. Ese acto sería la culminación de una guerra económica que incluye vastas maniobras de desabastecimiento destinadas a producir insatisfacción y conflictos en la población. El mencionado golpe incluiría el asesinato del Presidente Nicolás Maduro bombardeando el palco de un acto de masas que estaba presidiendo. Tales artefactos serían arrojados desde un avión Tucano procedente de una base militar extranjera. También serían bombardeados otros sitios como el Ministerio de Defensa y las instalaciones del canal de televisión TeleSur. Ya estaba redactada la proclama de dicho Golpe de Estado. Haber abortado ese hecho permitió la detención de varios civiles y militares complotados. En el marco de ese intento de Golpe de Estado se ordenó la detención de Antonio Ledezma.
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