Panamá-Costa Rica: un parque en la mira

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Paco Gómez Nadal.*

Represas amenazan al Parque Internacional La Amistad y científicos piden a UNESCO se lo proteja de la destrucción mientras se espera que sea declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad. El Centro para la Diversidad Biológica ha dado a conocer un estudio que sostiene que las represas hidroeléctricas en proceso de construcción en las provincias panameñas de Bocas del Toro y Chiriquí afectan irreversiblemente la diversidad biológica del PILA. 

El estudio elaborado por la Asociación ANAI con sede en Costa Rica señala categóricamente: “Basados en toda la información disponible, concluimos que no existe ninguna posibilidad de mitigación efectiva para contrarrestar las alteraciones ecológicas que resultarían de la ejecución de los planes existentes de construcción de las represas en la región de La Amistad”.[1]

Ante esta amenaza, ANAI solicita a la UNESCO que declare al PILA como Sitio Patrimonio Mundial de la Humanidad en peligro y que active todas las acciones de protección que tiene a su disposición.

Según el informe, al menos ocho especies de peces y ocho especies de camarones se verán directamente afectadas por la construcción de las represas al no poder utilizar el río como corredor para desovar y reproducirse.

Se espera que los efectos a largo plazo sean mucho mayores al afectarse las cadenas alimenticias, poniendo en peligro a la biota única del Parque Internacional La Amistad. Un reciente estudio de Iniciativa Darwin descubrió 31 especies de plantas y animales nuevas para la ciencia en los bosques de La Amistad entre Panamá y Costa Rica.

En la actualidad, al menos cuatro proyectos de grandes represas se construyen en la zona de amortiguamiento del Parque Internacional La Amistad. Dos de ellos —Bonyic y Changuinola I (Chan 75)— también han sido señalados en informes internacionales que documentan la violación de los derechos humanos de los pueblos indígenas Naso y Ngöbe de Bocas del Toro.

A pesar de estos señalamiento, tanto de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como de Naciones Unidas, las dos ultimas administraciones de la Autoridad Nacional del Ambiente han hecho caso omiso a los impactos sociales y ambientales de estos proyectos y en su lugar han concedido miles de hectáreas de áreas protegidas a las empresas multinacionales AES Changuinola y Empresas Publicas de Medellin (EPM) para la explotación de estos recursos naturales.

Según el biólogo, Ariel Rodríguez, presidente de la Alianza para la Conservación y el Desarrollo de Panamá, “la administración del Estado sigue permitiendo que la especulación energética a nivel regional dicte las pautas y se adjudiquen a sí mismos las cuencas hidrográficas del país”.

Hace tres años, el 22 de abril, Día de la Tierra, unas 30 organizaciones nacionales e internacionales presentaron en Boquete una solicitud a la UNESCO para que se declarara al Parque Internacional La Amistad como Sitio de Patrimonio Mundial en Peligro en base a las amenazas causadas por la construcción de hidroeléctricas, la cacería furtiva y el avance de la ganadería comercial dentro del parque. Esta petición es renovada de nuevo en 2010.

El informe completo puede leerse aquí.

[1] El PILA, que se extiende entre el nivel del mar hasta pasados los 3.000 metros de altura, ocupa 193.929 has. en Cota Rica y 207.000 en Panamá, y conforma una suerte de bisagra biológica entre América del Sur y América del Norte (n de la r).

* Integrante de www.comunasur.org
En www.panamaprofundo.org

 

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