Paraguay: dinosaurios al mando
Paraguay vuelve atrás con las agujas del reloj de la historia. La vieja oligarquía vuelve prepotentemente al gobierno después de “elecciones legítimas” que borran el golpe parlamentario de Junio del 2012 en contra del Presidente Constitucional Fernando Lugo, quien había intentado una tímida renovación del País.
Elecciones organizadas por el gobierno golpista, cuya regularidad ha sido certificada por el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) el mismo que había legitimado los golpistas tan solo 3 días después del derrocamiento del ex-obispo católico. Lugo había puesto fin a 60 años de monopólico poder del reaccionario Partido Colorado. De esos 60 años, 35 estuvieron bajo el mando de Alfredo Stroessner, jefe de una de las más sanguinarias dictaduras militares latinoamericanas, que dio asilo entre otros al nazi Josef Mengele y al dictador nicaragüense Anastasio Somoza. Hoy aquellos mismos dinosaurios están de nuevamente al frente del gobierno.
En un país donde el clientelismo es pan de cada día, y la corrupción es endémica, se dan situaciones como algunas que sucedieron durante la campaña electoral, a modo de ejemplo: la Fiscalía lanzó una campaña pública llamada “no venda su cédula….”. También hubo una sangrienta represión (en particular en contra del movimiento campesino), la izquierda fue excluida de los debates televisados y radiofónicos, etc. En estas condiciones, hablar de “elecciones libres” es casi un eufemismo. Pero vamos por orden.
El domingo pasado, alrededor de 3,5 millones de electores fueron llamados a elegir el nuevo Presidente (2013-2018), el vicepresidente, los parlamentarios nacionales y del Parlamento del Mercosur, gobernadores y juntas departamentales.
En las presidenciales el TSJE con el 45,8 % ha declarado la victoria de Horacio Cartes, candidato del Partido Colorado (Alianza Nacional Republicana). Cartes, 56 años, es un rico empresario del tabaco con el apodo de “Berlusconi guaraní”, siendo dueño, entre otros, de un club de fútbol.
En segundo lugar con el 37%, Efraín Alegre, del Partido Liberal Radical Autentico, protagonista del derrocamiento de Lugo junto al Partido Colorado.
La izquierda se ha presentado dividida por lo menos en 3 listas (Avanza País, Frente Guazú y Kuña Pyrenda). Si la suma aritmética llega a más del 10%, en realidad la división seguramente no ha favorecido la tendencia al crecimiento que se hubiera podido registrar con una lista única. De esta manera Avanza País ha alcanzado el 5,88 %, con una alianza de partidos, de movimientos ciudadanos, entre los cuales estaba también el Partido del Movimiento al Socialismo (P-Mas),una organización integrada en buena parte por jóvenes y que había participado en el gobierno del Presidente Lugo.
El Frente Guazú (Frente Amplio en idioma Guaraní) logró el 3,32 %. En la coalición del ex-presidente Lugo ha participado el Partido Comunista que también había apoyado la experiencia del gobierno del cambio. Atrás quedó Kuña Pyrenda, la coalición feminista socialista, con solo el 0,16 % de los votos.
Por la ley electoral paraguaya (sistema D’Hont), de un total de 45 senadores la izquierda ganaría 7, 5 del Frente Guazú (entre los cuales está Fernando Lugo) y 2 de Alianza País.
La participación del 69 % del electorado ha sido bastante significativa para los estándares paraguayos, más baja en las zonas rurales donde la cuestión de la distribución de la tierra sigue siendo el centro de muchos conflictos sociales.
¿Un narco-presidente?
La candidatura del neo-Presidente Cartes nace de un acuerdo oligárquico, entre una clase política “colorada” por 60 años en el gobierno (marginada en los últimos años) y un empresario trasformado en político que busca incrementar sus márgenes de ganancia. En ausencia de un verdadero proyecto político se logró un acuerdo espurio, casi mafioso, por el cual en algunos momentos se podría eventualmente negociar con los adversarios liberales para sobrevivir mutuamente.
En días pasados, a parte de las preocupaciones expresadas por un grupo de diputados europeos a cerca del candidato Cartes, además había sido presentada contra el mismo Cartes una denuncia oficial por parte de la “Asamblea Permanente por los Derechos Humanos” por “contrabando, narco-tráfico, evasión fiscal, lavado de dinero y enriquecimiento ilícito”.
Por lo que se refiere al narco-tráfico, el diario brasileño ‘O Globo’ cita informaciones de la DEA (la agencia antidroga estadounidense) según la cual «Horacio Cartes está al mando de un gran lavado para las mafias de varios países, principalmente el Brasil».
Cartes es dueño de varias empresas, como Tabacalera del Este S.A. y Tabacos del Paraguay S.A., con intereses en el sector bancario, aparte de ser dueño de un equipo de football y ser ganadero. En una de sus fincas, en el 2000, fue incautado un avión con matrícula brasilera con varias toneladas de cocaína y cannabis. Según “O Globo”, la DEA viene investigando las acusaciones desde el 2009. Y según las informaciones de un cable de Wikileaks del 5 de enero del 2010, Cartes “encabezaría una organización de lavado de dinero en la Triple Frontera» de Brasil, Argentina y Paraguay.
Después de este proceso electoral, Paraguay será casi seguramente reintegrado en el Mercosur, del cual fue suspendido en Junio del 2012 después de la destitución del entonces Presidente Fernando Lugo, quien fue sacado en unas pocas horas por el Parlamento de Asunción por “mal desempeño de sus funciones”. En aquella ocasión, la Cumbre de los Presidentes del Mercosur celebrada en la ciudad argentina de Mendoza, había decidido además el ingreso de Venezuela como miembro pleno en el bloque económico sur-americano, ingreso bloqueado desde 2006 por el proprio parlamento paraguayo.
Las multinacionales Monsanto y Rio Tinto Alcán aplauden junto a Washington, en calidad de sponsor oficiales del último espectáculo electoral.
Monsanto (pocos días después del golpe) había sido “milagrosamente” favorecida para poder invadir el país con sus productos transgénicos y extender el impero de la soja, que ya abarca Argentina, Brasil y Uruguay. Esto debido a un cambio en la legislación que no había sido posible hasta el golpe.
Rio Tinto, un gigante multinacional del aluminio, estaba negociando hace tiempo una tarifa por debajo del costo por un suministro eléctrico prometiendo una mega-inversión muy controvertida.
Detrás de bambalinas, la embajada estadounidense presiona hace mucho para la instalación de nuevas bases militares norte-americanas en Paraguay. Ya hoy, a pocos minutos de vuelo de Bolivia, está la base aérea Mariscal Estigarribia, modernizada en los últimos años, y diseñada para recibir millares de soldados y aviones de gran tamaño con material y armamento.
Mientras tanto, Paraguay enfrenta la peor epidemia de “dengue”, una fiebre hemorrágica que solo en el 2013 ha golpeado a 65.000 paraguayos y provocado la muerte de por lo menos 45 personas. Quien escribe, retiene en sus ojos, el orgullo de una médica paraguaya que reivindicaba la salud gratuita, obtenida después de largos años de lucha gracias a las medidas de cambio social del gobierno de Fernando Lugo, medidas que fueron borradas por los golpistas.
Son pocos los que se acuerdan de la masacre de Curuguaty, la que fue un pretexto para realizar el golpe y para encarcelar dirigentes campesinos, los que todavía permanecen detenidos en condiciones carcelarias infrahumanas.
Después de 9 meses del golpe de Estado, el balance de la oligarquía es positivo. Se ha logrado deshacer de Lugo en base a lo que estaba “previsto en la Constitución”, ha sabido resistir a un parcial aislamiento internacional por 9 meses, ha logrado dividir y esconder la izquierda junto a los movimientos sociales, ha realizado elecciones re-posicionando los partidos tradicionales de la derecha obteniendo la victoria y se prepara a ser nuevamente acogida en la “comunidad internacional”.
Un modelo de golpe perfecto para la contra ofensiva de la derecha en el continente.