Paraguay: injusticia social e inseguridad urbana

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

La marcha se inició en la avenida Mariscal López y la multitudinaria reunión tuvo lugar en la Plaza de la Democracia de Asunción. Los manifestantes comenzaron a llegar al punto de la cita muy temprano en la mañana; eran centenares antes de las ocho del viernes 4 de junio.

Aunque la convocatoria fue para expresar duelo e indignación ante el reciente asesinato de Emilio Aguirre, alumno del colegio Internacional, asesinado para robarle un teléfono celular, no se olvidaron otras muertes violentas de escolares.

Pese a ser el gobierno blanco principal de las críticas, la ministra de Educación, Blanca Ovelar, no se sustrajo a la convocatoria y recordó a la más pequeña de las víctimas: «Era una niña que nunca pudo pasar del primer grado, porque en agosto dejaba la escuela para trabajar. Cuántos niños sobrellevan silenciosa y dolorosamente la irresponsabilidad de sus adultos. Cuánta injusticia». Se refería a una niña de 11 años, Felicitas Estigarribia, violada y muerta en un descampado.

La selva perversa

Los reclamos por mayor seguridad en las calles, mayor eficiencia policial y «mano dura contra los delincuentes» son un lugar común en América Latina.Decenas de miles de personas se han reunido en Buenos Aires con estos motivos; pocos dudan aquí -por ejemplo- en establecer la responsabilidad penal a partir de los 14 años.

En términos generales el discurso por la seguridad en las calles -en el enfoque de las capas medias, uno de los sectores de mayor riesgo- queda separado de las condiciones sociales concretas: cesantía, corrupción, precarización laboral, quiebra de los sistemas de salud y educación, etc… para concentrarse en la represión.

En Asunción del Paraguay los manifestantes ligaron tres reclamos: justicia social, seguridad para los ciudadanos y castigo a los delincuentes. «¿Qué justicia se puede esperar cuando las autoridades no caminan por las calles y sus hijos tienen protección especial», reclamó Ernesto Lara, presidente del centro estudiantil del Colegio Experimental Paraguay Brasil.

Un mensaje del colegio Salesianos, uno de sus alumnos -Diego Báez- fue asesinado hace tres años, fue particularmente duro: «Tenemos nuevo presidente, nuevos parlamentarios y nueva Corte Suprema de Justicia, pero nada mejora y hay una tendencia alcista de violencia».

Paraguay se abrió a un debate de grandes proyecciones.

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*Desde Buenos Aires.

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