París no quiere y Dakar se mudó a América: vueltas y revueltas del desastre sobre ruedas

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Alejandro Tesa.

En el portal del Rally Dakár se lee: "Desde su origen, el Dakár lleva en él una pasión por los grandes espacios y los sitios naturales de excepción. Muy comprometida con el respeto de los lugares que atraviesa, la organización del rally busca en permanencia medios de atenuar su impacto sobre el medio ambiente". Decenas de organizaciones ecolopgistas y expertos ambientalistas no están de acuerdo.

La prueba —Rally París-Dakár— comienza a cobrar forma hacia 1979, como un desafío (muy europeo) a la resistencia humana y productos tecno-industriales, en general también europeos, en territorios virtualmente desiertos y geográficamente dificultosos de África; se trataba de una aventura. Hasta 1994 la partida tenía lugar en los Campos Eliseos de París y concluía en la ciudad de Dakár, en Senegal. Se eligió Dakár, tal vez porque —como lo señalan algunos folletos turísticos—, "es una bulliciosa ciudad con un indiscutible aire del sur de Francia".

Desnudar el rally

Probablemente fuera eso: una aventura, suma de actos de arrojo y valor, al comienzo; hoy es parte de un circo debidamente comercial y "globalizado" no ajeno tampoco al interés de algunos fabricantes y distribuidores de vehículos (motos, cuatrimotos, automóviles y camiones), neumáticos, lubricantes, combustibles, accesorios varios. A los que se suman entusiastas compañías que proveen de alimentación, agencias de viajes y turismo, sector hotelero, casinos, la "industria" de la prostitución y, aunque parezca poco serio, gobiernos regionales y nacionales en la Argentina y Chile, que ven la realización del rally entre sus fronteras como inserción de esos países en el mundo.

Más de 2.000 personas, en su  mayoría mecánicos y técnicos, trabajan a tiempo completo entre edición y edición de la famosa competencia. Un enramado de auspiciantes públicos y privados son buscados, perseguidos y encontrados por los equipos participantes. El Estado de Chile, por ejemplo, auspició con una buena suma en efectivo a un corredor, De Gavardo; para la última versión del Rally; la cifra superó el millón de dólares estadounidenses. De Gavardo no llegó, incidentalmente, entre los primeros a la meta en Buenos Aires.

Promediando la década de 1991/80 el alcalde de París eliminó a los elegantes Champs Élyssées del circuito y los corredores debieron partir en 1994 de un lugar más acorde con el verdadero significado del rally: Eurodisney. Posteriormente la razón publicitaria determinó que el inicio de la carrera cambiara entre distintas ciudades europeas: Granada, Marsella, Barcelona, Lisboa. No sólo cambió el punto de largada, también hubo cambios en la ruta y meta, que alguna vez estuvo en Suráfrica. La carrera, todavía Rally París-Dakár se ponía pantalones largos  y la maquinaria de la triada organizadores-empresas-comunicadores abría y cerraba gozosa sus bolsillos.

Se lee en Terra: En el Dakár que se hizo en Chile en 2010, de los sitios arqueológicos por donde pasaron las motos y autos, 52 fueron dañados, lo que representa un 49% de los sitios totales. “El tipo de daño en estos sitios es de distinta intensidad, afectando tanto a huellas troperas pre y post hispánicas, huellas de carreta, talleres líticos prehispánicos, campamentos salitreros y estructuras históricas, etc.”, según consigna un informe del Consejo de Monumentos Nacionales.

En tanto, el Colegio de Arqueólogos de Chile al verificar esta situación decidió hacer una denuncia a la BRIDEMA por delitos contra el medio ambiente y patrimonio cultural producidos por la realización del Dakar. Sin embargo “después de entregada la denuncia no hemos sabido nada, sólo que el trámite lo acogió el Ministerio Público de la Tercera Región, pero posteriormente a eso nada”, informó la vicepresidenta de la institución, Paola González a Terra.cl.

En cuanto al Dakar de 2011, el análisis de Paola es más preocupante. “En el año 2010 el Consejo de Monumentos Nacionales, demoró 5 meses en entregarnos la información después de que la competencia terminara. Este 2011, la línea de base determinó que había por lo menos 600 sitios amenazados, y si seguimos el mismo porcentaje que el año pasado, podríamos encontrarnos con 300 sitios destruidos”, señala la vicepresidenta del colegio de arqueólogos.

Lógica implacable

Los ideólogos, comerciantes a cargo del Rally Dakár sostienen en su página-web que el daño ambiental producido por la carrera es mínimo; que más emisiones contaminantes hubo, comparativamente, en un solo partido del Mundial de Fútbol de Suráfrica.

Es la misma lógica que se aplica para jugar con los genes de las cosechas: las plantas deben ser genéticamente modificadas para que resistan el uso de, por ejemplo, "Round up". ese producto que mata plagas, otras plantas, animales y seres humanos.
 

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