De la extensa obra de Pier Paolo Pasolini (1922-1975) en el cine, la poesía, la literatura, destaca, por premonitoria, una recopilación de artículos de opinión publicados en los años setentas en los que el autor reflexiona sobre la transformación antropológica y cultural del modelo capitalista, que ha dado nacimiento a un nuevo paradigma ideológico sustentado en las mutaciones tecnológicas y centrado en el consumismo, “la prima, la vera rivoluzione di destra”.
Considera Pasolini que las nuevas formas de organización del trabajo, la deslocalización industrial y la omnipresencia de los medios de comunicación audiovisuales han dado lugar al surgimiento de un nuevo poder, “el más violento y totalitario de la historia”, en el que se conjuga la expansión económica del capital financiero y la producción de nuevos bienes intangibles.
Ese poder controla los gobiernos, los medios de comunicación y los negocios, y ha creado un modelo que no se conforma con “el hombre que consume”, sino que pretende “que no sean concebibles otras ideologías más que la del consumo”, caracterizada por el hedonismo de las masas, la diversión y entretenimiento como única meta, la obsesión por los nuevos productos, el culto del cuerpo, la pérdida de la distinción entre cosas reales y ficticias y el espectáculo como fin en sí mismo.
Las clases populares han visto transformarse sus valores y modos de vida. Su cultura, de la que podían sentirse orgullosos aunque les tocara vivir una existencia subalterna, ha desaparecido y ha sido absorbida por la uniformidad de conductas y el mimetismo generalizado.
Todo esto lo describía y señalaba Pasolini hace cuarenta años y no se creía, pues era, para entonces, un fenómeno incipiente o no se quería aceptar la nueva realidad: “Todos fingen que no ven cuál es la verdadera reacción”.
Leopoldo Puchi
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