Pensar contra la corriente. – LA PALABRA, NECESARIA ARMA DE DESTRUCCIÓN MASIVA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

El periodista español Pascual Serrano, autor del ensayo Violencia y medios de comunicación, resultó ganador del Concurso Internacional Pensar a Contracorriente, entregado en la sala Nicolás Guillén, de La Cabaña.

El jurado decidió otorgar un premio único a esta obra «por defender tesis que se sitúan contra el imaginario impuesto por el orden capitalista actual sobre la necesidad de la no violencia abstracta, mientras que este ejerce al mismo tiempo una violencia concreta cotidiana. Por situar sus tesis en un escenario tan decisivo como el de los medios de comunicación; por la actualización de la información contenida en el texto, y por su escritura, que puede mantener comunicación con públicos diversos, facilitando el debate sobre el tema en un ámbito social más general».

Julio César Guanche, coordinador general del concurso, señaló que en esta edición se presentaron 146 obras provenientes de 28 países, escritas en los cuatro idiomas en los que se convoca el premio: inglés, francés, portugués y español. Cuba fue el país con mayor representación (38 ensayos), seguida de Argentina (27) y Colombia (15).

En la presente convocatoria del premio, auspiciado por el Instituto Cubano del Libro, el Ministerio de Cultura y la Editorial Ciencias Sociales, se recibieron 93 obras más que en la anterior. Por primera vez arribaron trabajos procedentes de naciones como Israel, Panamá, República Dominica, Rusia, Sri Lanka y Senegal.

Este año el jurado estuvo presidido por el sociólogo mexicano Pablo González Casanova, director del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias de la Universidad Autónoma de México (UNAM). El tribunal lo integró además el economista, historiador y politólogo belga Eric Toussaint, la historiadora y filósofa venezolana Carmen Bohórquez Morán, el filósofo italiano Giannu Vattimo, y el historiador cubano Eliades Acosta Matos.

Notable diversidad de obras y recomendaciones

Vattimo, quien dio lectura al acta conclusiva, alabó el nivel de los ensayos enviados. A nombre del jurado, recomendó para el concurso del año próximo, precisar un tema demarcado para la convocatoria de trabajos. En ese sentido sugirió que en la próxima edición el tema esté vinculado no solo a las resistencias sociales, sino también a los problemas y experiencias de la construcción de alternativas al orden dominante.

El tribunal recomendó además la publicación de otros seis trabajos:

La Doctrina Bush: Ruptura o continuidad en la política exterior de los Estados Unidos, de Carlos Fernández de Cossío (Cuba);

Resignação pos-moderna e totalidade, de Vítor Bartoletti Sartori (Brasil);

América Latina: derribando esquemas, construyendo alternativas. Desafíos y lecciones para los agentes del cambio, de José Ángel Pérez García (Cuba);

A Perversão da Publicidade de Daniel Levy Candeias’ (Brasil);

Construir un arte y repensar el comunismo: una ética de las verdades’ de Simón Royo (España); y

What is Patriarchy and Why is it the Most Powerful Force in the World Today?, de Mary L. Wentworth (Estados Unidos).

El sociólogo cubano Aurelio Alonso, en representación del jurado del año anterior, presentó el texto Pensar a contracorriente III, volumen que recoge las obras premiadas en la pasada edición del certamen: «Ya se hace una tradición en nuestra Feria del Libro que cuando se anuncian los premios del año se presenta en volumen impreso que recoge los premios de la convocatoria anterior. La publicación de estos libros va convirtiéndose en un puntal de la divulgación de las ciencias sociales que miran hacia la búsqueda de alternativas por una sociedad más justa, equitativa y soberana».

El nuevo texto contiene ocho trabajos de autores cubanos y trece de ensayistas de otras latitudes. Alonso aclaró que esto se debe a que en la pasada convocatoria la proporción de obras cubanas fue muy alta. Refiriéndose al volumen declaró: «Es un abanico temático que le da cobertura a unos cuantos de los problemas más serios de la periferia, analiza nuestra situación real continental y del tercer mundo, y encamina la lucha por la búsqueda de un mundo mejor».

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La palabra como arma de destrucción masiva

Manuel Talens, escritor y periodista, se refirió al premio de su compatriota:

La escritura, ya se sabe, es una manera de interpretar el mundo y ninguna palabra es inocente ni carece de ideología, pues como nunca me canso de repetir, hasta el más nimio juego verbal lleva la marca del origen social de quien la pronuncia o la escribe –la clase a que pertenece– y lo sitúa en el lugar que le corresponde. La palabra de Pascual Serrano está firmemente asentada en la trinchera de la izquierda, en la defensa sin matices del socialismo, pues como dijo el Che en una carta famosa, “es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo”. Sus artículos tienen ese algo especial que al mismo tiempo acaricia y es un cuchillo afilado.

Acaricia, por ejemplo, cuando saluda a Cuba a través de su sorpresa ante una niña habanera que se muestra revolucionariamente solidaria con los demás muchachitos incluso cuando juega en un tobogán, pero es también un cuchillo afilado a la hora de defender a Fredy Muñoz frente a las mentiras de sus carceleros o de denunciar el genocidio que se está perpetrando en Iraq. Podría decirse que la palabra de Pascual Serrano es un arma de destrucción masiva de las mentiras del Imperio.

Hace unos días, como por casualidad, el belga Ben Heine, uno de los ilustradores de Rebelión, me envió un dibujo conceptual que viene como un guante en estas líneas: es una mano cuyos dedos son plumas de escribir. ¿Su título? “Weapons”, es decir, armas; las armas de destrucción masiva de Pascual Serrano.
Es la imagen que ilyustra esta nota.

Serrano al aceptar el galardón:

fotoLa última vez que recibí un premio fue por ganar una carrera ciclista cuando tenía 17 años. También es verdad que nunca más, hasta ahora, me presenté a ninguna otra prueba. Entonces me dieron un trofeo con el logotipo de una gran empresa multinacional española que resultó ser una sinvergüenza, si es que hay alguna que no lo sea. Por eso al recibirlo me sentí algo estúpido, pensando que haberlo ganado suponía lograr el derecho a exhibir en mi casa el logotipo de la empresa enclavado en aquella base de mármol. Cuento esto para reflexionar que un premio vale, lo que vale la entidad o institución que te lo concede. Igual que una adhesión a un comunicado o un manifiesto tiene el valor del patrimonio ético o moral que tenga acumulado quien firma la adhesión.

A mí me acaban de conceder el Premio Internacional de Ensayo Pensar a contracorriente, convocado por Cuba, y más concretamente por el Instituto Cubano del Libro. Cuba representa para muchos la dignidad y la firmeza ante un modelo ideológico de consumo y de economía devastador no solo de recursos naturales, sino también de recursos mentales y éticos. Para muchos de nosotros Cuba es modelo de referencia, para otros también es modelo, pero de interferencia, interferencia en sus intentos de colonización, de dominio, de hegemonía.

Seguro que muchos pensarán que, claro, este premio me lo dan los cubanos porque yo defiendo ese modelo y ese sistema. Es verdad que lo defiendo, pero otros muchos lo defienden más y con más dedicación. Por otro lado, en mi trabajo, que trata de los medios de comunicación y de la violencia, no hablo de Cuba, incluso trato más a países como Yugoslavia o Ruanda que a Cuba. Tampoco se pedía en las bases que versara sobre la isla, es decir, no se pretendía, asegurar un llamamiento a la defensa de la Revolución cubana, puesto que se convocaba a escribir de cualquier tema.

Eso en España y en el capitalismo lo saben bien, y el gobierno convoca un concurso de redacción para niños en el que deben escribir bien del rey, o una empresa de turrones o de cerveza sobre las bondades del producto correspondiente. Además en este jurado solo había un cubano entre sus cinco miembros. Pero, lo más indignante, es por qué no se piensa que se concede un premio por servicios prestados cuando se da un premio en el capitalismo. En realidad, allí los premios se conceden por servir a la apología previamente convocada: rey, cerveza o turrón; o por los servicios que van a prestarse, porque luego quien concede el premio tiene los derechos de tu trabajo y se hace millonario.

No es un premio, es una subasta a ver quien se queda con la apuesta de la promoción editorial.

En el capitalismo los premios suelen ir irremediablemente unidos al dinero. Incluso muchas veces, son solo dinero, por eso al gran ejecutivo de una empresa le pagan mucho, es el único parámetro con el que se mide el servicio prestado o el reconocimiento, que en el caso de la economía de mercado no tienen ninguna diferencia, solo se te reconoce el servicio que les prestas.

En Cuba, como no hay mucho dinero, no incluyen grandes cantidades en sus premios internacionales y, menos aún, en los nacionales. Tampoco nadie se enriquece con lo que escribes, lo edita y lo distribuye el Estado y lo vende por debajo del precio de coste por propia política cultural. Por tanto, te debes creer dos cosas: lo que estás escribiendo, puesto que no te va a dar más emolumentos escribir una cosa u otra, y el prestigio de quien te lo concede.

Por eso, no sé si me merezco el premio, solo sé que he escrito lo que me ha dado la gana y pensaba, con honestidad y que quien me lo ha concedido me llena de orgullo porque representa lo más decente de los modelos políticos, económicos y culturales de referencia, e interferencia, que tenemos en este mundo.

Quién es Pascual Serrano

fotoPeriodista español. Fundador de la revista electrónica Rebelión.

Colabora en una decena de publicaciones latinoamericanas sobre temas de comunicación y política internacional. Es coautor de los libros Periodismo y crimen y Wáshington contra el mundo y compilador de Mirando a Venezuela. Su último libro es Perlas. Patrañas, disparates y trapacerías en los medios de comunicación editado en España por El Viejo Topo. En Cuba se editó una versión adaptada: Juego Sucio. Una mirada a la prensa española.

Es miembro del Consejo de redacción de las revistas Mundo Obrero, El Otro País y Pueblos, donde colabora habitualmente.

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* Fuente: Artículo de Salvador Salazar Navarro publicado en la revista electrónica cubana La Jiribilla (www.lajiribilla.cu).

En ALTERCOM, agencia de noticias del Ecuador. Comunicación para la libertad (www.altercom.org).

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