Periodismo en la Argentina: disparar sobre el pianista. ¿Qué pianos toca Fontevecchia?

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Luigi Lovecchio*
 
“Los grandes grupos corren por el pasillo como tías al borde del soponcio: invocan la libertad de prensa; la misma que ellos violan cuando desinforman, cuando cobran por el silencio o por la palabra, cuando deliberadamente engañan”.
Jorge Lanata: Diario Critica.
No tiro piedras contra el hombre que miente, pero sí contra sus mentiras. Las piedras serán, en éste caso, un acto de justicia. Anónimo.

¿Qué tal si yo fuese un hombre embebido de conceptos, por ejemplo, aristotélicos?

Dudaría hasta de escribir estas simple frase muy pragmáticas atinentes con una realidad que presiona para poner la verdad en su lugar. Y si también fuese un adicto lector de Santo Tomás de Aquino, menos todavía. Santo Tomás apoyó su estsructura filosófica casi por entero en los fundamentos de Aristóteles. ¿O Leonardo Da Vinci que, como niño travieso, siempre buscaba nuevos límites?

Las sutilezas son las de invocar a Aristóteles, a Santo Tomás de Aquino, a Leonardo Da Vinci, a Flaubert, a Nietzsche –y muchos más– para mejor desarrollar la línea argumental que el periodista y empresario editor Jorge Fontevecchia (JF) utiliza en sus escritos. De hecho sus textos editoriales están atestados con la presencia de grandes personajes de la literatura o de la filosofía que funcionan como moldes, parches para dar prestigio y vestir de verdad las ficciones con las tres cuarta parte de la verdad que quiere expresar.

“La técnica” no carece de mérito. ¿Quién dudaría de la veracidad de una afirmación acompañada por el respaldo de un gran filósofo? Lo aparente: honesto el relato, honesta la persona que lo hace. Pero…

¿Cómo está hecho un hombre que engaña de manera habitual? ¿Usted tuvo la (mala) suerte u oportunidad de encontrarse con uno de ellos alguna vez en su vida? Bien, mejor dicho mal, sucede que quien miente con descaro puede ser un hombre exitoso al que muchos de nosotros admiramos. O que se hace admirar por el valor de sus palabras escritas.

Francis Bacon decía que “el hombre vale tanto cuanto sabe”; Fontevecchia debe haber tomado al pie de la letra esta afirmación del noble filósofo ingles. Entonces hace uso de todas sus informaciones culturales poniendo en relieve los personajes ilustres de las artes o literatura, que utiliza como ejemplo para sustentar a los ojos de los lectores los mensajes engañosos afirmados en sus editoriales. O sea: utiliza un escenario, amplio, armado sobre el discurso del sentido común para asegurarse que la mentira será creíble.

En ese sentido JF se presenta con la docilidad de un niño inocente, libre de culpas, que solo aspira a ver a través de sus escritos un mundo más justo.

Pero ¿cuál es este mundo más justo? La  astucia reside en que nunca materializa una visión clara de ese mundo más justo, excepto en cuidar los intereses propios y sólo obedece a teorías de posturas filosóficas hipotéticas. Insinúa, sugiere, expresa timoneando sus conceptos con el apoyo de un pensador u otro estudioso de prestigio.

Esta actitud no parece casual. Nietzsche, uno de los filosofos más citados por él, habla del niño inocente como imagen de superhombre, este niño (que es inocente) “cree en su propia moral, sigue sus propios valores”. Cree absolutamente en sí mismo, en su pureza –y extermina desde este pulpito a quien estima adversarios y enemigos.

La diferencia que el editor tiene con el filósofo alemán es que este último era sincero en sus postulados, y pagó con soledad y la perdida de importantes amistades a quienes confesó sus convicciones, mientras que JF es pagado por sus servicios al sistema para divulgar de la mejor manera posible, disfrazado de “periodismo puro” (lo que alguno ingenuos creen), los recados de los grupos de intereses de su círculo.

No se explican de otro modo sus perseverantes ataques al actual gobierno, y a anteriores administraciones, con brutal parcialidad de los contenidos periodísticos, con textos hasta ofensivos, sin reconocer jamás los aciertos que tuvieron ésta u otras administraciones del pasado.

Esto hace pensar que la verdad cruda y desnuda detrás de su actividad es que sus publicaciones funcionan como engranaje de un sistema muy grande, donde la tarea mayor es desinformar y deformarla realidad –siempre y a toda costa– para tener un mercado cautivo de público confuso que jamás sabrá dónde habita la verdad. En ese sentido, los otros medios de prensa con diferentes matices hacen lo mismo. Kafka.

También se puede imaginar cómo debe brillar de orgullo su “inteligencia superior”, saborear su poder a solas y reírse de algún modo cuando piensa en los pobres redactores “jefes” y “especiales” o directores que obedecen y creen ciegamente en un sistema periodístico, cuanto en realidad están atrapados por el prestigio del cargo y las ventajas que eso implica.

Sin embargo si se quiere investigar el hecho que Editorial Perfil es manejado como Clarín por intereses foráneos el investigador difícilmente encontrará pruebas. El éxito de las propuestas que mantiene sólo puede ser valedero si mantiene un estricto secreto sobre sus actividades internacionales. De manera que aún haciendo, por ejemplo la más minuciosa búsqueda en buscadores de la internet, como Google –lo que está al alcance de una persona no especializada en estas mnaterias– no aparecen sus "holdings”. 

Llama la atención el hecho que Editorial perfil tiene dos "holdings": uno en el paraíso fiscal britanico, el de St. Helier en la isla Jersey y otro –el austriaco Perfil Gmh–. en dos países diferentes, cuando para administrar las empresas se puede no tener ninguno o es suficiente uno solo (1). ¿Por qué soportar los gastos de alquiler, personal, teléfono etc. si se pueden evitar? Conociendo como es cuidadoso en ahorros suena contradictorio, salvo que tenga una sólida razón económica.

Si Jorge Fontevecchia no figura como propietario del "hólding" de ST. Helier de Jersey, según sus mismas palabras es porque de ese hólding es propietaria Perfil Gmh Austria, de la cual el mismo Fontevecchia se declara dueño. Es legítimo sospechar que otros socios pueden estar involucrados de manera anónima en Perfil St. Helier y desde allí controlar con retornos económicos las publicaciones que Perfil tiene en el resto del mundo. Podría ser el mecanismo, si no ¿por qué motivo tiene necesidad de tener un "hólding" en un paraíso fiscal del cual no se conocen propietarios y otro en Austria donde sí se conocerían?

Fontevecchia admite, y cito sus palabras, que “las sociedades off-shore se adquieren ‘con el fin de enviar fondos’ al exterior ‘y eludir impuestos en el país de origen’. Lo que es absolutamente cierto, pero nada tiene que ver con Perfil”.

¿Por qué nada que ver? ¿Es la excepción que confirma la regla? Sería bueno que ampliase un poco más este concepto. Pero ahí se detiene; sólo dice que no tiene nada a que ver con Perfil. Puede que no tenga nada a que ver pero puede que tenga a que ver con la participación económica de otros socios secretos que pagan a Perfil sus servicios de “periodismo crítico” o “puro periodismo”. Llama la atención… ¿Por qué dos "holdings" y uno, justamente, en un paraíso fiscal? Hummm… Sería bueno que aclare.

Hay muchísimas multinacionales con presencia mundial en muchos más países que no tienen "holding" y menos dos.

Comparando: diferente es el diario Clarín. Declara sus socios y, a pesar de que el periodismo que brinda es parcial porque siempre defenderá la postura de los socios que hacen parte del diario (grupo de inversión Goldman Sachs, Hughes Electronic, Walt Disney, CTI, Prima etc.), sus "partners" de negocios están a la vista y un lector avezado puede darse cuenta de dónde y cómo vienen los tiros y cuáles son las distorsiones en las cuales el diario suele incurrir.

(Leer aquí.) 
Pero, claro, hay pocos lectores avezados. Ese es el gran negocio de los editores en general y Editorial Perfil, del ya gigante Fontevecchia, no es la excepción.

(1) Esto según la opinión de un contador, muy reconocido, consultado informalmente, vicepresidente de una multinacional que pidió anonimato.
 

Ayuda memoria

St. Helier, Jersey, un paraíso fiscal bajo protectorado británico.
Sobre la estructura societaria del grupo: “Si el Grupo Perfil que lidera Jorge Fontevecchia poseyera la mayor parte de su patrimonio en el exterior, en un paraíso fiscal británico libre de impuestos, el hecho podría interpretarse como una operación para intentar vaciar la compañía”.

“¿A quién pertenece Perfil en realidad?”. “¿Es Fontevecchia un testaferro de capitales multinacionales?”. Y concluye: “Ahora se sabe: donde se publica ‘puro’ debe decirse ‘espúreo’ (sic, en lugar de espurio). Una nueva lección que ayuda a entender la realidad”.

Hay un recuadro de un tributarista donde se explica que las sociedades off-shore se adquieren “con el fin de enviar fondos” al exterior “y eludir impuestos en el país de origen”. Lo que es absolutamente cierto pero nada tiene que ver con Perfil.

"Holding" Perfil Limited St. Helier, Jersey:

"No figuro como propietario porque el propietario es precisamente el "hólding" que se llama Perfil Gmh con sede en Austria (que no es ningún paraíso fiscal), del que yo soy su propietario, como consta en mi declaración jurada frente a la AFIP. Para eso son los "holdings", para organizar y unificar la propiedad.

* Periodista.
En: www.losbuenosvecinos.com.ar

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1 comentario
  1. Claro dice

    Lo malo que tienen las compañías de telefonía móvil es que la confidencialidad se la pasan un poco por el otro lado, es lo que pasa con Claro y es bastante feo de digerir

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