Peru, entre el futuro y el pasado
Oscar Ugarteche*
El 5 de junio habrá la segunda vuelta electoral para elegir entre Keiko Fujimori, hija del sátrapa Alberto Fujimori, y Ollanta Humala, un coronel del ejército peruano con un discurso nacionalista. Esta es la tercera elección polarizada.
Las elecciones de 1990, 1995 y 2000
Recapitulemos, la encrucijada política peruana entre la derecha ultra liberal y una izquierda moderada se dio en 1990, cuando el candidato por la derecha ultra liberal era Mario Vargas Llosa y el de la izquierda moderada era Alberto Fujimori. En ese escenario, el entonces presidente Alan García puso su apoyo a Fujimori incluso al costo de no apoyar al candidato de su propio partido político y de ese modo impidió la elección de Vargas Llosa.
Ya electo, Alberto Fujimori viró, echó a su equipo de asesores y reclutó a los del bando contrario, para hacer el gobierno que introdujo las reformas económicas en el Perú. Eso que ahora se llama “la democracia económica”. Como había resistencia popular y política a estas, hizo un golpe de Estado el 5 de abril de 1992 y por decreto supremo autorizó las 772 leyes de las reformas económicas al día siguiente, lunes 6 de abril. Inolvidable.
Seis años más tarde, la forma despótica de gobierno de Alberto Fujimori llevó a una reacción estudiantil en las calles que comenzó como marchas primero por la defensa de los miembros del Tribunal Constitucional. El tribunal había fallado que el presidente no podía correr por tercera vez consecutiva a la presidencia y éste y sus allegados habían decidido que lo harían de todos modos.
El servicio de inteligencia cogobernaba desde las sombras, la telefonía nacional tenía intervenida a 10,000 personas, y el dinero generado por las privatizaciones se utilizaba, entre otras cosas, para comprar conciencias. Los más relevantes casos fueron los de los directivos de los medios de comunicación masivos que recibieron efectivo personalmente para cambiar sus líneas editoriales. Montesinos no solo cogobernaba sino que era el fiel de la balanza.
La derecha financiera estaba feliz, la derecha trasnacional también, y no diremos las instituciones financieras basadas en Washington. El Banco Mundial había servido de partido político a Fujimori proveyéndole más de mil millones de dólares, para obras de infraestructura física entre 1994 e inicios del 95. Ese extraño régimen político autoritario, despótico, liberal en lo económico y ultra conservador en lo político, aliado del Opus Dei, culminó sus días en noviembre del 2000, tras tres años de marchas en la calles iniciadas en 1997, cuya cúspide fue la célebre Marcha de los Cuatro Suyos en julio de 2000.
Vale la pena recordar que Montesinos mandó a poner una bomba al antiguo edificio del Banco de la Nación para dar la imagen de una izquierda terrorista protestando en medio de una Lima devastada por los incendios. Hubo varios muertos como resultado de esta estrategia de Montesinos.
La caída
El gobierno de Alberto Fujimori, sin embargo, se cayó tras la tercera elección que había sido forzada deportando a los miembros del tribunal electoral, y expropiando el Canal 2 de Televisión que no se había vendido como los otros. La forma como cayó fue tras la denuncia del Ministro de Defensa de Colombia a fines de agosto del 2000 de que Montesinos y Fujimori le vendían armas a las FARC que eran pagadas con cocaína. Las armas eran recogidas en Jordania y lanzadas en paracaídas sobre la amazonia colombiana en aviones de la Fuerza Aérea Peruana.[i]
Cabe recordar que en los años del cogobierno Fujimori-Montesinos, aparecieron varias naves de la Marina de Guerra con toneladas de cocaína, que el avión presidencial fue encontrado en la Base Aérea de Las Palmas con tres toneladas de cocaína en un vuelo que iba a Moscú, y que el hombre detrás de la lucha contra las drogas en el Perú era Montesinos, aunque los eventuales jefes fueron otros.
Lo que propició el final fue la aparición de unos videos grabados en el servicio de inteligencia donde se mostraba a Montesinos entregando paquetes de efectivo a diversas personalidades del país. El Gobierno estaba corrompiendo a los privados y no a la inversa, como suele ocurrir. Esos videos lanzaron a Montesinos a la fuga.
Aunados los videos a la denuncia colombiana, la fuga del Perú de Vladimiro Montesinos se dio en un avión del Grupo Banco de Crédito luego de la intervención directa de un funcionario del Banco que era asesor entonces del Ministro de Economía. Éste habló con el presidente del directorio del Banco quien autorizó que el Lear Jet volara a Panamá.
Estando Montesinos en Panamá, Fujimori hizo un operativo para recabar videos donde él aparecía en los diversos inmuebles de Montesinos.
Para eso disfrazó a su edecán de fiscal y acompañado por la televisión (comprada por él) fue de casa en casa hasta que recogió todos los videos. Mientras estos pasaba, Montesinos regresó al país para arreglar sus cosas y volvió a salir, esta segunda vez de manera clandestina en un velero. Fujimori salió ocho semanas después de Montesinos, el 15 de noviembre del 2000 en medio de un clamor popular donde la corrupción era visible. Los peruanos sentimos que habíamos llegado a una primavera democrática.
Las investigaciones y juicios
citeseerx.ist.psu.edu/viewdoc/download?doi=10.1.1.145.3639&rep=rep1&type=pdf –
*Economista peruano, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Es presidente de ALAI y coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA) www.obela.org