Perú: todo por imponer el TLC con Estados Unidos

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Andrés Sal.lari*

El presidente del Consejo de Ministros peruano, Yehude Simon, admitió este lunes que el Gobierno tuvo parte de culpa en los sangrientos hechos del pasado viernes, que han cobrado la vida de (oficialmente) 33 personas -22 de ellos policías- durante violentos enfrentamientos en la provincia de Bagua (unos mil kilómetros al norte de Lima).

"Se intentó buscar el desarrollo de la selva desde Lima", señaló el premier a una radio local, aunque adelantó que la mayor responsabilidad la tienen los promotores de las manifestaciones en la Amazonía.

Organizaciones indígenas y fuentes médicas informaron el deceso de por lo menos 25 indígenas a manos de las fuerzas represivas y extraoficialmente ayer lunes se hablaba de más de 100 indígenas asesinados.

La desinformación en torno a los hechos acontecidos en la Amazonía peruana es espeluznante. Dirigentes indígenas como Shapion Noningo, denunciaron que debido a la suspensión de las garantías constitucionales y a las dificultades para comunicarse con la provincia de Bagua (epicentro de los enfrentamientos, a unos mil kilómetros al norte de Lima) es difícil determinar la cifra definitiva de personas fallecidas.

La enviada especial de la agencia española EFE (que no se caracteriza justamente por su progresismo) remite desde el lugar de los hechos que “la ciudad es un hervidero de rumores: hay quienes afirman que la Policía ha hecho desaparecer varios cadáveres de indígenas arrojándolos al río, algo que el Gobierno niega, y que está irrumpiendo en los hospitales para detener a los heridos.”

Muchos medios internacionales -en consonancia con los peruanos- intentaban difundir este lunes una irresponsable atmósfera de normalidad en torno a la situación de los indígenas de la Amazonía, pero hurgando un poco en las informaciones pude leer que “ Una sede de la Iglesia Católica en Bagua Grande se ha convertido en un gran campo de refugiados de centenares de indígenas que se sienten amenazados por la represión desatada por el Gobierno peruano.”

“Los pobladores entran y salen por decenas en busca de protección o para intentar retornar a sus comunidades por diversos medios. Otros líderes de las protestas buscados por la Policía están siendo ocultados por la población local.”

En Lima, la página web del diario El Comercio -que tampoco se caracteriza por su progresismo- colgó numerosos mensajes de sus lectores. No hay que dejar de tener en cuenta que lo que caracteriza a los medios de comunicación peruanos es la cerrada defensa del neoliberalismo, y que como tales los usuarios de sus medios de comunicación coinciden mayoritariamente con ese pensamiento político, a lo que se agrega que quienes editan sus contenidos estarán pendientes de sostener esas posturas-.

Una mínima reflexión final  

El viernes pasado, una vez conocida la tragedia, el canciller peruano José Antonio García Belaúnde, invitó a reanudar el diálogo pero advirtió que el Gobierno no derogará los decretos que los indígenas exigían abolir y que desataron las protestas.

García Belaúnde aseguró que los decretos “apuntan al desarrollo sostenible” y formaron parte de la negociación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, lo que los convierte en “vitales para el país”.

Todo por imponer el TLC.

*Periodista argentino

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