“Obama pretende cambiar el concepto de la OTAN, contrariando el objetivo del tratado que creó a la alianza atlántica y darle la capacidad de policía global (global cop) para enfrentar las ‘nuevas amenazas’ como el terrorismo, los ataques cibernéticos y los misiles balísticos.”
Los activistas de derechos humanos le reclaman y reprochan al mandatario demócrata que se niegue a procesar a los funcionarios que durante el gobierno de Bush aprobaron el uso de esos métodos de interrogatorio. Como el ex vicepresidente Dick Cheney, quien dijo sin ruborizarse a la cadena ultraconservadora Fox: “Esa práctica funcionó. Aportó datos secretos de relevancia vital”.
Raúl Cerdeiras, filósofo y director de la revista Acontecimiento, señala a este diario la contradicción de Occidente. “Las grandes democracias no tienen empacho en decir que torturan y llegan a justificar la tortura. Invaden países y matan a poblaciones indefensas como la de Irak. El discurso en el que se basó George Bush para invadir era el de la cruzada contra el mal. En el momento en que un pensamiento que viene de la democracia plantea una cuestión casi religiosa del Eje del Bien y del Mal se convierte en fundamentalista. Bush dividió al mundo en dos: la democracia del lado del bien, el terrorismo del lado del mal. Esto muestra los límites del pensamiento democrático.”
Con todo, Obama prohibió a sus hombres el uso del submarino y toda práctica de tortura en general, así como el cierre de las cárceles secretas de la CIA. En marzo pasado, el presidente emitió una orden ejecutiva para mantener un régimen de detenciones “legal, sostenible y conforme a principios”, hasta que pueda cerrar el penal. Si es que puede.
El Congreso norteamericano pone trabas para destinar fondos a la clausura de Guantánamo, trasladar los presos a Estados Unidos y enjuiciarlos en tribunales federales. Hoy los detenidos allí son 171: afrontan la posibilidad de un juicio ante un tribunal militar, el traslado a sus países o detenciones indefinidas. Algunos de esos hombres en overol naranja puede que sigan presos de por vida, sin recibir un proceso justo.
*Periodista de Página 12
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