El presidente del Congreso de la República del Perú, José Jerí, asumió como mandatario interino hasta las elecciones de abril y le declaró la guerra a la delincuencia. Es el séptimo presidente de Perú desde 2018. El Congreso de Perú destituyó la noche del lunes a la presidenta de facto, Dina Boluarte, por “permanente incapacidad moral”, luego de que los partidos políticos que la protegían en el Parlamento le quitaron durante la jornada su apoyo en medio de una crisis impulsada por el alza de la criminalidad.
Tras juramentar el titular del Legislativo, José Jerí, del democristiano partido Somos Perú, como nuevo jefe del Ejecutivo, declaró la “guerra a la delincuencia”, para la que “tenemos a nuestra policía nacional, a nuestras fuerzas armadas”, y llamó a la colaboración del Poder Judicial y la fiscalía. Jerí tiene un historial de denuncias de soborno y ataque sexual a una joven. De ambas causas fue exonerado por falta de pruebas.
Boluarte llegó al poder el 7 de diciembre de 2022 luego que los militares depusieran al entonces mandatario Pedro Castillo (2021-2022), de quien era vicepresidenta. Ese día Castillo intentó disolver el Parlamento, pero el Legislativo contratacó y lo destituyó por “incapacidad moral”. Castillo está detenido de forma provisional mientras es juzgado por presunta rebelión e investigado por corrupción, en lo que el ex mandatario acusó de golpe de Estado.
Fuerza Popular, la ex candidata presidencial Keiko Fujimori, Alianza para el Progreso y Renovación Popular, del también ex candidato presidencial Rafael López Aliaga, actual alcalde de Lima, anunciaron que apoyarían las mociones para la vacancia. Ambos partidos la protegieron desde el inicio el mandato de Boluarte. Entonces, por la noche se aprobaron cuatro pedidos para votar su remoción.
Creyéndose invulnerable políticamente, gracias a su sinuoso sistema de alianzas con las fuerzas dominantes en el Congreso –donde se le hacía el favor de enterrar su larga sucesión de desatinos– la presidenta, Dina Boluarte, llegó al último paradero de su accidentado mandato. El abaleamiento en un centro de esparcimiento de las familias de los militares donde se presentaba un grupo peruano tan querido e icónico como Agua Marina fue el detonante de una reacción en cadena que se inició con la moción de vacancia que presentó el partido Renovación Popular en el Parlamento.

Ciertamente, un gesto de calculado impacto en una coyuntura electoral que movilizó también, a las pocas horas, a Fuerza Popular. Y cuando la bancada naranja recibió la directiva de sumarse a la moción y así lo hizo público, en Palacio supieron que la suerte de la mandataria estaba echada. Ahora sí los votos alcanzaban para vacarla.
Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.