Política chilena: Karen Doggenweiler, candidatos, mujeres, estúpidos, mentirosos y cobardes
Lagos Nilsson
El martes 21 de julio Marco Eníquez-Ominami presentó los lineamientos de la política cultural que intentará su eventual futuro gobierno; menos de 24 horas después la inefefable Concertación cuestionó que la cónyuge del candidato, Karen Doggenweiler, participara en su campaña. La señora Doggenweiler de Enríquez trabaja en Televisión Nacional, área de entretenimientos. Fea cosa. No es Doggenweiler la única que sufre discriminación. El iceberg muestra la cúpula, ya veremos lo que hay debajo del agua.
¿Quién es el idiota que piensa que el trabajo de la mujer del candidato en su campaña representa una "ventaja" para él? Un tal Andrés Palma, integrante de la mesa directiva de la Democracia-cristiana. Lo peor del asunto, sin embargo, es que nadie –salvo una senadora de derecha, Evelyn Mahei– se rió del tal Palma. La señora Mathei se rió escandalizada.
En otro terreno –relacionado con lo que cuesta tanto a la política chilena definir, la cultura– el flamante neo militante y candidato del PC, Jorge Arrate, envió carta de rompe y raja al comandante en Jefe del ejército y a la presidenta Bachelet ante un acto de discriminación: el Ejército de Chile organiza para agosto un seminario (vaya uno a saber para qué) al que fueron invitados en calidad de expositores los dos postulantes del "stablishment": Sebastián Piñera y Eduardo Frei.
Pero, hipocresía de fuste, no fueron convocados en esas calidades, sino el primero porque preside una llamada Fundación Futuro y el otro porque es senador.
¡Soy discriminado! se queja Arrate. Y con razón. También discriminados están Enríquez-Ominami y Alejandro Navarro; Navarro es senador, Enríquez-Ominami diputado. Se sabe que al ejército eso no le dice mucho, si algo le dice: los de uniforme conocen que no cuesta mucho trabajo sencillamente "anular" al Congreso, cerrarlo.
Lo curioso es que maese Arrate, adalid de transparencias, no menciona entre las discriminaciones la que padece la sétima candidata a la Presidencia de la República, la periodista y escritora Pamela Jiles.
Tal vez tenga razón Arrate al no mencionarla. La Jiles es deslenguada, rebelde, incorregible. No es posible acercarla a la izquierda conversacionista – concertacionista que toma el te con la derecha (de la que vienen el mismo Arrate, y Navarro, y Enríquez-Ominami), amenaza entrar "con el pueblo" a La Moneda. ¿Pueblo?, palabra espantosa que no debe utilizarse, basta con decir "la gente", algo pulcro –y sobre todo distante.
Eduardo Frei con velocidad –reflejos de cocodrilo viejo– señaló, frente al "affaire" Doggenweiler, que no se hacía responsable de los dichos de otros, que esta muy ocupado por la marcha de su campaña, que no le interesan los asuntos de "farándula"
(ergo: Doggenweiler es farandulera, pero no se sabe que sea actriz ni integre una compañía de teatro ambulante; acaso sea normal el error de Frei Jr.: el hombre tiene sus limitaciones; ayer no más dio sus argollas conyugales a la dictadura).
O acaso el senador usó la palabreja farándula en el sentido despectivo con que se la pronuncia en América Latina, con lo que ofendió, de paso, a la señora Doggenweiler. No en vano parecen ser cada vez menos los entusiasmados con su candidatura; mientras más recorre el país, más lo acecha el peligro de que la ciudadanía lo conozca –o re-conozca—. Para Enríquez-Ominami Frei es un "cobarde".
Pero si Frei se apresura a permanecer al margen de la estupidez, sus inteligentes asesores de campaña, una dama Narváez y un joven Bowen, quisieran que el directorio de TVN "analice" el caso de la empleada Doggenweiler porque es un rostro "emblemático" (¡qué rayos quieren decir con eso de emblemático?: nos libre su dios de que lleguen al poder).
Por su parte el seño Papi, de TVN, entre la prudencia, la ambigüedad y la obediencia concertacionista afirma que el directorio estaría llano a discutir el caso si fuere necesario hacerlo.
¿No será todo esto, esta imbecilidad, una maniobra desesperada ante el hecho de que, políticamente, Frei no solo no calienta a nadie, sino que enfría, y Piñera, con todo y sus nueve millones de dólares se estanca irremediablemente mientras que Enríquez-Ominami sube allí donde temen: en los sondeos? (la política en Chile se rige por sondeos y encuestas, las ideas políticas duermen desde 1973).
Ideas. Navarro esgrimió al comienzo de su aventura ideas; las expresaba a veces de manera enredada, pero parecía tener ideas; Arrate esgrime ideas, Jiles está llena de ideas; por ejemplo: desmilitarizar el Wallmapu antes de hablar con la naciòn mapuche.
Inidentalmente, cayó otra "faranduleada" de la administración de justicia chilena: libres los acusados de emboscar a un oscuro fiscal (nadie les quitará los meses de cárcel, los puñetazos, patadas y otros malos tratos, empero; y también incidentalmente: tres o cuatro policías uniformados dados de baja: los diablos robaban madera, los acusados siempre eran mapuche.
Algo se pudre en Chile. Para no hablar –por ahora– de bebés muerto, madres muertas.
Interrogante: sin el bombardeo "encuestístico", ¿cómo se orientaría la acosada ciudadanía chilena en los próximos meses? Esto recién comienza …Y la función tiene que seguir hasta diciembre. Habrá más escandaletes. Ojalá la sangre no llegue al río. O llegue de una vez.