Politizar las TIC: Inteligencia artificial nave insignia de la redefinición digital del mundo
Los productos de inteligencia artificial que existen en la actualidad están mejorando más rápido de lo que la mayoría de las personas tenemos conocimiento y prometen transformar de manera radical nuestro mundo, no siempre para bien.
Solo son herramientas de Tecnología en Informática y Comunicaciones (TIC) motorizadas por pocas corporaciones a escala global de altísima concentración de servicios. Sin embargo, darán una nueva forma al significado del trabajo y a cómo se genera la riqueza, y esto producirá desigualdades económicas sin precedentes e incluso alterará el equilibrio mundial del poder.
A diferencia de la Revolución Industrial y las transformaciones producidas por las Computadoras, la de la inteligencia artificial trae consigo la aniquilación de trabajos a gran escala; la mayoría serán trabajos mal pagados, pero también los habrá bien pagados. No afectará a ciertos trabajos artesanales, asistentes personales de cuidado o de “amor” ni remplazará con otros trabajadores en líneas de montaje computarizadas.
Esta transformación dará como resultado ganancias enormes para las empresas que desarrollen la tecnología, así como para las que la adopten. Basta imaginar cuánto dinero podría ganar una empresa como Uber si utilizara solo choferes robotizados.
¿Qué es la inteligencia artificial en este momento? básicamente es una tecnología que tiene una cantidad enorme de información sobre un campo específico, por ejemplo, historias de rembolso de préstamos y la utiliza para tomar una decisión en un caso específico como otorgar o no un préstamo a un individuo, al servicio de un objetivo específico, maximizar las ganancias del prestamista.
Piensen en una hoja de cálculo extremadamente rápida que está entrenada a manejar una gran cantidad de datos.
Estas herramientas pueden superar a los seres humanos en cualquier tarea determinada. Este tipo de inteligencia artificial se está incorporando a los sectores de producción de manufactura, salud, educación, telecomunicaciones, seguridad, servicios de información, servicios bancarios y, a medida que lo vaya haciendo, eliminará muchos trabajos. Gradualmente, este software reemplazará a los cajeros de los bancos, los representantes de atención al cliente, las ventas telefónicas, los operadores de bonos y de acciones, los asistentes legales y los radiólogos.
Esta tecnología llegará a controlar maquinaria semiautónoma y autónoma, como en los vehículos que se conducen solos y los robots, y la consecuencia será el desplazamiento de los trabajadores de las fábricas y de la construcción, los choferes, los repartidores a domicilio y muchos otros puestos de trabajo.
Como serán los ingresos de Apple cuando llegue a fabricar sus productos sin mano de obra humana. Imaginemos las ganancias de una empresa de préstamos que pudiera hacer préstamos por 30 millones de dólares al año sin que se involucre prácticamente a ningún ser humano.
La redefinición del mundo digital no considera el rol de los Estados como reguladores de cuidados a su población. El nuevo opio para los ciudadanos es “sentirnos dueños” de nuestro tiempo a pesar de la pérdida de derechos laborales y sociales como se puede ver en los contratos de las plataformas digitales y sus trabajadores fantasmas.
Estamos enfrentando dos situaciones que no conviven juntas fácilmente: riquezas gigantescas concentradas en relativamente pocas corporaciones y cantidades gigantescas de personas desempleadas. ¿Qué hacer?
En opinión de Kai-Fu Lee, presidente y director ejecutivo de Sinovation Ventures, una firma de capital de riesgo, y presidente del Instituto de Inteligencia Artificial de China; parte de la respuesta involucrará educar y volver a capacitar a las personas en las tareas en las que no destaquen las herramientas con inteligencia artificial. Esta tecnología no se adapta bien a trabajos que involucren creatividad, planeación y pensamiento interdisciplinario. Sin embargo, lo más común es que estas habilidades se requieran en trabajos bien pagados, y sería complicado volver a capacitar a los trabajadores desplazados en estos.
Es más prometedora la idea de trabajos con salarios bajos que involucren “habilidades de don gente”, las cuales no tiene la inteligencia artificial: trabajadores sociales, bármanes, conserjes, profesiones que requieran interacción humana matizada. No obstante, en este tipo de trabajos también hay un problema: ¿cuántos bármanes realmente necesita la sociedad? Sospecho que la solución a este problema de desempleo en masa involucrará “trabajos de servicio de cuidado o de amor”.
La inteligencia artificial no puede realizar estos trabajos que necesita la sociedad y que dan un sentido a la vida de la gente. Algunos ejemplos serían el acompañamiento de adultos mayores a sus visitas con los doctores, la orientación en orfanatos y ser padrino en Alcohólicos Anónimos, o en poco tiempo podría haber un Adictos Anónimos a la Realidad Virtual para los que tengan una adicción a sus vidas paralelas en las simulaciones generadas por computadora.
En otras palabras, los trabajos de servicio voluntario de la actualidad podrían ser trabajos reales del futuro. Otros trabajos voluntarios podrían tener mejores sueldos y profesionalizarse, como los proveedores de servicio médico compasivo, la “interfaz humana” de los programas de inteligencia artificial que diagnostican el cáncer. En todos los casos, las personas serán capaces de optar por trabajar menos horas de las que trabajan ahora.
En los últimos tres años las solicitudes de patentes chinas han crecido un 20%. En su caso, los inventos se centran más en potenciar el aprendizaje de máquinas, para que sean capaces de mejorar sin el aporte directo de humanos, y las neurociencias.
Así como en el siglo pasado las grandes potencias se lanzaron en una carrera para llegar a la Luna, en la actualidad la batalla se libra en la inteligencia artificial. Estudios recientes afirman que esta podría generar 13 billones de dólares adicionales para el año 2030, lo que haría aumentar el PIB mundial en un 1,2% anual.
Fuente: OMPI Organización Mundial de Propiedad Intelectual
¿Quién pagará estos trabajos? En un mundo donde la riqueza gigantesca concentrada en pocas empresas de base tecnológica. ¿Es razonable? que las grandes porciones del dinero que crea y creará la inteligencia artificial sean transferidas a las personas que perdieron sus trabajos. Esto es viable solo por medio de políticas que aumenten el gasto del gobierno, lo cual se lograría con el incremento de los impuestos a las empresas afortunadas.
El gobierno no solo tendrá que subsidiar la vida y el trabajo de la mayoría de las personas, sino que también tendrá que compensar las pérdidas de ingresos producto de los impuestos que solía recaudar de los empleados.
Este enfoque puede ser factible en Estados Unidos y en China, porque tendrán suficientes negocios de inteligencia artificial para financiar las iniciativas de asistencia social por medio de los impuestos. ¿Pero el resto de los países?
Tenemos dos problemas infranqueables. Primero, la mayoría del dinero que produce la inteligencia artificial irá a Estados Unidos y China.
La inteligencia artificial es una industria en la cual la fuerza engendra fuerza: mientras más datos tengas, mejor serán sus productos; mientras mejor sean sus productos, podrán recabar más datos; mientras más datos puedan recabar, podrán atraer más talento; mientas más talento puedan atraer, mejor serán sus productos. Es un círculo virtuoso, y Estados Unidos y China ya tienen amasados el talento, la participación en el mercado y los datos para ponerse en marcha.
La empresa china de reconocimiento de voz iFlytek y varias empresas chinas de reconocimiento facial como Megvii y SenseTime se han vuelto líderes de la industria, según las mediciones de capitalización bursátil.
Estados Unidos encabeza el desarrollo de los vehículos autónomos, el cual lideran empresas como Google, Tesla y Uber.
En el mercado del internet para el consumidor, hay siete empresas estadounidenses y chinas Google, Facebook, Microsoft, Amazon, Baidu, Alibaba y Tencent que están utilizando la inteligencia artificial de forma exhaustiva y están expandiendo sus operaciones a otros países, con lo cual básicamente se están adueñando de esos mercados.
¿Es un nuevo orden mundial? los negocios estadounidenses dominarán los mercados desarrollados y algunos de los mercados en desarrollo, mientras las empresas chinas tendrán la mayoría de los mercados en desarrollo.
El otro reto para nuestros países en vías de desarrollo, es construir un relato propio y soberano que incluye las pequeñas y medianas empresas locales. Solo es posible con una política de Estado que integre y articule sus sistemas de ciencia y técnica con la industria y la cultura; entrenar una “cintura” que nos permita interactuar en la bipolaridad China-Estados Unidos para asociarnos con tecnologías que nos resulten útiles y que promuevan nuestras capacidades.
El contexto actual define que nos veremos obligados a negociar con el país que nos proporcione la mayor cantidad de software de inteligencia artificial, China o Estados Unidos, para que en esencia seamos dependientes económica y culturalmente de ese país, ya que estas corporaciones deberán aceptar compartir localmente los subsidios de asistencia social a cambio de que las corporaciones de inteligencia artificial sigan obteniendo ganancias de los usuarios (ciudadanos) del país dependiente.
Estos arreglos económicos transformarían las alianzas geopolíticas de la actualidad.
La trama de un thriller de ciencia ficción o la HAL 9000 de 2001 Odisea del espacio que hace más de 40 años que comenzó a entrenar; ya es una realidad. No es virtual ni aumentada.
Necesitamos gobiernos con políticas de cuidado a la población y al trabajo o nos convertiremos en ciborgs del modelo neoliberal subyacente en esta redefinición del mundo digital.
* Profesor de TIC en Universidad Nacional de Moreno, Argentina