Pompeya, Italia: folclor, pop y rock’n’roll en homenaje a Violeta Parra y Víctor Jara
PMM.*
Hasta las piedras milenarias de Pompeya se conmovieron con el concierto Hecho en Chile en homenaje a los cantautores chilenos Violeta Parra y Victor Jara y para recordar los 200 años de la independencia de Chile que se realizó en el Teatro Grande de Pompeya, el mismo escenario donde la banda británica Pink Floyd grabó el video Live at Pompey en 1971.
Fue una propuesta inédita la que llevaron a cabo la chilena Fundación de Teatro a Mil (FITAM), en conjunto con el Teatro San Carlos de Nápoles de Italia, ya que en el escenario actuaron, el viernes 30 de julio contemporáneamente interpretes de diversos estilo.
Por una parte el coro y la orquesta del mencionado teatro, acostumbrados más bien a la música lírica junto al grupo Inti Ilimani histórico, los conocidos folcloristas chilenos y destacadas figuras del rock y el pop chilenos como Beto Cuevas, Jorge González, Francisca Valenzuela y Denisse Malebrán, más la jazzista Claudia Acuña, radicada en Estados Unidos.
El concierto Hecho en Chile, en dos actos, estuvo dirigido por el maestro italiano Massimiliano Stefanelli. En el primero, diversos solistas acompañados por el coro interpretaron los temas del disco Canto para una semilla, del músico chileno Luis Advis, con textos de Violeta Parra. En la segunda parte, se escucharon las clásicas canciones de la autora de Gracias a la vida y de Víctor Jara, el cantautor al que le cortaron ambas manos antes de ser asesinado tras ser detenido el mismo día del golpe de estado chileno, el 11 de septiembre de 1973.
Fue una noche mágica en el Teatro Grande de Pompeya, la ciudad donde el tiempo se detuvo abruptamente hace casi 2.000 años (79 d.C.) tras la erupción del volcán Vesuvio. La presencia del coro, que subrayaba sin estridencias la interpretación de los solistas y los fragmentos en italiano de los versos del Canto para una Semilla declamados por dos actrices entre canción y canción, contribuían a la atmosfera sugestiva que se respiró en las dos horas y media que duró el concierto.
Al teatro, recientemente restaurado, que se encuentra en el mismo lugar donde los romanos asistían a sus manifestaciones artísticas (que no eran pocas, ya que Pompeya era una ciudad de veraneo de la nobleza romana) se llega atravesando un corredor flanqueado por columnas, y esto contribuye a que el espectador se adentre, sin casi darse cuenta en el mundo antiguo.
Al final, para la primera parte del bis el coro volvió al escenario para interpretar con el resto de los cantantes Gracias a la vida, que fue aplaudida de pie por las aproximadamente dos mil personas que repletaron el teatro. Y lo mismo ocurrió con la canción “caballo de batalla” de los Inti Illimani, con la que de todas maneras deben terminar sus conciertos italianos con El pueblo unido jamás será vencido.
Al término del concierto, aunque con distintas expresiones todos los cantantes chilenos coincidieron en que el sentimiento predominante era la emoción al cantar en este lugar impregnado no solamente de historia, sino también de sugestión y sufrimiento, unida a otra emoción muy particular al ver las banderas chilenas que asomaban entre el público.
* Periodista, desde Italia.