POR UN PUÑADO DE DÓLARES. »LATINOS» EN IRAQ

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Martín Alberto Jara Richard, de 40 años, viajó a Afganistán a inicios de noviembre para trabajar como guardia de seguridad para una compañía estadounidense no identificada, contratado por una agencia llamada 3D Global Solutions que emplea mercenarios a nombre de los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña. El cadáver de Jara fue transportado a Londres la semana pasada y será devuelto a Perú vía Wáshington. Las circunstancias de su muerte no fueron divulgadas.

Jara es la primera víctima peruana en Iraq desde octubre, cuando más de un millar de «pistoleros de arriendo» latinoamericanos partieron hacia el Oriente Medio, contratados bajo condiciones similares. La muerte de Jara enfoca la atención popular en una práctica que ha sido mayormente soslayada en Sudamérica y el Caribe.

La privatización de la guerra

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La Zona Verde de Bagdad, una vecindad de 10 kilómetros cuadrados en que se ubican las embajadas de EEUU y Gran Bretaña, el Comando Central de EEUU y la sede del gobierno iraquí, es protegida no solamente por tropas aliadas sino también por más de 1.200 mercenarios chilenos, peruanos, nicaragüenses y hondureños –conocidos por el nombre eufemístico de «civiles bajo contrato–».

Casi 700 de ellos son peruanos; aproximadamente 250 son chilenos; cerca de 320 son hondureños. En su mayoría, son ex soldados o ex policías, reclutados mediante avisos publicados en diarios locales por 3D Global Solutions. En Perú, 3D está representada por una agencia llamada Gestión de Seguridad (Gesegur). Otra agencia de empleos que funciona activamente en Perú se llama Triple Canopy Operations; tiene una filial llamada Gun Supply.

Según la prensa peruana, que en octubre obtuvo una copia de un contrato de Triple Canopy, el contratado «exime de toda responsabilidad al gobierno de EEUU, a la compañía contratante y sus filiales de todos y cada uno de los reclamos, pérdidas, responsabilidades, daños y perjuicios ocasionados» a él. Los contratos duran un año y pueden ser renovados.

¿Cuánto vale una vida?

Los mercenarios reciben entre US$1.000 y US$1.200 mensuales. Los gastos de transporte, alojamiento, alimentos y atención médica, así como una póliza de seguros, son pagados por el contratante. Si los mercenarios lo desean, sus salarios –en todo o en parte– pueden ser pagados directamente a sus familias.

Un contrato de Triple Canopy obtenido en Lima por el Canal Dos de televisión especifica los pagos de seguro: US$243.000 por la pérdida de un brazo; US$225,000 por una pierna; US$190,000 por una mano; US160,000 por un pié; US$125,000 por un ojo; US$58,000 por un dedo de la mano; US$12,500 por un dedo del pie. El Canal Dos no pudo averiguar el pago por la pérdida de la vida.

En total, hay 20.000 individuos «contratados para seguridad privada» en Iraq, una cifra revelada por The Washington Post y el programa de PBS-TV Frontline. El 4 de diciembre, el sitio electrónico Bajas de la Coalición en Iraq http://icasualties.org/oif/Civ.aspx) informaba que el número de «contratados» muertos ascendía a 286.

Ejército adiestra a pistoleros civiles

A fines de octubre, el diario peruano El Comercio reveló que el ejército peruano se dedica activamente a suministrar mercenarios adiestrados a Estados Unidos. Un contrato entre el ejército y Triple Canopy, firmado el 23 de septiembre, declaraba que el ejército establecería cuatro cursos de adiestramiento en su base de Huachipa, dijo el periódico.

El primer curso adiestró a 218 «voluntarios civiles», por lo cual el ejército recibió 104.640 soles de manos de Triple Canopy –equivalentes a US$30.657–; el segundo adiestró a 218 más, pero el ejército cobró más: 156.960 soles, o US$45.985. El tercer curso adiestró a 120 hombres por 86.400 soles, o US$25.313, y el cuarto, 122 hombres por 87.840 soles, o US$25.734. El número total de mercenarios adiestrados fue 678.

Cuando el Congreso cuestionó la práctica, el Ministro de Defensa Marciano Rengifo admitió que el Ejército del Perú había accedido a adiestrar a los «civiles» por un pago total de 435.840 soles, o US$127.690. La cifra incluía «130.000 cartuchos de munición de 5.56 y 9 milímetros,» según el contrato divulgado por El Comercio.

La munición de esos calibres es disparada solamente por armas militares. La ley peruana prohíbe a civiles que utilicen armas militares.

Se inicia el debate

La muerte de Jara deja en descubierto otra controversia, que ahora es debatida en Perú. Según informa el periódico, el Secretario de las Comunidades Peruanas en el Exterior, Jorge Lázaro, dijo en Lima la semana pasada que «la migración de este peruano fue legal y [que] viajó en pleno uso de sus facultades físicas y mentales, ejerciendo sus derechos civiles y políticos».

Las leyes peruanas no contemplan ni sancionan la práctica de contratar ciudadanos peruanos para combatir en países lejanos, dijo Lázaro, agregando que hay vacíos legales. Y si el gobierno se pusiera a lidiar con ese asunto, el proceso sería largo y costoso. Más fácil hubiera sido decir que el gobierno se lava las manos del asunto entero y que EEUU puede seguir contratando carne de cañón en el Perú.

Sin embargo, también la semana pasada, el director ejecutivo de la Comisión Andina de Juristas, Enrique Bernales Ballesteros, afirmó a CPN Radio en Lima que los contratos mediante los cuales los peruanos fueron llevados a Iraq y Afganistán «son documentos que carecen de toda legalidad al ser contrarios al derecho vigente en el país». Además, dijo, «nuestro país es miembro de la Convención de Ginebra, que prohíbe contratar a personas a fin de ser involucradas en conflictos ajenos».

Sin duda, el tema será debatido en los más altos niveles de los poderes ejecutivos y judiciales del Perú. Debería ser debatido aquí en Estados Unidos también. Engatusar a ciudadanos del tercer mundo para que peleen y mueran en guerras causadas por EEUU es algo tanto ilegal como moralmente equivocado.

* Escritor miamense.
www.progresosemanal.com/index.php?progreso=Emilio_Paz&otherweek=).

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‘GUARDIAS’ PASARON A SER COMBATIENTES*

Dos hondureños que regresaron de Iraq, adonde viajaron junto a más de 300 personas contratadas por una empresa de seguridad norteamericana, denunciaron que allá fueron ordenados a matar insurgentes, informó El Nuevo Diario de Tegucigalpa, basándose en informes de la Agence France Presse.

«Le pedimos al gobierno que investigue la situación de nuestros compatriotas [que quedaron en Iraq] y que investiguen la empresa, porque nos contrataron para prestar servicios de seguridad y allá nos convirtieron en mercenarios para matar gente, a quien atente contra los intereses norteamericanos», dijo Daniel Alvarado Matamoros el 4 de diciembre.

Los hondureños fueron trasladados a ese país el siete de octubre por la empresa norteamericana Your Solution, cuyos funcionarios les ofrecieron salarios mensuales de hasta US$1.200 por jornadas laborales de ocho horas, además de seguros médicos y de vida, informó El Nuevo Diario.

Ciento sesenta y cinco hondureños viajaron ese día a Bagdad para sumarse a otros grupos de 36 y 123 que los habían precedido. Los requisitos eran un servicio militar cumplido y experiencia en explosivos y protección de dignatarios.

Junto a los hondureños viajaron 105 chilenos que habían sido descubiertos en septiembre adiestrándose en forma clandestina en las afueras de Tegucigalpa. Las autoridades suspendieron el adiestramiento porque los chilenos habían entrado a Honduras con visa de turistas.

Los dos denunciantes, que permanecieron en Iraq 22 días, aseguraron que los estadounidenses que los comandaban les impusieron jornadas hasta de 16 horas y los enviaron a zonas sumamente peligrosas.

«Todos los días nos reunían los militares norteamericanos desde las 11 de la noche hasta la 1 de la madrugada. Nos acostábamos a las 3 de la mañana […] Nos trataban […] como esclavos», se lamentó Saúl Maradiaga a la AFP. «Ni atención médica teníamos. A los que se enfermaban les recetaban: ‘tome agua'», dijo Maradiaga, añadiendo que sus «paisanos» que quedaron en Iraq están «desesperados por regresar».

Alvarado dijo a la agencia francesa que ya regresaron a sus países cuatro hondureños, ocho chilenos y cuatro peruanos.

(* Redacción de Progreso Semanal).

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Sobre mercenarios chilenos en Iraq invadido puede leerse en Piel de Leopardo Mambrú se fue a la guerra. Una historia de mercenarios (www.pieldeleopardo.com/modules.php?name=News&file=article&sid=1089).

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