Armando G. Tejeda - La Jornada
Para la derecha española, al menos para la que representa el Partido Popular (PP), la actuación de España en México durante la Conquista “sólo merece agradecimiento por derrocar a una tiranía que practicaba el canibalismo, por construir universidades en el páramo y hospitales en la selva, y por llevar la civilización a América hace 500 años”.
La diputada Cayetana Álvarez de Toledo fue más allá, y en un pleno del Congreso de los Diputados exigió a la presidenta Claudia Sheinbaum que “pida perdón por su política de abrazos a los narcos, que pida ella perdón a los mexicanos y a la viuda de Carlos Manzo”, alcalde de Uruapan, Michoacán, asesinado el pasado primero de noviembre.

El PP, por medio de Álvarez de Toledo, una de sus diputadas más vinculadas a América Latina, sobre todo a los sectores ultraconservadores, llevó al Congreso el asunto del gesto que tuvo el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, con los pueblos originarios de México durante la Conquista y la Colonia, al reconocer el “dolor” y las “injusticias” sufridas.
Fue un paso más en la reconstrucción de las maltrechas relaciones bilaterales políticas y diplomáticas, que se sumó a otras más, como la inauguración de cuatro exposiciones de arte precolombino en España de forma simultánea, en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Secretaría de Cultura del gobierno de México, además de la coincidencia del otorgamiento de premios a Graciela Iturbide, el Princesa de Asturias de las Artes; al Museo Nacional de Antropología, el Princesa de Asturias de la Concordia, y al académico y escritor Gonzalo Celorio, el Cervantes 2025.
La diputada del PP interpeló en el pleno al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, quien en rigor no tuvo protagonismo en el gesto de reconciliación, y le preguntó: “dado que usted demanda que se pida perdón a México por la Conquista, ¿usted pedirá perdón por los crímenes del comunismo?” Urtasun le reviró de forma escueta: “me sorprende que un partido demócrata-cristiano conciba el perdón como un símbolo de debilidad, cuando es un símbolo de fortaleza y de reparación”.
En la réplica, Álvarez de Toledo, quien mantiene una estrecha relación con el Partido Acción Nacional (PAN) y con el ex presidente Felipe Calderón, quien vive en España desde 2022, respondió: “aquella España sólo merece agradecimiento, por aliarse con los bravos tlaxcaltecas para derrocar a una tiranía que practicaba el canibalismo. Por construir universidades en el páramo y hospitales en la selva, por ser el primer imperio en discutir su propia legitimidad, por promulgar leyes que reconocían derechos a los indígenas y prohibía la esclavitud, por promover el mestizaje y no la segregación, por forjar la hispanidad, una impresionante comunidad lingüística y moral”.
Y remató su discurso con una crítica abierta a la Presidenta de México: “pero no, señoría, la responsabilidad es individual, no colectiva, la tiene Sheinbaum por su política de abrazos a los narcos. Que pida ella perdón a los mexicanos y a la viuda de Carlos Manzo. Y la tienen ustedes por blanquear la violencia; resulta que yo debo pedir perdón por lo que hizo España hace 500 años, pero Otegi no por lo que hizo hace 20. Tenemos que avergonzarnos de Isabel la Católica y aceptar lecciones morales de (Mertxe) Aizpurua, la condenada. Acaben ya con esta farsa; hace 500 años la civilización avanzó en América y sigue avanzando a pesar de sus enemigos y a pesar también de ustedes”.
El ministro de Cultura le respondió explicándole: “a usted el debate del perdón le interesa bien poco, lo que le molesta es que en México haya un gobierno de izquierdas; a usted lo que le gustaría es que en México gobernara el señor Milei”. Y añadió: “este gobierno trabaja para fortalecer los lazos con Latinoamérica. España tiene una excelente relación con América Latina, mirándose frente a frente en pie de igualdad, y sí, como dijo el ministro Albares, aceptando los posibles abusos e injusticias que se pudieron cometer. Y nosotros desde el ministerio de Cultura trabajamos también para que nuestros museos nacionales sean respetuosos con los pueblos originarios. Ustedes se han dedicado siempre a reventar las relaciones con América Latina”.
Además de la diputada del PP, desde la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), presidida por el ex presidente español José María Aznar, se publicó un informe en el que también critican con dureza el gesto de Albares con México: “resulta paradójico que la disposición penitencial del gobierno le ponga en posición genuflexa ante quienes cree sucesores de los aztecas, pero no se traduzca en ningún tipo de exigencia respecto a complicidades políticas con criminales mucho más cercanos en el tiempo y en el espacio”.
Y señalan en el citado documento que Albares “no dijo cómo, cuándo ni por cuánto saldría la reparación de nuestra deuda histórica con Moctezuma, pero, por lo menos –habrá pensado la Presidenta de México– se atiende al fin la exigencia de AMLO de que España pida perdón por los ‘agravios’ durante la Conquista, es decir, que pida perdón por haber fundado el México moderno».

«En 1519 México no existía, la empresa se hacía en nombre de la Corona, pero por iniciativa particular, y el territorio conquistado por Cortés y los suyos no coincide con el de la actual República Mexicana, y la mayor parte de los efectivos bajo su mando eran tropas aliadas originarias compuestas por tlaxcaltecas, tetzcocanos, totonacas, otomíes, cholutecas, chalcas, huejotzincas y chinantecos deseosos de sacudirse el yugo azteca, sacrificios humanos periódicos incluidos”.
Por lo que, sostiene, “resulta anacrónico un perdón que ignora un abismo de medio milenio entre las supuestas víctimas y el peticionario. Es clara la asunción de una culpa colectiva: el gobierno español considera a España culpable y pide perdón en su nombre”.
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