Prensa, opinión: – POR LA LIBRE NOS DEJÓ AMARRADOS
El cierre de cualquier medio periodístico, en especial los de opinión polémica, produce un aleteo triste; calla una voz que no debió haber callado, en especial cuando son tan pocas las voces que no cantan en el coro conformista del sistema (que a menudo confunde lo posible con lo miserable), pero tampoco lo hacen en el de la nostalgia por melancolía de lo que –bolero, tango– «pudo ser y no fue».
A ratos irreverente, pero cuidadosamente editado, Por la libre fue un chiflón de aire fresco empinado, como suele afirmar la ironía porteña de Buenos Aires, «apenas sobre la mediocridad general».
Como en los viejos cuentos, la «olla de oro» –que no es dinero– espera a su joven editora al final del camino; probablemente no le será fácil recorrer la ruta del arcoiris, que es la de aquellos con intención de mirar a diario con ojos nuevos el suceder.
Paulina Castro Cerruti lo encontrará. Y los que con ella formaban el equipo editorial, columnistas Ted Córdova Claure y Fernando A. Torres en Estados Unidos, Carlos Ramírez Powell en México, Ernesto J. Navarro en Venezuela, Ramiro Vinueza en Ecuador, Hernán Uribe y Wilson Tapia en Chile, Ricardo Jiménez en Perú, Erasmo Magoulas en Canadá y Eduardo Andrade Bone en Bruselas continuarán como lo que son: personas tan curiosas –y jóvenes los mayores de entre ellos– como cuando dejaron atrás el noviciado del oficio.