No se puede llegar a enero sin hablar de las expectativas para el  año que comienza. Y con la aparición de la variante Ómicron del Coronavirus y el nerviosismo que ha desatado en los mercados, se hace aún más necesario realizar este análisis.

Ómicron

En su informe del Panorama Económico Mundial de octubre el Fondo Monetario Internacional manifestó que su expectativa de crecimiento mundial es 5,9% para 2021 (ajustado a la baja en 0,1 puntos porcentuales frente a su informe de julio) que se mantiene alineada con la encuesta realizada por Bloomberg de 5,8%. Sin embargo, la aparición de una nueva variante del Coronavirus denominada Ómicron podría afectar este cierre dependiendo del impacto sobre la economía que generen las medidas que tomen los gobiernos.economía venezolana en 2021

En ese orden de ideas, los gobiernos han comenzado a controlar el acceso de vuelos de ciertos países, así como implementar requisitos más estrictos como la obligatoriedad de toma de pruebas tanto en la entrada como la salida. Así, ante este mayor nivel de incertidumbre aumenta el nerviosismo en los mercados siendo el del crudo uno de los primeros afectados ante expectativas de reducción en la demanda precisamente por todo este control en los viajes. Pero esta caída de precios viene de antes debido a que varios gobiernos, entre ellos Estados Unidos e India, ya habían decidido echar mano de sus reservas estratégicas de petróleo ante los altos precios de este commodity y la reticencia de la OPEP de no aumentar sus incrementos de producción mensuales que se encuentran en 400.000 barriles diarios.

El gráfico 1 muestra el comportamiento del precio de la referencia de petróleo Brent en el último año, marcando máximos del año sosteniéndose en un nivel por encima de 80 dólares por barril entre octubre y noviembre. Sin embargo, esta tendencia se revierte con la aparición de la nueva variante registrando una caída de 15,5% entre el 25 de noviembre y 1 de diciembre llegando a 69,49 dólares por barril. Por lo que, tanto a finales de 2021 como a inicios de 2022 será muy importante seguir de cerca la velocidad de propagación de esta nueva variante, la gravedad de los casos y la efectividad de las vacunas para controlarla. Esos factores determinarán qué tan severas podrían ser las medidas de los gobiernosy cómo pueden afectar a la economía.

El dólar y los emergentes

No se puede hablar de la expectativa de 2022 sin hablar del dólar tanto en su comportamiento global como frente a las monedas de la región ya que es una señal muy fuerte del comportamiento del comercio internacional y las expectativas de los inversionistas. En este sentido es interesante ver cómo a lo largo del segundo semestre el índice DXY, que compara el dólar contra una canasta de monedas desarrolladas, mostró una tendencia creciente de un valor de 89,95 a 96,07 equivalente a un crecimiento de 6,81%. Cuando este índice crece expresa un fortalecimiento del dólar a nivel global, de forma tal que cuando se comenzó a hablar de la variante Ómicron, cayó de su valor máximo del año de 96,88 en medio de la incertidumbre que este hecho trajo.

Sin embargo, si bien el dólar perdió fuerza con las monedas desarrolladas, el caso en la región fue el contrario debido al aumento en la aversión de riesgo lo que continuó con la tendencia de devaluación de todo 2021 que se ve en el gráfico 2, liderado por Argentina que en el último año perdió 19,39% del valor de su moneda, seguido por Perú y Colombia con 11,37% y 10,60% respectivamente. Así, es de esperar que para 2022 se siga viendo un dólar fuerte frente a los emergentes, mientras la aversión al riesgo siga siendo el factor dominante en los mercados.

Las expectativas de inflación y los Bancos Centrales

Un componente que ha estado presente a lo largo de 2021 son las expectativas de inflación, ya que el nivel de precios ha venido aumentando primero por un aumento en la demanda de bienes y servicios hacia el inicio del año y después por problemas de escasez, bien sea de productos finales o componentes de fabricación por los problemas en cadenas de suministro. De acuerdo a los datos compilados por Bloomberg en términos globales se espera una inflación para el cierre de 2021 de 3,7% y 2022 de 3,5%, mientras en Estados Unidos serían de 4,5% y 3,7% respectivamente. Sin embargo, para Latinoamérica como región el escenario es mucho más extremo esperando un cierre de 11,9% y un 2022 en 10,6%, lo que tendría repercusiones en su senda de recuperación económica.

Estas tendencias han llevado a que los Bancos Centrales comiencen a cambiar el enfoque de sus políticas y se tornen más Hawkish, aumentando tasas o revirtiendo sus programas de compra de activos. Con Jerome Powell manifestando que el término transitorio debería quitarse de los análisis de la inflación en Estados Unidos.

Así que el efecto tanto de los precios como de los aumentos de tasas son fuerzas que, si bien empezaron en 2021, se reflejarán en la demanda en 2022 por eso será necesario seguir muy de cerca como el consumo y su impacto en las diferentes economías se comporte durante el primer trimestre del año.

Elecciones en la región

Un elemento importante a tener en cuenta desde el punto de vista regional para el 2022 son las elecciones y las implicaciones que esto pueda tener alrededor de la percepción de riesgo de los países. En el caso de Colombia la contienda electoral a llevarse a cabo en mayo, está en un momento con mucho ruido, con muchos candidatos iniciando coaliciones, pero pocos contrincantes claros en este momento, lo que por supuesto contribuye a un escenario de incertidumbre sobre la tendencia política que domine.

Otro mes importante a tener en cuenta en la región, es octubre cuando se llevarán a cabo las elecciones generales en Brasil, con Jair Bolsonaro quien a pesar de la reciente crisis en su gabinete económico buscará la reelección para lo cual se ha aliado con el Partido Liberal (PL), y no con el Partido Social Liberal (PSL), formación con la que se había presentado a los comicios presidenciales en 2018. Esta contienda se encuentra de nuevo marcada por una intensa polarización y tensión, donde la gran respuesta que esperan los votantes es si el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva anunciará su candidatura.

Un indicador a seguir de cerca en lo que resta del año e inicios de 2022 es el CDS o Credit Default Swap que refleja la prima que se cobra en el mercado por cubrir el riesgo de default de bonos de países. En el caso del gráfico 3, este comportamiento para los CDS relacionados a los títulos de 5 años donde tanto Colombia como Brasil han mostrado una tendencia creciente que los ha llevado no solo a llegar a máximos del año con 215 y 249 puntos básicos respectivamente, sino a reducir el spread entre los dos, lo que muestra una mayor percepción de riesgo relativa sobre Colombia.

2022
Para resumir, las expectativas del 2022 se concentran en una pérdida de dinamismo en el crecimiento económico frente a lo visto en 2021, pero también el bloqueo de la demanda por parte de los hogares por los problemas en las cadenas de suministros. Otro elemento a tener en cuenta es que la incertidumbre sobre el coronavirus en especial las nuevas variantes seguirán teniendo un fuerte impacto en la percepción de riesgo de los inversionistas lo que a su vez afectará los mercados financieros aumentando la fortaleza del dólar contra las monedas emergentes. Finalmente, el 2022 será un año de retos políticos y económicos, con elecciones en camino en algunos países y la necesidad de los Bancos Centrales de controlar la inflación que podrán continuar presionando las tasas de desempleo y el descontento social en la región.