Rafael Bautista y Ramón Grosfoguel, pensadores decoloniales, rompen la visión eurocentrista
El escritor boliviano Rafael Bautista Segales y el sociólogo puertorriqueño y profesor de la Universidad de Berkeley, Ramón Grosfoguel, pensadores decoloniales, insisitieron en analizar la realidad de Nuestra América con categorías propias, rompiendo con el eurocentrismo imperante, sobretodo en la ciencia y la academia.
La presentación del conversatorio: “El golpe de estado y la descolonización de la política”, se realizó ante la colectividad boliviana de La Matanza, en Buenos Aires, donde se presentó el último libro de Bautista: “El ángel de la historia: genealogía, ejecución y derrota del golpe de estado 2018-2020”, con una visión indígena de los acontecimientos.
Bautista y el golpe de Estado del 2019
Rafael Bautista inició el conversatorio señalando que Felipe Quispe Huanca “El Mallku” debió integrar el binomio presidencial por su rol determinante en la recuperación de la democracia en Bolivia y por haber recuperado la hegemonía mediante el Gran Cuartel Aymara.
“El ministro de defensa golpista tenía contratados mercenarios que iban a sembrar el caos en Bolivia al estilo Siria, porque sabían que el Movimiento al Socialismo (MAS) iba a ganar (…) No se atrevieron a salir porque sabían que estaba reconstituido el ejército aymara de Felipe Quispe y las 16 provincias de La Paz, el llamado cuartel de Omasuyus en Achacachi”, señaló.
El filósofo confirmó un dato que se conoce entre bambalinas en Bolivia: “Le dijeron a Evo (Morales): Si te quedas en El Alto te vamos a defender, nadie va a entrar aquí porque desde aquí vas a gobernar, y Evo no quiso, se fue”.
Bautista señaló a “El Mallku” y a Orlando Gutiérrez como representantes de la fuerza que el pueblo delegó en ellos para hacer frente a un golpe sangriento: “El golpe buscaba abortar el ajayu (alma) del pueblo” (…) y esto se constata porque lo primero que hacen los golpistas al ingresar al palacio de gobierno es meter su biblia (…)”.
“Luego, quemaron nuestras Whipalas (…) maldijeron nuestras wakas (lugares sagrados) es decir nos trabajaron espiritualmente (…) desinflaron la potencia popular que tiene su sede de irradiación en el ajayu de nuestros ancestros y es lo que protege los procesos políticos. Y la izquierda que es bien secular y atea no
Bautista expuso cómo se reemplazó al indígena como sujeto político y sostén del proceso de cambio por la clase media blanca, coincidiendo con la postura pública del minero Orlando Gutiérrez: “En las últimas gestiones del MAS, todo ese círculo kara, como llamamos a los blancoides en Bolivia, ya habían reemplazado al sujeto político indígena”.
Añadió que se habían puesto como sujetos sustitutivos en una élite que ya no tenía nada que ver con el pueblo. “Incluso diputados del MAS de este círculo, de modo abierto, declararon que el proceso de cambio ya no pertenecía al sujeto indígena, sino a la clase media, que es la que nos hizo el golpe de estado”, dijo.
Bautista explicó, asimismo, cómo se recuperó la democracia en Bolivia en tan solo 11 meses: “En el golpe del 2019 ¿quiénes salieron a luchar? No había líderes, ni dirigentes, no existía ya el MAS porque su dirigencia habían salido del país, estaban en la clandestinidad u ocultos. Lo que sucedió entonces, es que el pueblo se autoconvocó, nacieron ahí los famosos autoconvocados y salieron sin líder, sin dirección y sin partido político y derrotamos al golpe. Y quienes derrotamos el golpe de estado somos los que pusimos el cuerpo y los rostros”.
El filósofo sostuvo que el pueblo esperaba autocrítica de parte de las dirigencias y que esto no sucedió: “Todos esperábamos que hubieran aprendido la lección de ‘obedecer al pueblo’, y no fue así porque fue aquí en Argentina que se decidió el binomio y no fue adentro de Bolivia, donde lucharon”.
“Es más, ganamos las elecciones con el 55% y luego, otra vez, desconocieron a los representantes del pueblo durante las elecciones subnacionales del 2021. Nuevamente, decidiron quiénes no debían decidir y perdimos las gobernaciones y las alcaldías más importantes del país”, añadió.
El racismo en el neoliberalismo y en la izquierda:
El filósofo realizó una crítica a la izquierda latinoamericana de raíz europea, que expresa el posicionamiento histórico de los Pueblos Originarios. Bautista citó una frase reveladora del célebre escritor boliviano René Zavaleta: “El gran negocio en Bolivia son los indios” y expresó: “Hasta 1952 la oligarquía se mantenía gracias al tributo indígena, tenían que pagar por vivir en un país que nunca los reconocía”.
Luego, volvió a citar a Zavaleta: “Se puede negociar todo con la oligarquía, pero nunca van a negociar la creencia de superioridad sobre el indio” y explicó que por este motivo no querían a Evo, ya que no resultaba un indio dócil.
Bautista siguió citando a Zavaleta: “Este juramento de superioridad se da en el neoliberalismo hasta 1952 y luego hasta con el marxismo”. De esta manera, reveló una cruda realidad: “Son los hijos de los ricos los que van a las universidades y aprenden las teorías de moda y se hacen marxistas e izquierdistas, pero son las mismas familias y castas, se creen superiores a los indios y nunca negociarán su condición de superioridad. Y eso estuvo pasando en el gobierno del MAS, en la segunda y tercera gestión, eso sucedía”.
El filósofo boliviano describió finalmente el estado de la izquierda en Bolivia posgolpe: “Fue desacomodada por el golpe porque seguía con sus interpretaciones de la realidad sacadas de manualitos (…) que produjo en ellos un dogmatismo parecido al cartesiano. No tenía una visión crítica, ni siquiera de los libros que decían que era la crítica perfecta al sistema, solo repetían ideas que ni siquiera las producían ellos, sino que se producían en Europa o en Estados Unidos”.
Ramón Grosfoguel y los golpes
El sociólogo puertorriqueño Grosfoguel realizó su exposición con un análisis a nivel geopolítico de los golpes de estado, de la civilización en que vivimos en la cual el racismo y la retórica de la “salvación” es una constante: “Esta civilización en que estamos viviendo, tiene ya 530 años y tiene una constante que es el racismo”, dijo.
Estos imperios se conciben como razas superiores y a los pueblos los conciben como razas inferiores. Y en sus proyectos de dominación y súper explotación de los pueblos siempre vienen con una retórica de “salvación” (…) Estos discursos se van modificando a través del tiempo, pero el contenido es el mismo. La soberbia, la arrogancia y racismo imperial, imponiéndose sobre nuestros pueblos a nombre de una superioridad cognitiva”.
El sociólogo describió cuatro periodos históricos al respecto: la retórica de “cristianízate o te mato” (de principios del siglo XV a finales del XVI) de la «civilízate o te mato desde el siglo XIX y la del siglo XX, cuando aparecen la retórica de la “desarróllate o te mato” y la del siglo XXI de “democratízate o te mato”.
En un primer momento, fue la retórica de “salvación” , cuando en su arrogancia y racismo imperial concibieron “que en sus conocimientos sabían más que nosotros, lo qué es verdad, lo qué es la realidad y qué es mejor para nosotros”.
“Entonces cualquier cosa que uno diga es irrelevante, si uno dice lo mejor para mi es esto, el Suma Qamaña (Vivir Bien) por ejemplo, pues eso es irrelevante porque cualquier cosa que uno diga en la jerarquía racial del mundo es irrelevante porque nos conciben como seres inferiores “, señaló.
Añadió que “Llegaron con la espada y la Biblia a nombre de “cristianízate o te mato”, lo mejor para ti es que te cristianices y dejes esas supersticiones y cosas del demonio, que te asimiles a la cristiandad, no al cristianismo. La cristiandad es cuando el cristianismo se hace ideología de estado para beneficiar a los ricos”, y es lo que ellos trajeron para acá, no el cristianismo que es el mensaje de Jesucristo”.
Recordó que millones y millones de seres humanos fueron asesinados a nombre de “cristianízate o te mato”, la semilla del genocidio: “Te haces como yo o tú no mereces vivir, tú eres un bárbaro y si tengo que salvar tu alma de las fuerzas satánicas en que tú estás metido matándote, pues te mato para salvarte”.
En un segundo momento la retórica de “civilízate o te mato” (siglo XIX): “Agarran la ciencia y la hacen religión (…) Y dicen tú eres un ser primitivo, tu civilización es primitiva, tú no tienes conocimiento científico, yo soy mejor que tú porque yo soy científico. Yo sé que es lo mejor para ti porque yo tengo el dominio de la ciencia, a pesar que nuestros pueblos siempre tuvieron conocimiento científico por miles de años”.
Grosfoguel recordó que en Europa, en la época de la cristiandad, eran oscurantistas y que la cristiandad no les permitía desarrollar conocimientos, ciencia y tecnología. “Cuando llega el sigo XIX secularizan la cristiandad, en lo que se llama el proyecto moderno (…) Ahora vamos a una seudociencia, donde van a secularizar una serie de narrativas de la época de la cristiandad como si fueran ciencia”.
Señaló que en el siglo XVI decían que: “éstos son pueblos sin almas” (…) y entonces se justifica esclavizarte. Secularizaron ese término de la cristiandad, de pueblos sin alma, ahora en pueblos sin la genética humana y viene el racismo científico. Ahora son pueblos sin civilización, pueblos salvajes, pueblos que no tienen el grado de desarrollo civilizatorio de los europeos”.
Y vuelven con el mismo cuento: “Civilízate o te mato”, porque ahora tú eres un obstáculo al progreso, tú eres obstáculo al desarrollo de la ciencia, tú tienes que civilizarte. Y si no lo haces vamos a tener que matarte para salvar la civilización de tu salvajismo, de tu primitivismo”. Millones de integrantes de pueblos originarios fueron asesinados en siglo XIX a nombre del “Civilízate o te mato”.
El tercer momento de la retórica de “salvación” es “desarróllate o te mato” (siglo XX): “Tú eres un subdesarrollado, ustedes son pueblos pobres o subdesarrollados, a pesar de que la pobreza que se vive hoy es un resultado del saqueo de la época del “Cristianízate o te mato” o “Civilízate o te mato”.
El sociólogo puertorriqueño añadió que “vienen 450 años después y te dicen: ‘Es que tú eres subdesarrollado, tú eres muy pobre, aquí te vamos a dar la receta del desarrollo y si tú no aceptas lo que te están diciendo’, y dices eso no es lo mejor para mí, lo mejor para mi es salirme del desarrollo”.
“Para ellos el desarrollo es ofrecer mano de obra barata para ser súperexplotados por una transnacional que no va a pagar impuestos en tu país, ofrecer los recursos de la Pachamama para que venga una trasnacional y saquee los recursos de tu país y luego te deje con el país destruido ecológicamente hablando. Eso es desarrollo, eso es progreso, pero tú eres un subdesarrollado, aquí está la receta”.
“¿Tú te opones a eso? Vamos a tener que hacer algo para resolver eso, tenemos que matarte y ahí vinieron las dictaduras militares”, añadió.
El cuarto momento con la retórica de salvación es el de “democratízate o te mato” (Siglo XXI): “Ellos dicen tu eres autoritario, tú no sabes que es democracia. A pesar de que las dictaduras que hemos sufrido en América Latina, en el Medio Oriente, Asia y África fueron resultado de los golpes de estado de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y ahora nos dicen que somos autoritarios y que ellos vienen a enseñarnos democracia”.
“¿Cómo? con tanques, aviones, bombas (…) En el golpe en Bolivia la acusación era que el gobierno del MAS no era democrático. Entonces, fueron e hicieron una revolución de colores, que es la nueva modalidad que usa la CIA en sus golpes de estado, donde movilizan a ciertos sectores en alianza con la oligarquía de tu país, con las elites blancas de tu país, es el imperio que moviliza a la gente como si fuera una revolución y es en realidad una contrarrevolución”, aseveró Grosfoguel.
(*) Periodista y psicóloga boliviana. Colaboradora del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la).