Reeler el Poema Pedagógico: el drama de los niños y adolescentes uruguayos
Comcosur*
En el marco del profundo deterioro vivido por el Uruguay, merced a las políticas neoliberales, la pobreza avanzó hacia la exclusión y en ese proceso de deterioro de sectores populares, los menores y jóvenes han sido víctimas principales. Montevideo está partido geográficamente, como ocurre en lo social, económico y cultural. Por ello no extraña la multiplicación de niños viviendo en la calle (aún teniendo familia), explotados por sus padres como forma de sustento familiar, frecuentemente adictos a diversas drogas (las más baratas, particularmente la pasta base).
Parte de ellos terminan siendo institucionalizados por el Estado en el INAU (Instituto Nacional del Menor y el Adolescente), generalmente luego de la comisión de delitos o infracciones. Dentro de la gama de niños y jóvenes que el organismo atiende, los infractores son una minoría. Pero es en la que se centra la atención de la sociedad. Uruguay, otrora Suiza de América, se fue acercando a los parámetros latinoamericanos donde la pobreza y la riqueza contrastan obscenamente.
Si bien el gobierno del Frente Amplio implementó una serie de políticas y logró revertir parcialmente el proceso de deterioro, las acciones han sido insuficientes ante la gravedad de la situación. Y el Estado lejos está de dar respuestas adecuadas. En estas horas, una crisis se produjo en el INAU (Instituto de la Niñez y la Adolescencia), cuando renunció el encargado de una de las áreas más críticas (conocida como la Colonia Berro o INTERJ), el sacerdote Mateo Méndez. Lo hizo pocos meses después de asumir y de generar una gran esperanza producto de todo su historial en el trabajo con lo sectores marginados por la sociedad. Su decisión sorprendió fuertemente, por lo repentina. En sus explicaciones dijo que la burocracia y la corrupción en el Instituto eran los motivos de la renuncia. Esto derivó, a su vez, en la renuncia del propio presidente del organismo, el Ps. Víctor Giorgi.
En las últimas horas el presidente Tabaré Vázquez y la ministra de desarrollo social, Marina Arismendi, designaron a la diputada Nora Castro del Frente Amplio, ex maestra y dirigente sindical, para ocupar el cargo. La crisis se produce, además, en medio de una larga campaña electoral donde la derecha vuelve a insistir con la rebaja de edad para inimputabilidad. Actualmente el límite está ubicado en los 18 años. Dos desafíos se presentan para la sociedad y, particularmente, para el gobernante Frente Amplio. La primera generar las condiciones para ir sellando progresiva y decididamente las profundas brechas sociales generadas por gobiernos conservadores. No es tarea de poco tiempo. La segunda, dar el adecuado tratamiento a aquellos jóvenes que han quedado y van quedando al margen, sin proyectos de vida que vayan más allá de la sobrevivencia diaria.
La burocracia y la corrupción son datos del INAU que no se han logrado desterrar pese a innumerables acciones. De estos fenómenos no están exentos algunos funcionarios insertos en un sistema que cultivó vicios a lo largo de décadas, como también ocurre en el sistema penal. Uruguay supo contar con un capital no menor. Si bien siempre hubo pobres, ricos y "masomenos", predominaba en el conjunto social un imaginario de "igualdad". La escuela pública jugó un rol fundamental en ese sentido. Laica, gratuita y obligatoria, esa educación fue deteriorándose en la percepción de la gente, particularmente de aquellos que tienen capacidad para pagar a sus hijos un colegio privado. Así, lentamente, se ha ido generando una educación para pobres y otra para ricos, con todos los matices que se dan entre estos extremos. Pero en definitiva, es una forma de seguir matrizando las diferencias que parecen ya instaladas en Uruguay. Queda mucho por hacer. Tal vez releer el Poema Pedagógico de Makarenko, experiencia rica producida en la desaparecida Unión Soviética