Repercusiones de la crisis financiera: Apunten contra los inmigrantes

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Nuria Gonzalez Rouco*
 
Los principales países receptores están aplicando nuevas medidas para cerrar sus fronteras, para “proteger el empleo nacional” y “aumentar el nacionalismo dentro” ¿Más xenofobia? 

No quedan dudas de que la burbuja hipotecaria que explotó hace unas semanas en Estados Unidos empapó a todos los países, sin diferenciar entre ricos y pobres, desarrollados o subdesarrollados. Pero como siempre los más afectados siguen siendo los países con las economías más débiles, para quienes las crisis económicas mundiales son sinónimo de desempleo, pobreza y de altos niveles de emigraciones. Es decir, de habitantes que con el objetivo de encontrar un mejor nivel de vida, dejan su país de origen para instalarse en otro totalmente ajeno.

Estos inmigrantes suelen tener como destino final países como Estados Unidos o España e Italia, entre otros, donde creen que podrán cumplir el sueño de ahorrar algo de dinero para poder enviar a sus familias, o bien para conseguir un trabajo bien remunerado.

Un claro ejemplo es la migración mexicana a Estados Unidos, la cual ha sido el recurso fundamental ante el desastre económico nacional provocado en el país por la aplicación impositiva y violenta del modelo neoliberal, al punto de que en los últimos años se ha llegado a más de medio millón de personas al año que cruzan ilegalmente hacia su vecino del norte, lo que también significa una aumento en el numero de muertos y asesinados en la frontera al tratar de cruzar hacia el llamado “sueño americano”.

En este contexto -ante la crisis económica que está atravesando Estados Unidos- este país endurece el máximo sus leyes migratorias para impedir este flujo de trabajadores no solo de México sino de toda América Latina. Invasiones antiinmigrantes en centros de trabajo, calles y domicilios de trabajadores ilegales en diferentes ciudades de Estados Unidos son ahora rutina común y completan el panorama de endurecimiento de la “lucha antiinmigrante” que hace el Gobierno estadounidense para proteger el trabajo de sus ciudadanos legales.

En ese sentido, el Gobierno Federal del país del norte dijo el 24 de Octubre que durante el año fiscal -comienza el 1 de octubre y finaliza el 30 de septiembre del año siguiente- 2008 deportó a 349.041 extranjeros, un 20 por ciento más que las deportaciones ejecutadas el año anterior, pese al pedido de organizaciones nacionales, que defienden los derechos de los inmigrantes para que Washington frene los operativos hasta que el Congreso debata y apruebe una reforma migratoria.

La semana pasada el gobierno de George W. Bush anunció el refuerzo de las fronteras con México con el envío de seis mil hombres de la Guardia Nacional. Además, supone la construcción de un muro metálico triple de 595 kilómetros y otro más de postes de concreto tan continuos como para impedir el paso de vehículos, a lo largo de la línea divisoria más transitada.

Según anunció el Senado estadounidense, a los mexicanos que ya viven en aquella nación se le revisará su estatus migratorio para que aquellos que demuestren una permanencia de 4 años puedan gestionar su nacionalización siempre y cuando su documentación no adolezca de algún requisito legal. De esta manera los mexicanos pueden conseguir la doble ciudadanía.

Sin embargo, hay que tener en cuenta las propuestas de los candidatos a presidente Barack Obama y John McCain, con respecto al trato de los inmigrantes que ya se encuentran en Estados Unidos y para con los que vendrán.

Obama está a favor de la creación de una fórmula que permita incluir a los inmigrantes ilegales dentro del sistema legal de Estados Unidos. Aclara que no propone una amnistía o legalización automática, sino una ruta para obtener la ciudadanía de acuerdo a ciertos requisitos: pagar una cuota, aprender inglés, no tener antecedentes criminales y esperar su turno después de todos aquellos inmigrantes que han ingresado al país legalmente.

A su vez considera que fortalecer la seguridad en sus fronteras es algo muy importante en materia de “seguridad nacional”. Por esta razón votó a favor de la construcción del muro fronterizo entre México y Estados Unidos. Para Obama, es una obligación fundamental que el gobierno garantice un control total sobre el ingreso y salida de cualquier persona a su territorio.

En este sentido, Obama buscaría fijar severas penas para todo aquel que contrate a un inmigrante ilegal para trabajar en su fábrica, tierra, o negocio.

En tanto, McCain apoya tanto el incremento en la seguridad fronteriza, como la creación de una vía para que los inmigrantes ilegales adquieran la ciudadanía. McCain fue el único candidato republicano que apoyó la reciente iniciativa para concretar una reforma migratoria.

EUROPA: EL OTRO ESCENARIO

Quienes decidieron arribar en Europa están pasando por una situación similar a la que viven los mexicanos en Estados Unidos.

La Unión Europea (UE) ha firmado el 15 de octubre en Bruselas una política migratoria común conocida como Pacto Europeo de Migración y Asilo. Este pacto, cuya puesta en marcha se evaluará cada año a partir de junio de 2010, aborda cinco ámbitos: la organización de la inmigración legal, la lucha contra la ilegal, el control de las fronteras, la colaboración con los países de origen y tránsito, y la construcción de una Europa del asilo.

Sin embargo, se resalta que no se aceptara una inmigración libre, sino que el acuerdo defiende una “inmigración seleccionada” que responda a las necesidades de su mercado laboral y “concertada” teniendo en cuenta el impacto que pueda tener en los otros miembros. Asimismo, apuesta por atraer a trabajadores altamente cualificados, estudiantes e investigadores; así como por el fomento de la migración circular o temporal; el control de la inmigración familiar; la mejora de la información entre los socios y la aplicación de medidas que favorezcan la integración “armoniosa” de los inmigrantes. (Ver: ¿Se abrió la temporada para cazar inmigrantes? APM 27/06/08)

En cuanto a la lucha contra la “inmigración irregular”, particularmente, garantizando el retorno de los inmigrantes clandestinos, el “pacto” solicita a los socios comunitarios que aumenten su cooperación voluntaria para llevar a cabo devoluciones, insta a los Veintisiete a limitarse a regularizaciones “caso por caso” y no generales, y apuesta por la conclusión de convenios de readmisión a nivel europeo o bilateral con los países que sea “necesario”.

Para frenar la llegada de masa de inmigrantes “no calificados”, el Pacto hace un llamamiento a la “solidaridad efectiva” con los países que están expuestos a un mayor flujo de inmigrantes o que cuentan con “medios limitados”.

Para hacer efectiva esta detención La comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, se reunió el 17 de octubre con el Secretario General Iberoamericano, Enrique Iglesias, y los embajadores de América Latina para mejorar la cooperación a la hora de aplicar la directiva de retorno y explicarles el nuevo Pacto Europeo sobre Inmigración.

La Directiva de Retorno de indocumentados permite, entre otros puntos, internar a estas personas hasta por seis meses (ampliables a 18 en caso de problemas de identificación), mientras que el Pacto Europeo sobre Inmigración busca fijar un control estricto de los flujos migratorios en función de las necesidades de los mercados laborales.

En opinión del embajador peruano, Jorge Valdez, "no es realista pedir que se derogue la directiva de retorno porque les ha costado mucho trabajo consensuarla entre 27 países". No obstante, consideró que esa ley les "deja un espacio", ya que corresponde a cada estado decidir la "intensidad" con que la aplica, por lo que creyó necesario mantener una "relación constructiva" con países como España o Italia.

En el caso particular de Italia, la reforma migratoria es un hecho. Desde la llegada al poder, Silvio Berlusconi ha iniciado una política de mano dura, utilizando unos discursos cargados de hostilidad hacia los extranjeros y complaciendo algunas de las demandas más xenófobas del partido independentista de la Liga Norte.

El proyecto de Ley sobre la Seguridad, que adoptó a inicios del gobierno de Berlusconi, contiene numerosas medidas para frenar el alto índice de inmigración introduciendo el controvertido delito de “inmigración clandestina”, planteó varios mecanismos también para impedir los matrimonios mixtos, además de la implementación de “clases diferenciadas” para los hijos de inmigrantes.

Según un sondeo realizado por el instituto Demos-La Polis y Pragma y publicado por la prensa local, muestra que Italia es uno de los países europeos que más teme la presencia de inmigrantes.

La Liga Norte, principal aliado de Berlusconi, presentó una enmienda a la Ley sobre la Seguridad Nacional que se discute en el Senado, donde se propone otorgar un permiso de estadía por puntos para los inmigrantes.

El senador Lorenzo Bodega, uno de los principales autores de la propuesta, explicó que “se ganan puntos, por ejemplo, si se tiene un buen conocimiento del italiano, se respetan las leyes y se está integrado. Pero se pierden puntos, cuando se comete un fraude fiscal, crímenes penales o administrativos, aseguró el parlamentario. La pérdida de todos los puntos implica la expulsión inmediata del país”.

Pero según la oposición se trata de una idea poco aplicable debido a que los extranjeros que tienen derecho al permiso de trabajo o de estudio pasan por numerosos problemas de carácter burocrático para renovarlo, aún cuando se trata de altos funcionarios de empresas locales.

Sin dudas, la crisis ha sacado a la luz los rasgos más xenófobos de las sociedades de los países más desarrollados y destino de una gran masa de inmigrantes.

Las políticas tomadas por los Gobiernos son muchas veces apoyadas por sus habitantes que ven en el “otro”, en el inmigrante, alguien que viene a ocupar las pocas plazas laborales. Pero hay que tener en cuenta que los trabajos que suelen hacer los inmigrantes son aquellos que los europeos o los estadounidenses no quieren hacer. Por ejemplo meseras o lavacopas, entre otros, los cuales son mal remunerados y sin ningún tipo de seguridad social.

Los efectos de la crisis financiera son llevados al “problema inmigratorio” por los Gobiernos de los llamados países desarrollados. En tiempos en que los precios suben, el trabajo escasea y el poder adquisitivo de europeos y estadounidenses baja los inmigrantes cobran los platos rotos.

*Publicado en APM.

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