Repunta intercambio comercial entre Argentina y Venezuela
Hay una demanda insatisfecha de energía y donde hay una demanda insatisfecha, por un perogrullo de la economía, hay una posibilidad de negocios. Algunos lamentablemente no lo ven. Esto es lo que estamos explorando. Que el sector público y el privado trabajen mancomunadamente tras el objetivo del bienestar común, había dicho el ministro de Planificación argentino, Julio De Vido, durante el Seminario de oportunidad de negocios que -en el marco del Convenio Integral de Cooperación entre la República Argentina y la República Bolivariana de Venezuela- se llevó a cabo en Buenos Aires el 16 de abril pasado.
El gobierno de Hugo Chávez adquirirá al sector privado argentino los bienes necesarios para cubrir sus planes sociales. Las compras compensarán el envío de combustibles sin necesidad de movilizar capitales, ya que se operará a través de un fondo fiduciario que administrarán los bancos de Inversión y Comercio Exterior, por el lado argentino, y el Nacional de Desarrollo, por el venezolano.En principio el intercambio comprenderá leche en polvo, aceite de soya, carne bovina; 15 mil vaquillonas, 10 mil terneras y 45 mil toneladas de maíz amarillo, entre otros productos.
Las empresas argentinas fueron convocadas a participar de una Macrorueda de Negocios, que tendrá lugar en el estado venezolano de Nueva Esparta -isla Margarita- en junio y de la que participaran exportadores e importadores de ambos país. Se espera que en este foto participen tanto grandes como pequeñas y medianas empresas.
Un mecanismo alternativo
La Macrorueda es un mecanismo propuesto por el gobierno bolivariano para enfrentar el reto de la integración latinoamericana; su objetivo es avanzar en la conformación de un polo suramericano que logre implementar y complementar las políticas macroeconómicas de los países para competir con las economías dominantes, que imponen sus políticas y precios, en condiciones de igualdad.
Entre 1999 y 2003 el intercambio comercial entre Venezuela y Argentina fue de US$ 1.092 millones, de los cuales 130 millones correspondieron a las exportaciones venezolanas y 962 millones a sus importaciones. De las exportaciones totales, el 50.75% correspondieron a petróleo y sus derivados. Las últimas mediciones indican que se llegó a un piso histórico, alrededor de US$ 140 millones de dólares anuales entre ambos países. Con la Macrorueda se busca superar los 500 millones de dólares, aparte de los montos relativos al intercambio de petróleo por alimentos.
La primera experiencia con este mecanismo alternativo fue en marzo pasado, con empresarios de la vecina Colombia. Las autoridades del gobierno de Chávez esperan, luego de la reunión de Margarita con hombres de negocios argentinos, reiterar la Macrorueda con Brasil, Centro América y el Caribe.
Hacia un frente económico común
Para Argentina, se trata de una oportunidad para el desarrollo de su economÍa interna con miras a recuperar el dinamismo industrial de otrora, que las políticas seguidas en las últimas décadas, en especial durante el gobierno de Carlos Menem, le hicieron perder.
Venezuela, por su parte, aspira a fortalecer su lugar en el mercado latinoamericano interactuando con economías más grandes que la propia y posicionándose en nuevos mercados.
El presidente de la Comisión Administradora de Divisas de Venezuela(CADIVI), señaló que «los primero beneficiados no van a ser venezolanos, sino argentinos y brasileños, porque ya están preparados para exportar y Venezuela todavía no tiene tantas empresas listas para hacerlo, pero esperamos que no tarden mucho tiempo en estarlo».
Para los venezolanos, que enfrentan un presente sombrío, es un paso importante en el camino de concretar los acuerdos alcanzados en la última Cumbre de los 15, desarrollada en Caracas en enero de este año, ocasión donde quedó claro que en la actual coyuntura latinoamericana son la Argentina, Brasil y Venezuela quienes motorizan el rumbo de la región.
La formación de un bloque suramericano al que se integren con el tiempo Centroamérica y el Caribe resulta el gran desafío a vencer, toda vez que ninguna de las economías del área está lo suficientemente diversificada ni dispone de un mercado interno que le permita capitalizarse y autoabastecerse.
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Fuente: Alejandra Taboada, en América XXI (americaxxi@infovia.com.ar).