Roberto Savio, Vargas Llosa y la creación de “Una ciudad en la ciudad” 

Redescubriendo un documental

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 Hace más de cincuenta años, a inicios de 1970, Arequipa experimentó un momento muy particular en su historia cultural: la llegada de un grupo de cineastas italianos que venían a documentar, a través de las lentes de la televisión europea, uno de los tesoros más preciados de Arequipa.

Tras más de medio siglo, se presentó nuevamente «Una ciudad en la ciudad«, el documental que cambió la forma en que el mundo vería a Arequipa y su incomparable Convento de Santa Catalina.

El contexto: Arequipa invisible

UNA CIUDAD EN LA CIUDAD 01 - AREQUIPA - YouTubeLa película fue producida por Roberto Savio, director de la RAI —la Televisión Italiana— para América Latina, y fundador de InterPress Service. Un hombre de visión excepcional, Savio comprendió inmediatamente que estaba ante una oportunidad única: mostrar a Europa, y al mundo, un patrimonio arquitectónico colonial de una magnitud que prácticamente no existía en ningún otro lugar de América Latina.

Vamos entonces a redescubrir esta documental a partir de los documentos albergados cuidadosamente por más de 50 años en el Archivo de Roberto Savio, en vía Panispermia, Roma, donde además se encuentra un texto original de Mario Vargas Llosa. 

Para entender por qué esta película fue tan importante, debemos ver Arequipa desde la mirada internacional de Savio:  a pesar de su riqueza histórica, arquitectónica y cultural inmensa, la ciudad era prácticamente desconocida en el mundo.

Como lo expresó Savio, ni siquiera las El renacer de la casa Morán Zereceda en Arequipaembajadas peruanas en Europa tenían referencias adecuadas sobre Arequipa. Mientras Florencia, con su belleza renacentista, era visitada por millones de turistas, Arequipa permanecía en el anonimato, guardando celosamente sus joyas coloniales tras sus muros de sillar.

El Convento de Santa Catalina, fundado 10 de setiembre de 1579, había permanecido en clausura rigurosa durante cuatro siglos. Sus puertas permanecían cerradas al mundo, protegiendo la vida contemplativa de las monjas dominicas que transitaban diariamente por callejas que llevaban nombres de ciudades españolas: Sevilla, Córdoba, Burgos, Granada.

Era una ciudad perfecta dentro de una ciudad, un universo completo de arquitectura colonial, patios con naranjos, iglesias, celdas particulares, cocinas, y toda la complejidad de una comunidad monástica medieval transportada a los Andes del siglo XVI. El 15 de agosto de 1970, el monasterio de Santa Catalina abría sus puertas por primera vez al público.

La visión de Roberto Savio y la iniciativa italiana

Entrevista con Roberto SavioLa historia de este documentó empezó cuando el Banco de Crédito del Perú envió fotografías del Convento de Santa Catalina a Roberto Savio. Esas imágenes lo cautivaron y pensó que era necesario invertir recursos significativos —cuarenta mil dólares en 1970, cerca de medio millón de dólares al día de hoy— para producir un documental que sería visto por aproximadamente cuarenta y cinco millones de personas en toda Europa. 

Para esta misión, Savio no escatimó en talento. Reunió un equipo de profesionales entre los más destacados del cine italiano y europeo de la época.


Pin oleh Javier Edgar di AREQUIPA DE ANTAÑOEl director de este documental fue Francesco Lazzaretti, un camarógrafo y director de fotografía cuya trayectoria lo había colocado entre los más importantes del cine documental europeo. Lazzaretti había ganado durante tres años consecutivos el Premio Europeo de Filmación Televisada, había registrado encuentros con Papas, líderes mundiales, revolucionarios y pensadores de la talla de Indira Gandhi y el Che Guevara.

Pero la carrera de Lazzaretti también había pasado por momentos peligrosos. Fue condenado a muerte durante la guerra de Argelia y estuvo al borde de perder la vida durante el golpe de los Coroneles en Grecia. Su compromiso con documentar la verdad lo había llevado a los lugares más peligrosos del planeta. Justo antes de venir a Arequipa, Lazzaretti venía de Bolivia donde acababa de terminar un documental sobre la muerte del Che Guevara.

Junto a Lazzaretti trabajaron Danilo Baroncini, asistente de fotografía; Rigoberto Arteaga, técnico de iluminación y sonido, de nacionalidad venezolana; y Colette de Savio, secretaria de producción. Estos profesionales llegaron a Arequipa con trescientos kilos de equipo cinematográfico, todo lo necesario para capturar en celuloide la magia de Santa Catalina.

La participación “discreta” de Mario Vargas Llosa

Mario Vargas Llosa, era un intelectual joven pero ya de considerable renombre en el mundoMario Vargas Llosa en la memoria de Arequipa: Anuncian recorrido ... literario peruano e hispanoamericano. En 1962, publicaría «La ciudad y los perros», la novela que lo proyectaría a la fama internacional. Para la película, fue llamado a contribuir con la narración y la locución.

Lo que es revelador es que en ninguno de los reportajes sobre la filmación que aparecieron en los medios, sobre todo entre mayo y junio de 1971, mencionan a Vargas Llosa. Esto fue debido a que su participación fue añadida a último momento, después de la filmación.  Se trató de un pedido expreso de Juan Velasco Alvarado a Roberto Savio.  Velasco consideraba que Vargas Llosa ofrecería una narración local potente que complementaría a todo un equipo extranjero. 

Solo aparece una mención a Vargas Llosa como autor del texto, en el documento de créditos de la película: «MARIO VARGAS LLOSA, Texto.»
Y acompañando esto, hay una nota en italiano de los productores que dice: «Riteniamo che il nome di Vargas Llosa, dato il prestigio di cui gode, dovrebbe precedere gli altri» (Consideramos que el nombre de Vargas Llosa, dado el prestigio de que goza, debería preceder a los otros)
El Monasterio de Santa Catalina en Arequipa - MAPA Y MOCHILAVargas Llosa también participó en darle forma al título final de la película. En una carta del gerente del BCP a Roberto Savio, le menciona que “Vargas Llosa, ha preferido que se utilice, si aún fuera posible, el título de la película como «Una Ciudad en la Ciudad», en lugar del «Una Ciudad dentro de la Ciudad», que considera bastante cacofónico.
 

El apoyo del Banco de Crédito: una visión empresarial humanista

Un elemento fundamental en la realización de este documental fue el apoyo del Banco de Crédito del Perú, bajo la visión de su directorio y su gerente.  Esto se evidencia en las comunicaciones, cables y facturas que se encuentran en el Archivo de Roberto Savio. El Banco de Crédito financió la restauración del Convento de Santa Catalina. También facilitó logísticamente todo el rodaje: transporte, alojamiento para la delegación italiana, acceso a la comunidad monástica. Utilizaron incluso un avión particular para traer al equipo y sus equipos cinematográficos.

Pero es importante recalcar que el el cuidadoso trabajo de restauración fue iniciativa del Ing. Eduardo Bedoya Forga, Gerente de Promoción Turística de la Junta de Rehabilitación yMonasterio de Santa Catalina Desarrollo de Arequipa.   Un grupo de arequipeños que recurrieron al BCP, entidad que hizo un aporte inicial importante equivalente aproximadamente al 25% del capital requerido. 

 La diferencia fue proporcionada por diversos arequipeños ilustres que permitió que esta joya arquitectónica se convirtiera en una atracción turística que generaría fondos propios para su mantenimiento y conservación. Era un modelo de iniciativa privada al servicio del bien público que, lamentablemente, hoy resulta admirable por su rareza.

Detalles de la filmación: la participación de veinte damas arequipeñas

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La filmación no fue un proceso simple. Lazzaretti requería autenticidad absoluta. Necesitaba capturar la vida monástica en toda su complejidad. Para ello, veinte damas arequipeñas de familias distinguidas interpretaron el papel de monjas dominicas. Estas damas rechazaron cobrar honorarios y donaron la totalidad de veinte mil soles a «Unámonos», una obra social dedicada a la recuperación de niños con discapacidades mentales en Cerro Colorado.

Incluso la Madre Superiora del Convento, Sor María del Mar Zea, se convirtió en una especie de asistente de dirección, aconsejando a Lazzaretti sobre cómo capturar con precisión la vida contemplativa de la comunidad. 

Una vez producida la película, esta pudo proyectarse en 16 mm en Arequipa en presencia de cuatro ministros y de un numeroso público que abarrotaba el Teatro Municipal. Posteriormente, la película se proyectó ante las monjas del monasterio.

El triunfo en el Festival de Cannes: reconocimiento mundial

El resultado de estos esfuerzos llegó a su punto culminante en el Festival de Cine de Cannes de 1971. «Una ciudad en la ciudad» ganó el segundo premio en la categoría de Documental Artístico, acompañado de una medalla de oro.

1971 cannes film festival hi-res stock photography and images - AlamyUn legado que permanece

Más de cincuenta años después, esta película sigue siendo relevante. No solo documentó un monumento; capturó una manera de estar en el mundo, una sensibilidad espiritual y arquitectónica que pertenece al patrimonio de la humanidad.

Hoy, durante el Hay Festival, cuando vemos a Arequipa reconocida internacionalmente como un destino cultural, cuando miles de turistas visitan Santa Catalina cada año, se pueden ver los frutos de lo que comenzó con esta película.

 

 

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