El candidato de derecha Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC) se impuso este domingo 19 de octubre en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, poniendo fin a casi dos décadas de gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS). Paz alcanzó el 54,53 % del apoyo popular, equivalentes a 3.337.031 votos, con el 97 % de las actas procesadas.
Por su parte, el también derechista Jorge «Tuto» Quiroga de la Alianza Libre obtuvo el 45,5 por ciento de los votos, perdiendo su cuarta contienda en la que aspiraba a la presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia.
Rodrigo Paz tendrá la mayor bancada del Parlamento boliviano, luego de conseguir sorpresivamente la votación más alta en la primera vuelta. La segunda más numerosa será la de Quiroga. Pero ninguno tendrá mayoría y se verán obligados a llegar a acuerdos. Paz plantea una fuerte descentralización y un «capitalismo para todos»: un programa de formalización de la economía, con reducción de impuestos y eliminación de burocracia.
El presidente electo pedirá créditos hasta reestructurar las finanzas internas, dice, a diferencia de su rival, que prometía un «plan de salvataje» basado en préstamos internacionales multimillonarios. Prometió en la campaña fuertes recortes al gasto público, sobre todo a la subvención de carburantes, algo que los especialistas aseguran que profundizará la crisis antes de salir a flote de nuevo. «Si quien sale vencedor no realiza medidas que vayan a apoyar al sector más vulnerable, eso puede desembocar en un estallido social», dijo Daniela Osorio Michel, politóloga del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (Giga).
Paz era candidato por el Partido Demócrata Cristiano (PDC) junto al expolicía Edman Lara, mientras que Quiroga representó a la alianza Libre junto al emprendedor tecnológico Juan Pablo Velasco.
Luego de que se anunciaran los primeros resultados, Edman Lara dijo que «es tiempo de hermandad y reconciliación» en Bolivia. «Fuimos acechados por una guerra sucia muy fuerte, se metieron con la familia se metieron con todo lo que podían, pero es tiempo de reconciliación, es tiempo de pensar en la patria», afirmó Lara a la prensa a las afueras de su casa en la ciudad de Santa Cruz, tras ser cuestionado sobre su rival, «Tuto» Quiroga.
Paz, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (1989-1993), asumirá la presidencia el 8 de noviembre. Será el tercer miembro de su familia en alcanzar el máximo cargo de la nación, después de su padre y su tío abuelo Víctor Paz Estenssoro. Con su ascenso, Bolivia cierra un largo ciclo de progresismo iniciado en 2006 por Evo Morales y en el que se nacionalizaron los recursos naturales, se rompieron relaciones con Estados Unidos y se estrecharon lazos con potencias emergentes como China, Rusia e Irán y la izquierda latinoamericana.

Los votos válidos de este domingo alcanzaron el 94,56 por ciento, los blancos un 0,75 por ciento y los nulos un 4,69 por ciento, de acuerdo a la información preliminar que no es el cómputo oficial. El presidente en funciones del Tribunal Supremo Electoral, Óscar Hassenteufel, indicó que el nivel de participación ciudadana en la segunda vuelta estuvo entre el 85 y 89 por ciento, un dato que se confirmará «una vez que se concluya el cómputo oficial».
Paz y Quiroga fueron los dos candidatos más votados en las elecciones generales de agosto, en las que también se renovó al Parlamento
Rodrigo Paz deberá ser juramentado para asumir la jefatura de Estado el próximo 8 de noviembre, en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), ubicada en La Paz (capital administrativa).
Su triunfo abre las puertas de la Presidencia a la derecha política, que regresa al poder tras dos décadas del proceso de cambio liderado por el Movimiento al Socialismo (MAS), con las presidencias de Evo Morales (2006-2019) y Luis Arce Catacora (2020-2025).
Ante este nuevo escenario, movimientos sociales e indígenas del país se preparan para iniciar una nueva etapa de resistencia en defensa de los logros sociales alcanzados y de la soberanía nacional.
Esta fue la primera vez que se utiliza el mecanismo de balotaje, establecido en la Constitución de 2009 del Estado Plurinacional de Bolivia, luego que en la primera vuelta del pasado 17 de agosto ninguno de los candidatos obtuviera el porcentaje suficiente para ganar.
Más de 7.9 millones de bolivianos fueron habilitados para el balotaje —un total de de los cuales 7.567.207 en territorio nacional y 369.931 en 33 países—, en una jornada en que se desplegaron más de 27.700 agentes para garantizar el orden público. Estos resguardan los recintos de votación y el material electoral.
Capitalismo para todos
Rodrigo Paz, el hijo de expresidente Jaime Paz Zamora quiere sustituir el socialismo en Bolivia por el «capitalismo para todos». Señaló que buscará salir de la dura crisis económica que atraviesa el país por medio de una bajada de impuestos, el fomento al crédito, un esquema de subsidios diferenciados en los precios de los combustibles y la descentralización del presupuesto entre los departamentos y provincias.
Rodrigo tuvo que empezar varias veces de cero porque su familia se veía obligada a viajar de un lado a otro, a menudo perseguida por dictaduras militares. «En la lucha de mis padres por la democracia, hemos vivido en 10 países diferentes», dijo a finales de agosto. Su oadre, Jaime Paz Zamora, un líder del histórico Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), fue vicepresidente (1982-1984) y presidente de Bolivia (1989-1993)
Nació en España, país del que también tiene la nacionalidad, y pasó su infancia en Argentina, Chile, Perú, Venezuela y Panamá, entre otros. Esa faceta de trotamundos la retomó durante su campaña electoral. El economista de 58 años señala que recorrió cientos de municipios de Bolivia en cinco años. «No soy un candidato de hace seis meses», asegura.
Fue diputado, alcalde y actual senador por Tarija, un departamento rico en gas y petróleo, del que su familia es oriunda. En su linaje también aparece su tío, el guerrillero Néstor Paz, que murió de inanición luego de un combate, y su tío abuelo Víctor Paz Estenssoro, cuatro veces presidente y artífice del voto universal y la reforma agraria.
A pesar de haber empezado hace más de 20 años en política, habiendo sido diputado, alcalde y senador por Tarija, Paz ha logrado ubicarse como un outsider en una elección que demandaba nombres nuevos en medio de demasiadas caras conocidas. En ese sentido, la victoria de Paz no se entiende sin el voto de las clases bajas, que en las elecciones anteriores votaron por Evo Morales y Luis Arce, y que en esta elección abandonaron las opciones de la izquierda del MAS.
*Sociólogo y periodista bolivano, colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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