En este nuevo mundo centrado en Asia, los principales actores del Sur Global en el BRICS/OCS exhiben más del doble del PIB de Estados Unidos y están allanando el camino para sustituir de facto al dólar estadounidense mediante el aumento del comercio en sus propias monedas.
Las tres fechas entrelazadas que tenemos por delante no podrían ser más cruciales para configurar el próximo panorama del actual y candente tablero geopolítico.
1. 31 de agosto/1 de septiembre. Tianjin, a media hora en tren de alta velocidad (120 km, aproximadamente 8 dólares) desde Pekín. Cumbre anual de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), con los diez Estados miembros, dos observadores (Afganistán y Mongolia) y catorce socios de diálogo (muchos de ellos del sudeste asiático). Es fundamental destacar que Putin, Xi y Modi (en su primera visita a China en siete años) estarán en la misma mesa, junto con Pezeshkian, de Irán. Se trata de una reunión de pesos pesados de los BRICS y la OCS. Esta cumbre puede ser un punto de inflexión para la OCS, al igual que lo fue la cumbre de Kazán el año pasado para los BRICS.
2. 3 de septiembre. Desfile del Día de la Victoria en la plaza de Tian’anmen, que celebra oficialmente el 80.º aniversario de “la victoria de la guerra de resistencia del pueblo chino contra la agresión japonesa y la guerra antifascista mundial”. Estarán presentes nada menos que 26 jefes de Estado, incluido Putin (en una visita de Estado de cuatro días). Proceden de todo el Sur Global, pero ninguno del Norte Global.
3. 3 de septiembre. Vladivostok. Comienzo del 10.º Foro Económico Oriental (EEF), una cita ineludible para comprender los entresijos de la prioridad estratégica nacional rusa de desarrollar el Ártico y el Lejano Oriente ruso, incluidas vastas extensiones de Siberia; se trata de una política especular a la iniciativa china “Go West”, iniciada en 1999, para desarrollar el Tíbet y Xinjiang. En Vladivostok estarán presentes personalidades destacadas de los círculos empresariales y comerciales de todas las latitudes de Eurasia. Putin se dirige a la sesión plenaria justo después de su regreso de China.
En conjunto, estas tres fechas abarcan todo el espectro de la asociación estratégica entre Rusia y China; los aspectos geopolíticos y geoeconómicos cada vez más entrelazados de la integración de Eurasia y la solidaridad del Sur Global; y el impulso concertado de los actores de Eurasia para acelerar el avance hacia un sistema de relaciones internacionales multinodal y equitativo.
El revisionismo occidental se estrella contra un muro de hierro
Es imposible exagerar la importancia que tiene el desfile del Día de la Victoria para la República Popular China. Los chinos, dentro de mil años —y más—, nunca aceptarán el revisionismo estadounidense de la Segunda Guerra Mundial, como “Estados Unidos y Japón pusieron fin conjuntamente a una guerra hace 80 años”.Y mucho menos el revisionismo europeo: Las conmemoraciones europeas del desembarco de Normandía también implicaron una impactante reescritura de la historia del frente oriental.
Estas acciones nos recuerdan que la lista de asistentes al desfile militar del 3 de septiembre se ha convertido en un criterio para identificar qué países se mantienen firmes en su postura antifascista”.
El sonido del corazón de Eurasia rockeando
Vladivostok puede deparar algunas sorpresas, pero en el frente empresarial entre Estados Unidos y Rusia.En primer lugar, abundan las especulaciones sobre si Trump podría haber decidido dar un giro radical al plan de la UE de confiscar los activos extranjeros rusos y, en su lugar, obligar a invertir los fondos en la economía estadounidense.Si ese fuera el caso —al fin y al cabo, el propio Trump proclama que “puedo hacer lo que quiera”—, no hay absolutamente nada que la chihuahua eurocracia pueda hacer para impedirlo.



Se trata del Imperio del Caos contra el BRICS/OCS.Así que la próxima semana sea espectacular: llamémoslo el sonido del corazón de Eurasia reafirmando su soberanía.Pongámoslo a todo volumen.
* Columnista brasileño de The Cradle, redactor jefe de Asia Times y analista geopolítico independiente centrado en Eurasia. Desde mediados de la década de 1980 ha vivido y trabajado como corresponsal extranjero en Londres, París, Milán, Los Ángeles, Singapur y Bangkok.
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