Se morirá el »tata»: BORRAR TODO. Y MUCHOS DE ACUERDO

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

No es broma. No se juega ni con la muerte del responsable de tantas muertes. Pero tal vez se deba precisar algunas cosas. Pinochet no es un ex Jefe de Estado; es un ex dictador que tuvo suerte en el asalto filibustero al Estado –y a la sociedad que se reconoce como tal en ese Estado–.

Pinochet no gobernó: saqueó al país –y permitió el saqueo por terceros y subordinados–. Que a 17 años de las nada fáciles negociaciones que pactaron el cambio de las insignias y atributos del poder quienes hoy los lucen beban, se abracen, compartan sonrisas o cenen con los asesinos de ayer, no significa que tan impunemente se alteró la historia.

Pinochet no gobernó: mandó a matar o permitió que mataran inocentes. Es inocente toda persona que no sea declarada responsable de un delito definido por una ley anterior a su comisión e interpretada por un juez de carrera.

En estricto rigor y doctrina todos los actos del dictador mientras ejerció la dictadura son irremisiblemente nulos, lo que incluye la constitución política que rige hoy al país y sus leyes anexas –como la de educación, por ejemplo, o el sistema electoral vigente–, y toda otra normativa dictada por los sanguinarios payasos, civiles y militares, que lo acompañaron en la aventura o se subieron a su carro entonces triunfador; también como ejemplo: la jubilación «privada», la entrega del subsuelo, el desmantelamiento del servicio de salud pública, el manejo utilitario del transporte de pasajeros, la entrega de universidades e institutos de formación superior a la rapiña de empresarios, la depredación de los recursos marinos, etc…

La continuidad política e institucional de los aparatos del Estado sólo se entiende en la actualidad de Chile como una gigantesca ceguera buscada para amparar a los criminales de ayer en perjuicio de sus víctimas. En buen castellano –algunos prefieren decir español– crimen es un delito grave, una acción reprensible o la gana cumplida de herir o matar a alguien.

Traicionar a su presidente y dirigir un golpe de Estado ¿no es un delito grave, una acción reprensible? Durante los años del dictador y su corte de mafiosos ¿no se hirió ni mató voluntariamente?

Los dichos de Izurieta –comandante en jefe del ejército– no constituyen una inconveniencia, son la prueba palpable de que probablemente el ejército de hoy no es distinto al de 1973. La Concertación jamás hizo nada por democratizar esa venerable institución ni conocemos que alguno de los gobiernos concertacionistas haya nunca acompañado las innumerables denuncias y querellas de los deudos o víctimas de los atropellos de entonces. Los derechos humanos son un eslogan para algunos, una consigna para otros.

Rettig, primero, y Valech, después –un radical quizá ateo y masón el primero, obispo católico romano el segundo–, dan su nombre a sendas comisiones que recogieron datos del horror desatado por ese a quién Izurieta quiere homenajear; hombres probos el difunto ex senador Rettig y el obispo Valech –que debe preguntarse si su viaje a esa infinita noche de la dictadura lo hizo sólo con el objeto de que se destinen centavos miserables para paliar el hambre de la mayoría de los «beneficiados» con pensiones que si no fueran parte del drama de Chile serían risibles–.

Pero todo está bien. El creador de «La oficina» es hoy ministro del Interior. Como todo el mundo sabe el ministerio del Interior desde antes de Napoleón es una gigantesca máquina de recoger información peligrosa –¿para el Estado o para quienes manejan cuotas de poder que, seccionadas del Estado, se han puesto al servicio de una u otra elite?

Cuando un político dice que peligran las instituciones mirad quién es, porque de seguro lo que en realidad dice es que tiembla su situación personal –y la de sus paniaguados–. Allende murió, su martirio fue lo que todo martirio es: testimonio. ¿De qué podrán dar testimionio estos negociantes?

Hace pocos días la Presidente de la República Michelle Bachelet insinuó que, si no se logran los acuerdos sine qua non para cambiar el absurdo sistema electoral vigente, podría su gobierno llamar a una consulta ciudadana. Ninguno, ninguno de los parlamentarios en ejercicio encontró algo bueno en la idea. Es que saben.

Compadecemos a la presidente. No debe ser fácil moverse entre lobos jamás ahitos, entre machistas que nunca le ganaron a nadie, entre perversos que procuran atar cada uno de sus movimientos.

Y todo para que se olviden las casas miserables de un tamaño tal que no entra una cocina y la sartén o que se desmoronan con la lluvia. Para que se olviden las autopistas para el uso de los ricos –que eso son–. No se acuerde nadie de los puentes que caen, de las represas con fines hidroeléctricos que matan. Ni de los tres a seis meses que debe esperar un enfermo antes de ser atendido (por fortuna muchos mueren antes para probar que en los pobres no se puede confiar). Y se tranquilicen aquellos que tienen problemas de familia ventilados en los tribunales ad hoc, y que reciben –en agosto de 2006– citaciones para febrero de 2007.

Juan Domingo Perón, que no era un tipo simpático, dicen, acuñó una frase: el pueblo con sus dirigentes a la cabeza o el pueblo con la cabeza de los dirigentes. No sé: quizá sea asociación ilícita haber recordado a Perón. En cierto modo en las antípodas del argentino en Cuba Fidel Castro alguna vez dijo que dentro de la revolución todo y que nada fuera de ella. ¿Algún dirigente chileno ha dicho que la democracia es para todos, y por consiguiente que dentro de ella todo y fuera de ella nada, y procurado en 16 años que así sea?

Miles de personas que trabajan y tienen pignorados sus salarios podrían responder la pregunta. O quizá lo hacen: más del 40% de los que deberían estar inscritos en los registros electorales no lo están. No creen. ¿Quién puede creer en políticos de los que no se sabe cuáles son sus medios de vida?

Y ahora el homenaje. ¿Llorará Marcelo Schilling de la mano de Mónica Madariaga en los funerales del asesino? ¿Pasará por el Quitapenas Ricardo Núñez? ¿Quien le dará el pésame a Pablito Rodríguez? ¿O a Lonngueira?

Y mientras, ¿qué pasa con los monumentos de la muerte? Mi hermana fue asesinada, con cuatro o cinco meses de preñez, en uno de ellos. Sus hijos sobrevivientes están repartidos por el mundo. No tenemos lugar en Chile.

Es triste el vino de los chilenos.

Señora, otra carta para usté

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Señora Presidente de la República
Doña Michelle Bachelet Jeria
Palacio La Moneda
Santiago, Chile

De mi consideración:

Solicito a usted su pronta intervención a fin de impedir la venta  y eventual destrucción de la casa ubicada en Londres 40 (ex Londres  38), comuna de Santiago, por parte de su actual propietario –el  Instituto O’Higginiano–, y cuyo presidente ejecutivo es el general (r) Washington Carrasco Fernández, militar golpista y traidor a su juramento Constitucional, ex Ministro de Defensa del régimen de terrorismo de Estado instaurado en Chile el 11 de septiembre de 1973 y por tanto, cómplice de los crímenes cometidos en el interior de ese recinto, además de responsable de las violaciones a los derechos humanos perpetradas durante el período que ejerció el control militar de las provincias de Concepción y Arauco.

Como es de su conocimiento, Londres 38 fue el primero y uno de los más importantes recintos clandestinos utilizados por la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA) en la Región Metropolitana para el secuestro, tortura y desaparición y/o ejecución de prisioneros durante el primer año de existencia del régimen de terrorismo de Estado. En él se cometieron graves, masivas y sistemáticas violaciones a los derechos fundamentales de las personas, que incluyeron la desaparición y / o ejecución de, al menos, 94 personas (81 hombres y 13 mujeres, tres de las cuales estaban embarazadas) y el secuestro y tortura de un número aún no determinado de detenidos y detenidas.

La venta y destrucción de los recintos de detención ya ha sucedido en el pasado. Londres 38 es uno de los pocos que no han sido destruidos, como ya ocurrió con los recintos situados en Villa Grimaldi y José Domingo Cañas 1367. Ésta ha sido una forma de borrar la memoria de los crímenes y también de  una parte de nuestra historia. Por ello, sería inexcusable que este recinto corriera la misma suerte que muchos otros sólo porque  no se tomaron las medidas adecuadas en el momento oportuno. Su preservación constituye una responsabilidad y una obligación ética del gobierno, así como una exigencia de coherencia con su política en materia de reparación y dignificación de las personas cuyos derechos fundamentales, incluyendo el derecho a la vida, fueron violados durante el régimen de terrorismo de Estado.

Por esta razón, solicito al gobierno de Chile que usted preside la adquisición del inmueble situado en Londres 38, haciendo explícita, de manera formal, al más breve plazo y en concordancia con lo establecido en el artículo 15 de la Ley 17288 que legisla sobre Monumentos Nacionales, su voluntad  para ejercer el derecho preferente de compra que la ley le confiere en el caso de este inmueble –declarado Monumento Histórico por Decreto Exento 001413 del 12 de octubre de 2005 –; y asignando los recursos necesarios para ello, a fin de constituir en este lugar un espacio para la memoria, que estoy cierta usted reconoce como un valor imprescindible de nuestra sociedad para que «Nunca más…».

Le saludo a Ud., con la memoria de su padre y demás víctimas de la dictadura, siempre presentes,

Patricia Parga-Vega

Periodista residente en Bélgica, hermana de Leonardo Patricio Parga, ejecutado el 14 de septiembre de 1973 a la edad de 16 años.

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