Shanghai, la Exposición Universal más grandiosa de todos los tiempos

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Daniel Barrios*
Una década desde que el Bureau Internacional de Exposiciones anunció oficialmente que Shangai seria la sede de la Feria Universal 2010.Durante 3699 días, decenas de miles de carteles electrónicos contaban día a día, hora a hora, segundo a segundo, el tiempo que separaba a China del acontecimiento hasta ahora más esperado del siglo.

Más de 10 años  que pusieron a prueba la capacidad organizativa, el ingenio y la creatividad arquitectónica,  el esfuerzo y la inteligencia, el compromiso del gobierno central, de las administraciones locales, del partido comunista y del pueblo todo para hacer de este acontecimiento pasara a la historia.  No sólo por ser la primera vez que se realiza en un país en vías de  desarrollo, sino por transformarla  en la  más  grandiosa y espectacular jamás organizada por país alguno desde que el Príncipe Alberto, esposo de la Reina Victoria, el 1 de mayo de 1851  organizó  en el Palacio de Cristal  de Londres, la primera "Gran Exposición de la Industria de todas las Naciones".

Shangai, la otrora Paris de Oriente, la isla de Pudong que hace solo 20 años era un gran pantano donde miles de pescadores morían de malaria, donde las ex concesiones coloniales  conocieron el asfalto recién en 1978,  la misma que prohibía  el tránsito a  los chinos por la 3 kilómetros de extensión  (el bund) a orillas del río Hunagpu y que hoy exhibe los rascacielos mas altos del mundo; la Shangai donde un pequeño grupo de revolucionarios liderados por Chen Duxiu y  Mao Zedong fundaron el Partido Comunista, la mega polis  de 20 millones de habitantes    a orillas del delta del Yangze – que fuera el gran laboratorio donde comenzaron las primeras experiencias del proceso de reforma y apertura de Deng Xiaoping-, a partir del 1 de mayo, se convertirá en la capital del mundo.

La Expo de los récords
Por 6 meses será la anfitrión de la Expo más  grande (245 pabellones, la más  concurrida (se esperan casi 100 millones de visitantes), la mas costosa de la historia (5 mil millones de dólares, mas del doble de lo que China invirtió para  olimpiadas de Beijing), la más vigilada (30,000 agentes, 400 mil voluntarios, 1000 puestos de seguridad con rayos X),  la de mayor oferta artística  con 23.452  espectáculos programados,  cientos de muestras de pintura,  incluida una dedicada a la obra de Caravaggio, la mas importante en cantidad y calidad del mas grande exponente  del barroco italiano,  jamás expuesta en el extranjero.

Durante 185 días 193 países, organizaciones internacionales y regionales,   expondrán sus propios avances tecnológicos, lo mejor de sus ofertas de productos y servicios, sus innovaciones productivas, una  mirada del ser humano hacia el progreso y la modernidad
 
Del mismo modo que hace 150 años la primera Exposición de Londres – cuando China era aún una nación miserable y sometida al poder extranjero-simbolizó  el desarrollo de la revolución industrial y la consecuente la supremacía mundial del imperio británico; así como  la Expo 1970 de Osaka marcara el ascenso de Japón a la categoría de potencial industrial, hoy es el turno de China  quien exhibirá al mundo una de las expresiones más acabadas de su incontrastable e irrefrenable ascenso al vértice de la economía y de las finanzas planetarias.

No solamente para China sino también para Occidente la denominada Expo Verde,  por sus evidentes connotaciones ambientalistas, es un momento decisivo para colocar al centro de la atención mundial los factores que determinarán, ante todo,  el equilibrio actual y futuro del planeta,  para concebir un crecimiento económico que priorice  al hombre y su habitat, que elimine las agresiones a la naturaleza de un  desenfrenado crecimiento económico  , que el cambio climático deje de ser una amenaza por el futuro del planeta, que las fuentes  de energía limpia renovable se conviertan en el motor de un desarrollo verdaderamente sustentable.

El diseño y la arquitectura de los pabellones, con singular creatividad e ingenio reflejan el lema "Mejor Ciudad, Mejor Vida".

La arquitectura marcadamente futurista del pabellón de holandés ofrece una calle, la Happy Street, donde el bienestar se evidencia por los colores verdes de sus casas.  Canadá, con una estructura revestida  totalmente en madera,  recurre a las mas sofisticadas técnicas informáticas  donde interactúan distintas modalidades y alternativas de urbanismo sustentable. Estados Unidos eligió  una historia donde una joven líder de una comunidad organiza la reconstrucción de su pueblo natal devastado por una catástrofe natural.

Como hace 500 años cuando a la Ciudad  Prohibida, convocados por los emperadores de la dinastía  Ming, llegaban embajadores, comerciantes, filósofos religiosos provenientes de Occidente, hoy es el Pabellón de la potencia asiática el  símbolo del encuentro  entre China y el resto del Mundo.

"La Corona de Oriente" de 67 metros de altura es una perfecta representación  de la China de hoy día, una simbiosis de  modernidad y tradición, innovación y cultura milenaria. El pabellón – el único que se conservará como testimonio para las generaciones futuras- del  antiguo palacio imperial conserva el estilo dougong, uno de los elementos más característicos de su  arquitectura milenaria  y el color rojos de sus ladrillo de madera. En su interior en cambio alberga las mas modernas tecnologías  para reducir el consumo de carbón y otras fuentes de energía fósiles y no renovables, como para demostrar al mundo sus esfuerzos por dejar de ser el principal contaminador del mundo.

"Nuestro país no solo esta mostrando sus 5.000 años de civilización, sino además los progresos de la China de hoy" comenta Ni Jianping director del Instituto de Estudios para las Américas de Shangai. "Queremos difundir  por sobre todas las cosas como han mejorado las condiciones de vida de nuestra gente" agrega el académico.

Haibao, la mascota abraza al mundo

Haibao, la mascota elegida para esta edición de la Exposición Universal representa 3 personas (yo, tu y el/ella) y simboliza la gran familia de la humanidad. Esta inspirada en la forma del ideograma  chino "Shi", dos barras que se sostienen recíprocamente manifestando el concepto que una vida mejor solo puede ser construida por todos los pueblos.
 
"El mundo debería ser diseñado por la gente a su propia medida y necesidades. Es la gente quien debería construir sus relaciones personales en armonía consigo mismo y con el prójimo, con la naturaleza y con la sociedad;  solo así la vida en las ciudades podrá ser mejorada", explicaba el Director del Comité Organizador cuando años atrás justificaba el porque de la elección del emblema de la Expo.

Eso es precisamente lo que se percibe recorriendo las calles de Shangai, desde los carteles que promueven la Expo en los lugares mas insólitos, tanto en la lujosa y sofisticada calle Nanjing, el inmenso cartel que domina la céntrica  Plaza del Pueblo de Shangai , los folletos que entrega el taxista y el policía de transito,  los hoteles que se preparan a recibir a mas de 6 millones de extranjeros, los muros que cubren los cientos de edificio en construcción, hasta en los mismos gabinetes higiénicos, no hay rincón de China donde no se recuerde la Exposición.

Si para Hemingway Paris era una fiesta", para el dragón, Shangai es una Expo, el cenit  del proceso de apertura, el momento de encuentro mas emblemático de la potencia oriental con el resto del mundo, la gran oportunidad para mostrarse ante el mundo;  pero al mismo tiempo, una excepcional ocasión de dialogo, de confrontación de ideas y de cultura, de tecnología e innovaciones, de productos y servicios que China pone a disposición de la comunidad internacional.

Maurice Strong, Secretario General de la Conferencia Mundial de Desarrollo y Medio Ambiente durante la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992,  afirmaba en una reciente conferencia en Beijing: "Ninguno de los temas que hoy enfrenta la comunidad mundial podrán ser resueltos sin la participación de China. Y China solo podrá lograr sus metas y aspiraciones a través de su incorporación activa en la agenda global"

Es ese precisamente la clave para desentrañar el verdadero sentido de lo que vivirá Shangai y el mundo desde el 1 de mayo hasta al 31 de octubre del 2010.
 
* Economista uruguayo, director General DEVNET, una ONG internacional
 

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