Lo que no se dice públicamente, pero que los mismos funcionarios admiten en privado, según los medios de comunicación, es que la Casa Blanca ha impuesto directrices para acelerar expulsiones sin revisar casos individuales. Desde que Donald Trump regresó a la Casa Blanca, su estrategia migratoria ha tomado un giro cada vez más draconiano, con los venezolanos en el centro de la embestida. La combinación de retórica incendiaria y medidas punitivas ha convertido la migración en un arma política contra Venezuela, al tiempo que se busca dar una imagen de poder y complacer a una base electoral de mentalidad xenófoba.

“Black site”
A pesar del reciente dictamen del juez federal de California, Edward Chen, que bloquea temporalmente la decisión de terminar el Estatus de Protección Temporal (TPS) para aproximadamente 350.000 venezolanos, la amenaza de cacería humana no ha desaparecido. No importa si un migrante lleva años contribuyendo a la economía o si tiene sus hijos estadounidenses: la incertidumbre persiste.Tatuajes
fundamentales del derecho internacional.Silencio
Indolencia
La indolencia de organismos como la OEA, de la que Estados Unidos es miembro y que debería velar por la conducta de sus integrantes, y de la OIM o Acnur, cuyo mandato exige proteger a los migrantes y refugiados y garantizar el principio de no devolución, es evidente. Acnur, que considera inaceptables las deportaciones masivas, no ha emitido una sola declaración condenatoria ni ha movido un dedo. A pesar de la magnitud del problema migratorio, nunca ha instalado oficinas de atención en Estados Unidos.
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