Soberanía: Lula y el PT se oponen a la privatización de Electrobras y Petrobras
El dos veces presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien lidera las encuestas para las elecciones presidenciales de octubre próximo, aseguró que el Partido de los Trabajadores (PT) se opone a la privatización de las empresas estatales y advirtió a los inversionistas que no compren Eletrobras. Lula condenó la reciente decisión del Tribunal Supremo Federal, que avala la venta de ocho de las trece refinerías del gigante brasileño, y afirmó que el autoritarismo del actual presidente ultraderechista Jair Bolsonaro acaba con todo en el país y señaló que encabeza un gobierno de destrucción y fake news.
La Corte Suprema autorizó a la estatal Petrobras a vender sus refinerías sin el aval previo del Congreso, en momentos en que la mayor empresa del país avanza en negociaciones para comercializar ocho de sus trece plantas de refinería. El plan de desinversión de la empresa prevé la venta de activos por hasta 23 mil millones de dólares hasta 2023, dejando atado de pies y manos al próximo gobierno.
El Parlamento alega que las refinerías de Petrobras son activos de la empresa y no sus subsidiarias, y que su venta sería la forma de disfrazar la privatización por partes de la petrolera sin que el Legislativo pueda vetarlo. Pero el recurso presentado por los legisladores fue rechazado por seis de los diez magistrados de la máxima corte del país.
El principal activo en disputa es la Refinería Presidente Getúlio Vargas, en el sureño estado de Paraná, con capacidad para procesar 208 mil barriles de petróleo por día, el nueve por ciento de la capacidad total de Brasil.
La petrolera informó que el 9 de julio pasado inició negociaciones para vender la Refinería Laudulpho Alves (RLAM), localizada en el estado de Bahía. La misma tiene una capacidad de procesamiento del 14 por ciento del petróleo del país por día, y sus activos incluyen cuatro terminales de almacenamiento y un conjunto de tuberías por un total de 669 kilómetros. El fondo Mubadala de Emiratos Árabes Unidos fue la compañía que presentó la mejor oferta.
«Petrobras es un símbolo de lo que queremos defender en Brasil, que es la soberanía nacional», aseguró Lula. En el video difundido en sus redes sociales, el expresidente brasileño resaltó que la empresa garantiza el bienestar de 210 millones de brasileños independientemente de su poder adquisitivo, y rechazó la decisión de poner en venta su patrimonio. «No es posible que Brasil tenga líderes a los cuales no les guste este país y venden sus almas al diablo. Y eso es lo que están haciendo ahora», condenó.
La decisión fue tomada sin aprobación del Congreso. En medio de las críticas y la escalada privatizadora, Petrobras anunció que registró ganancias de 5.500 millones de dólares sólo en el tercer trimestre de 2021.
El actual gobierno brasileño ve factible la privatización total de la empresa (hoy de naturaleza semipública pero de propiedad mayoritariamente estatal) a largo plazo. Petrobras es la compañía insignia del sector energético en Brasil al asegurar el abastecimiento de los recursos que garantizan los derechos básicos de la población. Lula recordó, también, que Petrobras tiene reconocimiento mundial en la extracción de petróleo en aguas profundas.
En el último mes, el presidente de Brasil ha sido constante en mencionar la idea de la privatización de la petrolera, un discurso que mantiene desde su llegada a la jefatura del Estado. En noviembre de 2018, un mes después de haber ganado la elección presidencial, Bolsonaro se refirió a Petrobras como una «empresa estratégica» y, en aquel momento, habló de querer privatizarla «por partes».
El actual gobierno, presidido por Jair Bolsonaro, principal rival de Lula en los comicios, trata de poner fin al control estatal de la mayor empresa eléctrica de América Latina mediante la emisión de nuevas acciones este año para diluir su participación de control. “No hay necesidad de vender un activo construido por el pueblo brasileño, que regula el sistema eléctrico y puede prevenir precios abusivos en las facturas de energía”, dijo Lula sobre la privatización de Electrobras.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT) llamó al pueblo a defender a la empresa estatal fundada en 1953 por Getúlio Vargas para garantizar el abastecimiento de toda la población. El pasado 3 de octubre, el Frente Popular de Brasil y el Comité Nacional de Defensa de las Empresas Públicas convocaron a un «Acto Virtual por la Soberanía Nacional», además de una manifestación frente al edificio de la compañía en el centro de Río de Janeiro.
Lula apuntó que no hay ninguna razón técnica o político-económica para que la paraestatal Petrobras tome la decisión de internacionalizar el precio del combustible, más que para atender los intereses de los accionistas, en especial de los que se quedan en Nueva York. El precio del combustible es caro en el tanque, pero también en el mercado porque impacta en el precio de los alimentos y ese costo dolarizado del combustible concentra la riqueza en manos de los más ricos, consideró.
De acuerdo con Bolsonaro, la empresa petrolera debería «desempeñar un papel más social y disminuir sus ganancias». Las declaraciones, que afectan a la principal compañía del país, se dan en medio de un alza en el precio de los combustibles y un importante incremento de la inflación.
Después de haber expresado que Petrobras es «un dolor de cabeza», Bolsonaro calificó a la compañía como un «monopolio» y se mostró a favor de privatizar las ganancias de la compañía número uno del país y uno de los principales motores económicos del país.
«Hablé con Paulo Guedes (Ministro de Finanzas) y puse a Petrobras bajo el radar para una posible privatización porque si es una empresa que funciona como monopolio, necesita que tenga su sesgo social, en el buen sentido. “Nadie quiere el dinero de Petrobras, solo queremos que la empresa no tenga déficit y que invierta en gas», dijo el mandatario.
El pasado 27 de octubre, el presidente expresó un cambio en las políticas de la empresa para el establecimiento de los precios de los combustibles. «Petrobras está obligada a subir el precio porque tiene que seguir la política (establecida en 2016 y que se regula con los precios internacionales del petróleo) y estamos tratando de encontrar la manera de cambiar esta regla».
En las últimas semanas, el precio de los combustibles en Brasil ha registrado un aumento, algo que ha impactado en el incremento de los precios de algunos productos. «No es justo, vives en un país donde se paga todo en reales (moneda oficial de Brasil), un país que es autosuficiente en petróleo y tiene el precio del combustible vinculado al dólar», cuestionó Bolsonaro.
* Investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)