Sobre la conferencia internacional de Teherán respecto del desarme

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Surysur.

Los días 17 y 18 abril  se realizó en la capital iraní una multitudinaria conferencia internacional convocada para analizar un asunto vital: el desarme nuclear. El siguiente es un comunicado oficial de la Embajada de Iraní en la Santa Sede. Fue recibido en Roma por la Revista de estudios geopolíticos Eurasia*, por cuya gentileza se reproduce aquí en castellano.

En el mundo contemporáneo, pese a la propaganda ensordecedora sobre el desarme, la acumulación de miles de cabezas nucleares sigue representando la más grave amenaza a la paz y a la seguridad internacional. Aunque han transcurrido más de cuarenta años desde la estipulación en 1968 del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), las expectativas de la comunidad internacional con respecto a la completa eliminación de los armamentos nucleares sigue sin una respuesta adecuada: tal situación es, por supuesto, fuente de la más viva preocupación.

La República Islámica de Irán, con el fin de examinar el tema referente a los actuales desafíos del desarme atómico y de la abolición de las otras armas de destrucción masiva y además con el objetivo de presentar oportunas estrategias para llegar a un mundo libre de tales armas, en las jornadas del 17 y 18 de abril de 2010 organiza en Teherán una Conferencia Internacional sobre el desarme con la participación de destacadas personalidades de más de sesenta países.

Los principales asuntos a tratar en el curso de la Conferencia son los siguientes:

– Examen de la doctrina nuclear y de la no compatibilidad de la misma con la actual situación internacional: lamentablemente los países que poseen armas atómicas siguen insistiendo en la función que estas desempeñan en su doctrina militar, amenazando, además, ocasionalmente, con el empleo inhumano y destructivo de las mismas contra países que no poseen tales armas.

– Necesidad de combatir la proliferación vertical, es decir, el rearme atómico: los países poseedores de tales armamentos no sólo no cumplen con el compromiso referente a su eliminación, sino que además están procediendo a la construcción de nuevas armas, incrementando así la preocupación de la comunidad internacional.

– Necesidad de extender el Tratado de No Proliferación Nuclear a nivel mundial. La comunidad internacional debe comprometerse a inducir a la adhesión a los países no firmantes. Además, es necesario que todos los países desarrollen sus respectivas actividades nucleares bajo el control de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA). Lamentablemente la colaboración en el ámbito nuclear de los países poseedores de armas atómicas con los países no adherentes al Tratado, entre los cuales se encuentra el régimen sionista, no sólo obstaculiza los esfuerzos para extender el Tratado, sino que ha creado la opinión errada de que la no adhesión al Tratado es, en el fondo, más ventajosa.

– Necesidad de impedir discriminaciones y actitudes basadas en distintas varas de medir por parte de los países que poseen armas atómicas con respecto a los países firmantes del Tratado y con respecto a los que no se adhieren a este, discriminaciones que se manifiestan, por un lado, poniendo limitaciones de distintos tipos al desarrollo de programas nucleares pacíficos de los países adherentes y, por otro, con la cooperación ofrecida a los países no firmantes o con la no ejecución de los compromisos referentes al desarme: todo esto cuestiona la credibilidad del propio Tratado.

– Examen de las posibles estrategias referentes al control del desarme de los países que poseen arsenales atómicos, sacando partido, entre otras cosas, de las potencialidades de la anteriormente citada Organización Internacional de Energía Atómica.

– Examen de la prohibición en la concepción de las religiones reveladas de la acumulación y uso de las armas nucleares.

– Examen de los aspectos legales del uso y de la amenaza del empleo de armas nucleares. Al respecto, es de gran importancia la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia de 1996 sobre la ilegitimidad de tales armas. En esta opinión, con el consenso general, se subrayó el compromiso de los países poseedores de armas nucleares para poner en práctica el artículo 6 del Tratado de No Proliferación Nuclear y eliminar completamente tales armamentos.

– Desnuclearización de la región de Oriente Medio. Con motivo de la oposición del régimen sionista a unirse al Tratado y, consecuentemente, con motivo del ulterior desarrollo de su arsenal atómico, se ha llegado a un callejón sin salida. En este sentido, es necesario, en particular, un examen del compromiso de los países poseedores de armas nucleares para poner en práctica la resolución de la Conferencia de Examen y Prórroga de 1995.

La existencia de armas nucleares, independientemente de quienes sean sus poseedores, es por sí misma fuente de preocupación para la comunidad internacional. El hecho de que algunos países poseedores de tales armamentos afirmen conservarlos en condiciones de seguridad no puede justificar la continuación de semejante situación.

Deseamos que, gracias a la decidida voluntad de la comunidad internacional y a la puesta en práctica de medidas eficaces, se pueda asistir a un mundo sin armamentos nucleares y sin otras armas de destrucción masiva.

Damos las gracias a las publicaciones que, cumpliendo deontológicamente con su propia misión, difunden imparcialmente las noticias respetando la realidad de los hechos.

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Eurasia – rivista de estudi geopolitice, que dirige el experto en asuntos geopolíticos Tiberio Graziani.
El comunicado de la embajada iraní puede leerse, en italiano, aquí.
 

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