SUÁREZ Y LOS SICARIOS DE LA FIFA
Luego de la condena mediática, especialmente desplegada en Inglaterra e Italia, la FIFA dio a conocer el fallo por el que sancionó “de oficio” –es decir sin siquiera verificar si la denuncia del sicario italiano Giorgio Chiellini era cierta- a uno de los cinco mejores futbolistas del mundo, el uruguayo Luis Suárez.
Ocho años atrás, otro defensa central de la selección italiana, Marco Materazzi, provocó durante todo el partido final a otro excepcional futbolista, como era el francés Zinedine Zidane, quien harto de tantos insulto, codazos y patadas, le dio un cabezazo y fue expulsado del partido. Y Materazzi, un sicario de la mafia (fifesca) apenas fue suspendido por dos fechas y elevado a la categoría de héroe por su poca hombría y sentido deportivo. Se ufanó hasta por televisión: “Prefiero a la prostituta de tu hermana», explicó Materazzi que le dijo a Zidane, en el popular programa Sorrisi E Canzoni.
Pero héte aquí que Suárez no le produjo ninguna lesión al jugador italiano, un dechado de “virtudes” como codazos, patadas “paralíticas”, prepotencia. La que hizo el jugador celeste –un supuesta mordida en el hombra, si es que Chiellini no estaba simulando y había preparado el espectáculo- se enmarcaría en una indisciplina, que sin dudas ha sido remarcada por una campaña mediática de los países a los que dejó afuera de la copa con sus goles y jugadas.
Las personas que recurren a morder cuando se sienten frustradas —dicen los expertos— a menudo presentan problemas psicológicos más profundos que pueden ser indicadores de una incapacidad para lidiar con las emociones. Suárez aparentemente mordió a Chiellini luego de que ambos forcejearon en el área. Chiellini jaló su camiseta para mostrar una marca roja en el hombro izquierdo mientras Suárez se quedó en el suelo tocándose la boca. dijo que estaba molesto con Chiellini porque éste le había golpeado en el ojo previamente.
Si hubo un mordiscón sería un disparate, y un periodista-sicario inglés hasta habló del “síndrome de los Andes””. Pero no es menos que la patada, codazo o puñetazo artero de Giorgio Chiellini, aprovechando que el del árbitro miraba para otro lado.
La defensa de la Asociación Uruguaya de Fútbol señala que en el video no se ve la supuesta agresión que promovió la apertura del expediente y que ésta fue promovida por la repercusión mediática que adquirió el choque: “no hubo ninguna mordida, sino una jugada casual, en la que el jugador pierde el equilibrio y se produce ese choque. Pudo haber sido un golpe en la nunca, en el cuello, en la espalda. Y eso es lo que se ve, un choque, nada más”.
Diego Maradona, que de fútbol y FIFA sabe bastante, señaló que “Lo que duele es que le cortan la carrera a un muchacho que se la está ganando”, y refiriéndose a la dirigencia del fútbol-negocio, señaló: «¿quién se creen que son ustedes? ¿Por qué no lo mandan a Guantánamo a Luis Suárez? ¿A quién mató? Esto es fútbol, esto es roce.»
En su cuestionamiento fue más allá y aseveró: «Neymar mete un codazo que es para expulsión directa, y sin embargo nadie dijo nada. Los dos cameruneses que se pegaron adentro de la cancha, lo vio todo el mundo y nadie dijo absolutamente nada.»
Y con su profesionalismo y disciplina profesional, al regresar a las canchas antes de cumplir un mes de una operación de la rodilla, por una lesión descalificante causada, precisamente, por un futbolista británico, que ni siquiera fue sancionado, y la que la prensa del Reino Unido y algunos jugadores, aplaudieron, ante la mudez de la FIFA.
Y esa actuación de Suárez –y de la celeste- la dirigencia de la FIFA no la perdona. Que Uruguay, un paisito de tres millones de habitantes -donde la cantidad de camisetas y pelotas que se puedan vender es escasa-, haya dejado en el camino nada menos que a dos grandes decisores de la FIFA, la mafia del fútbol, como son Italia e Inglaterra, grandes mercados consumistas.
Periodistas europeos alertan de otro hecho: las pérdidas de las grandes casas de apuestas tailandesas y británicas que se multiplicarían si Uruguay avanza. El fantasma del Maracanazo aún da vueltas por el mundo del fútbol. Y las casas de apuestas son las encargadas de comprar dirigentes, árbitros, jugadores, para correr menos riesgos en sus negocios.
La inmoral cúpula de la FIFA –en la que también hay sudamericanos- reunida en Río de Janeiro tomó una drástica decisión: suspenderlo por nueve partidos tras el mordisco a Chiellini, impedirle entrar a una cancha de fútbol incluso como espectador por cuatro meses y cercenarle su derecho al trabajo, al impedirle ser transferido, además de cobrarle una multa de unos 120 mil dólares.
El Liverpool inglés, donde trabaja, ya había anunciado que lo declaraba transferible, y antes de la sanción el Barcelona catalán declaró su interés por contar con los servicios del delantero.
No caben dudas que Suárez –si es que la mordida fue real- cometió un error gravísimo, imperdonable para su selección en esta instancia mundialista. Pero la sanción es demasiado dura para con Suárez, que en pocos días pasó de héroe a villano, gracias al sicariato de jugadores como Chiellini y seudoperiodistas como los británicos e italianos, incapaces de ganar en las canchas..
Si la FIFA quiere sancionar de oficio (por primera vez en su historia), debiera mirar los 64 partidos jugados a la fecha: no faltarán codazos, paralíticas, patadas voladoras, aviesas faltas que atentan contra la seguridad física de jugadores, menciones para su madre o ciertas partes del cuerpo de su hermana. Mucho peores son los aprendices de teatro que caen cual muertos ante la nada misma. Este debe ser el “fair play” de la FIFA.
No hablemos de las coimas pagadas con petrodólaes por los emires qataríes para que el mundial de 2022 se juegue en su país, ni los cientos de sobornos recibidos por la dirigencia asociada del fútbol, una verdadera mafia que realmente dirigen las trasnacionales que patrocinan a la FIFA, a los clubes, a los jugadores. Y como toda mafia, tiene sus sicarios, los Materazzi, los Chiellini, y los periodistas que hacen el terrorismo mediático que le permite tomar esta clase de medidas.
Colofón: Luis Suárez fue recibido con mucho cariño por los uruguayos. Hasta el presidente de ese pequeño país lo fue a recibir. “Fieles hasta el final con los nuestros. Porque son las mayorías del mundo» , dijo Pepe Mujica. ¿Lo sancionará la FIFA?