Tecnología de punta, las corporaciones, el Estado

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Biden estremeció a las familias y gobiernos de la Unión Europea al amenazar con un ataque militar al gasoducto North Stream 2, con una capacidad total de 55 mil millones de metros cúbicos de gas natural. Francia y Alemania muestran desinterés en la promoción que hace EU desde la OTAN: una guerra que fácilmente se intensificaría a nivel nuclear por los emplazamientos y despliegues de ese tipo alentados por Washington. Hasta ese punto llega la defensa del interés privado nacional de Estados Unidos.

La relación entre la corporación y el Estado en EU y sus instrumentos de seguridad nacional, incluyendo sus proyecciones globales de poder militar, como los servicios de inteligencia dedicados al espionaje económico, tecnológico y financiero, y probablemente el montaje de operaciones especiales y clandestinas en las esferas de la alta tecnología es tan estrecha que no dudo de calificarla de simbiosis, en un contexto de crisis y creciente competencia por los mercados.

En el campo de la tecnología de punta y en todas las áreas de mayor impacto económico, la adaptación del área agro-industrial a energías renovables hidro-eléctricas, solares, eólicas (el término de energías limpias no aplica a la nucleoelectricidad ni al gas natural,) es donde se hacen evidentes las interacciones entre el Estado y la corporación.

Como parte sustancial de su estructura y dinámica capitalista se trata de instituciones dedicadas al logro de ganancia por medio de una amplia red de sistemas administrativos y financieros que se encaminan a la planeación centralizada a escala internacional de recursos humanos y materiales, incluyendo los de importancia estratégica y geopolítica como ciertos recursos naturales: combustibles fósiles, uranio, minerales no-energéticos, agua, biodiversidad y litio.

El principal propósito de la empresa es organizar e integrar su actividad económica internacional de tal forma que se maximice la ganancia corporativa. Se trata de una estructura orgánica en la cual cada parte está diseñada y opera para servir al todo, aunque se sabe que entre estas unidades también prevalece la rivalidad. Al fin de cuentas la corporación mide su éxito o fracaso no por medio de la evaluación de una subsidiaria o la conveniencia de producir ciertos productos, o por su impacto social y ambiental en un país dado, sino por medio del crecimiento de las ganancias de todo el grupo corporativo y consecuentemente desde el grado de control que logra en las parcelas más importantes del comercio mundial, donde el espionaje económico le resulta vital.Los “Cinco Ojos” y la red Echelon

Un claro ejemplo, entre otros, es el de Echelon. Un instrumento usado por EU, Gran Bretaña, Canadá, Nueva Zelanda y Australia dedicado a interceptar mensajes radiales, satelitales, teléfonos correos electrónicos faxes, etcétera, que opera a nivel mundial. El Parlamento Europeo considera Echelon una ofensiva de espionaje económico, comercial de secretos empresariales y tecnológicos ya que al momento de ser descubierto (septiembre de 2001), podía interceptar más de 3 mil millones de mensajes diarios.

El Parlamento Europeo denunció que al acceder a esa gama de comunicaciones originadas y/o recibidas por Europa, EU violaba la Convención Europea de Derechos Humanos. En esta expresión de la conflictividad intercapitalista, se asume que personal de la NSA de EU, que opera en Inglaterra y Alemania, intercepta mensajes de interés para favorecer a las empresas estadunidenses en su competencia por ventas o adquisiciones (CNN, 2001) entre otros ejemplos.

Se trata de áreas de la competencia intercapitalista que si bien son presentadas bajo el marco de las fuerzas del libre mercado, resultan operar bajo cánones y relaciones de poder que se desahogan en el aparato de seguridad nacional, íntimamente vinculadas como concepto con los intereses empresariales y también con los inmensos presupuestos públicos destinados al financiamiento de la investigación y desarrollo en áreas de avance tecnológico de las que se gestan vitales polos actuales y/o potenciales, de acumulación.

Las grandes empresas dedicadas a la minería, a la actividad petrolera o las que son contratistas de las agencias militares de las principales potencias para la producción de materiales y desarrollo de tecnología bélica han desarrollado a lo largo de las décadas lazos especiales con los organismos y/o personeros del la seguridad nacional. Las estrechas relaciones entre las partes se expresan en lo que la sociología política de EU conoce como revolving door (puerta giratoria) para describir el intenso tráfico de personal y de influencias de lo público a lo privado y viceversa.

En EU es una relación presente desde la Guerra Civil e intensificada desde la instauración de la movilización bélico-industrial permanente después de la Segunda Guerra Mundial.

Ahora trata de mantener su vigencia azuzando una guerra contra Rusia desde la OTAN, con Europa, de nuevo, como campo de batalla.

 

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