Teódulo López Meléndez / El almanaque de los días rojos
Lunes:
Annus terribilis ha designado la organización Foro “Siglo XXI” al presente y agonizante 2009. Su documento, presidido por la vieja frase latina, es prolijo en enumerar los azotes que hemos recibido en este espacio de tiempo.
No queda nada más que agregar a ese texto, abundante en el desbordamiento de las crisis, de los atropellos, de las ignominias y de los fracasos.
El gobierno venezolano se ha hundido en su propia esencia. Ha cometido todas las tropelías, ha desencajado al lenguaje, ha hundido a la república en una pavorosa crisis. Advierte el documento que comentamos que en 2010 la presente situación de caos hará eclosión. De ello no hay duda, ya ni siquiera, por ejemplo, un repunte espectacular de los precios del petróleo podrá poner a flote la economía, diezmada PDVSA y vista la falta de probidad en el manejo de los dineros públicos. No hay tampoco recomposición política a la vista, más bien una descomposición interna del régimen y un agravar de los abusos de todo tipo que conducirán a la pérdida definitiva del escasísimo barniz de legitimidad que ha ido largando con el uso ilegítimo del poder.
Martes: el que se resbale
No, el padrino no va por la banca, es lo que pienso, contrariamente a la mayoría de los analistas. No puede comprar esos bancos, intervenirlos sin motivo, procurar alegatos falsos. Produciría una situación de quiebre definitivo, para lo cual no está en condiciones. Lo que ha hecho significa, si miramos bien, un fortalecimiento de la banca privada, pues hacia allí emigrarán los depósitos de los ahorristas. Lo que ha hecho –aparte de los alegatos de lucha interna- es dejar patente el fracaso del esfuerzo por crear una “burguesía revolucionaria”, una nueva clase emergente, tal como lo intentó Carlos Andrés Pérez en su momento. Esto es, la “revolución” pretendía crear sus propios “aliados ricos” y el castillo de naipes se le desplomó.
Entre otras razones porque la intervención que acabamos de vivir es una advertencia frente a las conspiraciones internas, lo que significa, más que menos, “tal como se los permití se los puedo quitar”. Aquello de “el que se resbale” no era contra los banqueros, era contra sus aliados. Ahora bien, los “aliados” verán que hacen, se quedan quietos y disfrutan de lo obtenido o se ponen hipersensibles y deciden que es mejor prescindir del hasta ahora benefactor.
En mi opinión optarán por lo primero y apenas asomarán algún antojo el congreso del partido procurando algunos escalones que los protejan. Por supuesto que no se puede dejar de lado la voracidad de la “burguesía revolucionaria” que puso en práctica aquello de “mientras más tengo más quiero”. ¿Los demás?, los demás parten del principio de “mientras no se meta conmigo”. Cosas del poder corrupto.
Miércoles: 2010, ¿annus mirabilis possibilis?
El 2010 amenaza con ser el año de la hecatombe, pero los venezolanos podemos convertirlo en el año del reinicio, del recomienzo, en un año bueno, esto es, en un annus mirabilis. Un año bueno significa ponerle coto a la desesperanza, organizar al país unido en su esencia, ejercer la resistencia con coherencia y determinación, torcerle la mano al régimen.
No se logrará con olvido de los males, sino resaltándolos en su verdad; no se logrará haciéndose falsas ilusiones de optimismo para ocultar lo que es obvio y patético; no se logrará con diversiones políticas falsas sino resaltando la evidencia de este caos disolutivo en que la república desfallece.
Jueves: guerra
Contrariamente a lo que todos piensan creo que la guerra es posible. Las bravuconadas tienen la verdad en el fondo. Este alumno mal aplicado de la academia militar tiene en su memoria las viejas enseñanzas de Colombia como el enemigo, ahora acrecentada por la muralla que el país vecino encarna ante sus apetencias de expansión “revolucionaria”. Dará y dará vueltas, si hay otro presidente distinto a Uribe mantendrá con él una breve luna de miel y luego volverá a las andadas, tal como ha hecho con Obama.
Si Uribe continúa la posibilidad estará más cercana. Mientras tanto espera pacientemente que arriben sus juguetes desde Rusia, se arma hasta los dientes, sueña con los mercenarios que le acompañarán en la aventura. La guerra es posible, aunque es probable que sea distinta, no abierta, como es factible que también se pelee en otras latitudes. Honduras, por ejemplo, es una “espina clavada en el corazón”, como dice el viejo bolero, y el “cantante” Zelaya aún aguanta otra interpretación.
Viernes
Todos los Judas se lavan las manos, a la espera de que no vayan por ellos y alborozados aplauden las decisiones gubernamentales. Todos los “comeflor” alzan sus plegarias al cielo por el “diálogo”, por la concordia, por la armonía con el gobierno, por un comportamiento “civilizado” ante las bandas armadas que agreden. Todos los calculadores de oficio se muestran tan decentes, comedidos, comprensivos y fraternos. Celebran, como descerebrados, la falta de competencia, unos, y otros el monopolio de las postulaciones.
La cobardía la identifican con democracia, su irritante falta de valor con armonía, su peculiar estilo de adaptación a la dictadura con moderación, su condición de adoradores del dios dinero con comprensión.
Sábado
Los judíos descansan, es Shabat. Hay judíos que no descansan en Shabat.
Domingo: ¿de resurrección?
El país se enerva, el país se engrincha, el país se arrecha, el país se sacude, el país se pone en guardia, el país asume su destino, el país se sacude las cenizas del Ave Fénix y emprende vuelo. El país mira los resultados y se pregunta cómo pudo caer de nuevo en la misma trampa.
El país suelta un manotazo, el país comienza por los más cercanos, por aquellos que dijeron estaban a su lado. El país decide, el país asume, el país arenga, el país dirige, el país hace caída y mesa limpia. En domingo se descansa, piensan los cristianos, a menos que haya que revivir.
La construcción del mundo no terminó en domingo, volvió a la vida en domingo, se inició en domingo. El domingo, el último día que será el primero de la nueva historia. Al tercer día resucitó. El país resucitó al tercer día. Y comenzó la Pascua de Resurrección. El domingo es el tercer día.
Este almanaque anda equivocado, el almanaque deja de ser rojo, el almanaque se destiñe para colocar sobre el tercer día la impronta del comienzo. Los días se llaman “padrino”, “cabrones” y resurrección.
TLM es escritor, traductor y editor. Codirige con Eva Feld la editorial Ala de Cuervo, en Caracas (http://aladecuervo.net).