Terrorismo. – «ESTUVE AHÍ. SOY UNA VÍCTIMA, PERO DIFERENTE…»

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Comparado con algunas otras personas, tuve suerte: salí ileso. Conservé mi trabajo. Llegué sin problemas a casa. Comparado con algunas otras personas, tuve suerte: salí ileso. Pero, comparado con la enorme mayoría de mis compatriotas, soy una víctima. Tuve vidrio en el pelo. Perdí un año de trabajo, y algunas cosas irrecuperables. Mi familia se volvió loca preguntándose si yo estaba bien. Mi hijo tiene pesadillas.

Cómo se le responde a un niño de cinco años –en sus propias palabras–: «¿Chocaron el edificio a propósito?». ¿Cómo se le responde cuando dice: «Yo creía que los pilotos eran buena gente»…?

Soy una víctima en otro sentido.

Comparto este ser víctima con todos mis compatriotas. Soy víctima no del terror, sino de la llamada «guerra contra el terrorismo».. Soy una víctima del gobierno fuera de control. Soy víctima de la explosiva deuda externa.

Soy una víctima porque vivo en un país que, de haber concitado la simpatía del mundo, es hoy un paria, proscrito entre las naciones, el Estado villano. Soy una víctima porque debo cuidar lo que digo. Y soy víctima porque mis derechos son conculcados, no por un grupo nebuloso y hostil de terroristas, sino por mi propio gobierno.

No habla por mí

Empero, en otro sentido, no comparto esta otra manera de ser víctima. Soy víctima del abuso.

He observado por años cómo mi gobierno –nuestro gobierno (se refiere a EEUU)– ha ido borrando mis derechos, robado mis libertades y procediendo a hacer naufragar la Constitucion en nombre de una falsa seguridad. He observado, y observado y observado cómo ha usado mi nombre –mi ser víctima– para hacer de mí una víctima otra vez.

No. No habla por mí.

Así que daré a conocer esta diario. Y haré algo. Me ofreceré como voluntario. Daré dinero. Significaré una diferencia. Éste es mi país, mi ser víctima y no permitiré que se abuse de mi victimización. No tengo pasra de mártir, no tengo pulsiones de muerte, espero que el terrorismo no golpée en ninguna parte otra vez.

Quienes fundaron esta nación sabían lo que hacían. Querían la libertad. Demandaron libertad. îsoeron sus vidas, sus bienes y su sagrado honor en la lucha por la libertad. Que ahora se ha reducido a esto. Pero es peor todavía que esto.

Una cosa sería pagar un alto precio para incrementar nuestra seguridad, pero lo hemos pagado a cambio de nada. Hemos apresado a millares, y hemos tenido que liberarlos; hemos espiado a nuestros conciudadanos, y no hemos encontrado nada. Nos hemos aliado con torturadores y, sin embargo, no vivimos más seguros.

En realidad, al procurar la unidad de nuestros enemigos, nos hemos debilitado –y ellos se han fortalecido–.

Esta víctima demanda finalizar la «guerra contra el terrorismo», esa guerra en verdad es una contra América (EEUU).

Acusemos al presidente.**

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* El señor Flom es un cientista social –en el área de la estadística–; trabaja con un grupo de investigadores que no persiguen fines de lucro y como consultor independiente. Vive en Nueva York con su cónyuge y dos hijos menores.

Texto aparecido en la agencia estadounidense independiente de información y análisis Common Dreams
(www.commondreams.org).

**El término empleado –en inglés: «impeach»– significa literalmente acusar a un funcionario público por falta grave en el cometido de sus deberes.
(Traducción: Piel de Leopardo).

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