Tiempo de elegir

2.220

Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Muitos amigos leitores têm solicitado minha opinião acerca de qual rumo dar às suas carreiras. Alguns, apreciam seu trabalho, mas não a empresa onde estão. Outros, admiram a estabilidade conquistada, mas não têm qualquer prazer no exercício de suas funções. Uns, recebem propostas para mudar de emprego, financeiramente desfavoráveis, porém, desafiadoras. Outros, têm diante de si um vasto leque de opções, muitas coisas por fazer, mas não conseguem abraçar a tudo.

Todas estas pessoas têm algo em comum: a necessidade premente de escolhas. Lembro-me de Clarice Lispector: «Entre o ?sim? e o ?não?, só existe um caminho: escolher.»

Acredito que quase todas as pessoas passam ao longo de sua trajetória pelo «dilema da virada». Um momento especial em que uma decisão clara, específica e irrevogável tem que ser tomada simplesmente porque a vida não pode continuar como está. Algumas pessoas passam por isso aos 15 anos, outras, aos 50. Algumas talvez nunca tomem esta decisão, e outras o façam várias vezes no decorrer de sua existência.

Fazer escolhas implica renunciar a alguns desejos para viabilizar a outros. Você troca segurança por desafio, dinheiro por satisfação, o pouco certo ao muito duvidoso. Assim, uma companhia que lhe oferece estabilidade com apatia pode dar lugar a outra dotada de instabilidade com ousadia. Analogamente, a aventura de uma vida de solteiro pode ceder espaço ao conforto de um casamento.

Prazer e Vocação

Os anos ensinaram-me algumas lições. A primeira delas vem de Leonardo da Vinci que dizia «A sabedoria da vida não está em fazer aquilo que se gosta, mas em gostar daquilo que se faz». Sempre imaginei que fosse o contrário. Porém, refletindo, passei a compreender que quando estimamos aquilo que fazemos, podemos nos sentir completos, satisfeitos e plenos, ao passo que se apenas procurarmos fazer o que gostamos, estaremos sempre numa busca insaciável, porque o que gostamos hoje não será o mesmo que prezaremos amanhã.

Todavia, é indiscutivelmente importante alinhar o prazer às nossas aptidões. Encontrar o talento que reside dentro de cada um de nós ao que chamamos vocação. Oriunda do latim vocatione, e traduzida literalmente por «chamado», simboliza uma espécie de predestinação imanente a cada pessoa, algo revestido de certa magia e divindade. Uma voz imaginária que soa latente, capaz de fazer advogados virarem músicos, engenheiros virarem suco. É um lugar no tempo e no espaço onde a felicidade tem sua morada.

Escolhas são feitas com base em nossas preferências. E aí recorro novamente à etimologia das palavras para descobrir que o verbo ?preferir? vem do latim praeferere e significa «levar à frente». Parece-me uma indicação clara de que nossas escolhas devem ser feitas com os olhos no futuro, no uso de nosso livre-arbítrio.

O mundo corporativo nos guarda muitas armadilhas. Trocar de empresa ou mudar de atribuição, por exemplo, são convites permanentes. A problema de recusá-los é passar o resto da vida se perguntando: «O que teria acontecido se eu tivesse aceitado?» Prefiro não carregar comigo o benefício desta dúvida. Por isso, opto por assumir riscos, evidentemente calculados, e seguir adiante. Dizem que somos livres para escolher, porém, prisioneiros das conseqüências.

Para aqueles insatisfeitos com seu ambiente de trabalho, uma alternativa à mudança de empresa é postular a melhoria do ambiente interno atual. Dialogar e apresentar propostas são um bom caminho. De nada adianta assumir uma postura meramente defensiva e crítica. Lembre-se de que as pessoas não estão contra você, mas a favor delas.

Por fim, combata a mediocridade em todas as suas vertentes. A mediocridade de trabalhos desconectados com sua vocação, de empresas que não lhe valorizam, de relacionamentos falidos. Sob este aspecto, como diria Tolstoi, «Não se pode ser bom pela metade». Meias-palavras, meias-verdades, meias-mentiras, meio caminho para o fim.

Os gregos não escreviam obituários. Quando um homem morria, faziam uma pergunta: «Ele viveu com paixão?».

Qual seria a resposta para você?

En castellano: Tiempo de Elegir

Muchos amigos lectores han solicitado mi opinión acerca de cuál rumbo dar a sus carreras. Algunos aprecian su trabajo, pero no la empresa donde están. Otros admiran la estabilidad conquistada, pero no encuentran placer en la realización de sus tareas. Unos reciben propuestas para cambiar de empleo, financieramente desfavorables, pero desafiantes. Otros, tienen delante de sí un vasto abanico de opciones, muchas cosas por hacer, pero no consiguen abarcar todo.

Todas las personas tienen algo en común: la necesidad de elegir algo. Recuerdo a Clarice Lispector: «Entre el ‘sí’ y el ‘no’, sólo existe un camino: elegir».

Creo que casi todas las personas pasan a lo largo de su trayectoria por el «dilema del cambio». Un momento especial en que una decisión clara, específica e irrevocable tiene que ser tomada simplemente porque la vida no puede seguir como está. Algunas personas pasan por eso a los 15 años, otras, a los 50. Algunas quizá nunca tomen esta decisión, y otras lo hacen varias veces en el transcurrir de su existencia.

Hacer elecciones implica renunciar a algunos deseos para dar viabilidad a otros. Usted cambia seguridad por desafío, dinero por satisfacción, lo poco cierto a lo muy dudoso. Así, una compañía que le ofrece estabilidad con apatía puede dar lugar a otra dotada de inestabilidad con osadía. Análogamente, la aventura de una vida de soltero puede ceder espacio al confort de un casamiento.

Placer y Vocación

Los años me enseñaron algunas lecciones. La primera viene de Leonardo da Vinci, que decía «La sabiduría de la vida no está en hacer lo que a uno le gusta, sino en gustar de lo que se hace». Siempre imaginé que fuera lo contrario. Sin embargo, reflexionando, pasé a comprender que cuando apreciamos lo que hacemos, podemos sentirnos completos, satisfechos y plenos, al paso que si apenas buscamos hacer lo que nos gusta, estaremos siempre en una búsqueda insaciable, porque lo que nos gusta hoy no será lo mismo que apreciaremos mañana.

Sin embargo, es indiscutiblemente importante alinear el placer a nuestra aptitud. Encontrar el talento que reside dentro de cada uno de nosotros al que llamamos vocación. Oriunda del latín vocatione, y traducida literalmente como «convocatoria», simboliza una especie de predestinación inminente a cada persona, algo revestido de cierta magia y divinidad. Una voz imaginaria que suena latente, capaz de hacer que abogados se vuelvan músicos e que ingenieros se vuelvan jugo. Es un lugar en el tiempo y en el espacio donde la felicidad tiene su morada.

Las elecciones se hacen sobre la base de nuestras preferencias. Es donde recurro nuevamente a la etimología de las palabras para descubrir que el verbo ‘preferir’ viene del latín praeferere y significa «llevar delante». Me parece una indicación clara de que nuestras elecciones deben ser hechas con los ojos en el futuro, en el uso de nuestro libre-albedrío.

El mundo corporativo reserva muchas trampas. Cambiar de empresa o cambiar de atribución, por ejemplo, son invitaciones permanentes. El problema de negarse a esto es pasar el resto de la vida preguntándose: «¿Qué hubiera pasado si yo hubiera aceptado?» Prefiero no cargar conmigo el beneficio de esta duda. Por eso, opto por asumir riesgos, evidentemente calculados, y seguir adelante. Dicen que somos libres para elegir pero prisioneros de las consecuencias…

Para aquellos insatisfechos con su ambiente de trabajo, una alternativa al cambio de empresa es postular la mejoría del ambiente interno actual. Dialogar y presentar propuestas son un buen camino. De nada sirve asumir una postura meramente defensiva y crítica. Recuerde que las personas no están en su contra, sino a favor de ellas mismas.

Por fin, combata la mediocridad en todas sus vertientes. La mediocridad de trabajos desconectados con su vocación, de empresas que no lo valoran, de relaciones fallidas. En este aspecto, como decía Tolstoi, «No se puede ser bueno por la mitad». Medias-palabras, medias-verdades, medias-mentiras, medio camino para el fin.

Los griegos no escribían obituarios. Cuando un hombre moría, hacían una pregunta: «¿Él vivió con pasión?».

¿Cuál sería la respuesta para usted?

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* Graduação em Economia pela FEA/USP, Publicidade pela ESPM/SP e especialização em Marketing pela MMS/SP e em Qualidade de Vida no Trabalho pela FIA-FEA/USP, é empresário, consultor, professor universitário, escritor e palestrante. Diretor da Infinity Consulting, Diretor do Simb/Abrinq e Membro Executivo do NJE/Fiesp.
Contatos através do e-mail tomcoelho@tomcoelho.com.br
Visite: www.tomcoelho.com.br

* Graduado en Economía en la FEA/USP, Publicidad en ESPM/SP y especialización en Marketing en la MMM/SP y en Calidad de Vida en el Trabajo en la FIA-FEA/USP, es empresario, consultor, profesor universitario, escritor y conferenciante. Director de Infinity Consulting, Director del Simb/Abrinq y Miembro Ejecutivo del NJE/ Fiesp.
Contactos a través del correo electrónico: tomcoelho@tomcoelho.com.br
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