Tierra del Fuego: Los bosques a salvo. Por ahora

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

No serán convertidos en astillas los árboles cuyo hábitat son 272 mil hectáreas en Tierra del Fuego, que tenía planificado talar la estadounidense Forestal Trillium Los terrenos fueron donados por la financiera Goldman Sachs, se conoció el 10 de setiembre, a la Sociedad de Conservación de la Vida Salvaje (WCS: Wildlife Conservation Society, en inglés).

La información, consignada por el diario La Prensa Austral de Punta Arenas señala que el banco de inversiones estadounidense Goldman Sachs había recibido la propiedad de la Trillium Corporation como parte del pago de las deudas que ésta mantenía con aquel. Trillium poseía en firme los bosques desde 2002.

fotoSegún el periódico magallánico «la propiedad fue traspasada por el banco al Fondo Caritativo Goldman Sachs, en agosto de 2003, entidad que entonces inició la búsqueda de una organización ambientalista en Estados Unidos para destinar el territorio a acciones de conservación. La donación a una entidad de ese país permitió al banco Goldman Sachs acceder a una rebaja de los impuestos que le corresponde pagar.

«El anuncio de este traspaso, considerado una de las mayores donaciones de tierras del mundo, se realizó ayer en nuestra ciudad, hasta donde llegaron los representantes de Goldman Sachs y de la WCS. Entre ellos, estaban el director de la institución financiera, Lawrence Linden, y el presidente de la organización ambientalista, Steven Sanderson». La información completa puede leerse en: www.laprensaaustral.cl/lpa/noticia.asp?id=12709.

El destino de las antiguas tierras de Trillium en Argentina, que suman unas 100 mil hectáreas -también de bosque nativo, mayoritariamente de lenga-, no está claro. Goldman Sachs los ha entregado en arrendamiento a la misma Trillium para su explotación, aunque no descarta su futuro traspaso al Fondo de Beneficencia del banco.

Los bosques del comienzo del mundo

fotoConstituido por no menos de 630.000 hectáreas de ancestrales bosques de lenga (Nothofagus pumilio), coihue o coigüe -llamado también guindo de Magallanes en esa zona- y ñire, de 10.000 años de vida, el bosque austral es frágil y no está debidamente protegido; en el área argentina de Tierra el Fuego la protección cubre apenas un 3,5 % del territorio.

Lengas, ñires y coigües. Pertenecen a la especie de los Nothofagus. En ocasiones las lengas superan los 30 metros de altura (aunque no suelen pasar de los 20) y viven alrededor de 300 años. Son árboles adaptados a lo largo de los siglos a las bajas temperaturas australes y son típicos del paisaje patagónico y de Tierra del Fuego.

Sus raíces crecen hacia los costados y no hacia abajo, por lo que pueden habitar lugares con pocos centímetros de suelo fértil. La lenga demora entre 70 y 100 años para alcanzar la edad adulta, por esta razón los bosques que se pierden se regenerarán con suma lentitud, permaneciendo mientras tanto el ambiente en un enorme grado de indefensión.

Hacia norte su hábitat llega hasta la provincia argentina de Neuquén, donde prospera hasta casi los 2.000 metros sobre el nivel del mar. La reproducción de la lenga es lenta y los retoños precisan de claros en el bosque para medrar; en algunas regiones forma bosques mixtos con sus primos coigüe, ñire, guindo -coigüe de Magallanes-, raulí, etc… Todas ellas en peligro.

En el sur de la Patagonia y en Tierra del Fuego los bosques comenzaron a retroceder por acción humana debido a la introducción de la ganadería ovina en gran escala por empresas ganaderas británicas hace poco más de un siglo. En la actualidad el deterioro del suelo en la región es procupante.

fotoConvertirlos en aserrín

Tradicionalmente se utiliza la madera de la lenga y otras subespecies para calefacción y cocina y la fabricación de algunos utensilos domésticos. La demanda internacional de astillas (chips) para aglomerados y otros usos industriales, y el abandono de los bosques australes -en realidad de todos los bosques nativos- por parte de las autoridades argentinas y chilenas, permitió que Trillium, una inmobiliaria estadounidense lograra adquirir decenas de miles de hectáreas.

Trillium Co., una firma que ha adoptado o mantiene los nombres de Lenga Patagonia, Forestal Trillium, Bayside, Forestal Savia, etc., fue autorizada por el gobierno de la Provincia de Tierra del Fuego -Argentina- para talar bosques nativos como parte del denominado Proyecto Río Grande. En los últimos años del siglo XX la firma había comprado 75.000 hectáreas de bosques en la región para empezar a «trabajar».

Según Greenpeace, esta empresa utilizó en el estado de Wáshington, EEUU, desde 1970 principalmente el método de la tala rasa. Por ello las autoridades ambientales la demandaron por poner en peligro los recursos naturales públicos, violar la reglamentación forestal y fracasar en el cumplimiento de las condiciones impuestas por los permisos de explotación.

En 1988 algunos parlamentarios chilenos amenazaron querellarse »contra quienes resulten responsables de la venta ilegal» de las 257.000 hectáreas compradas por la mencionada transnacional. Los bosques habían sido vendidos bajo la dictadura de pinochet a un dólar por hectárea; posteriormente, en una «patriótica» gestión, el gobierno de Patricio Aylwin (1990- 94) logró renegociarlos a tres dólares por hectárea. La lenga convertida en astillas en los mercados internacionales no baja de US$ 20/22 por pulgada y anualmente Trillum hubiera «manejado» sobre los 543.000 metros cúbicos de madera.

El ex presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle respaldó la explotación de esas 257.000 hectáreas de bosques de lenga al sur del Estrecho de Magallanes, entusiasmado por la promesa de la maderera de invertir US$ 200 millones en la empresa. En rigor la inversión de Trillium no sobrepasó los US$ 30 millones.

foto Talar la vida

No fue -ni es- Forestal Savia el único agente agresor del delicado ecosistema austral. En el extremo sur de Chile se ha venido cortando cada día una superficie equivalente a la de 12 estadios de fútbol. No es mucho si se compara con la deforestación de la Amazonia: una cancha por minuto. Una de las principales firmas depredadoras es Magallanica Industrial y Comercial S.A., que suscribió con la japonesa Sumitomo Corporation, un contrato de abastecimiento de astillas de lenga por varios años.

Los chips son pequeños trozos rectangulares de madera de hasta cinco centímetros cuadrados que se utilizan -según el rubro de la industria- en la obtención de celulosa para elaborar papel, para fabricar envases y cajas o simplemente planchas de madera aglomerada.

La tala extensiva de árboles -y en especial la tala rasa en el norte de la región- amenaza los bosques meridionales de lenga y ñire, que son árboles de lento crecimiento, por lo que podría tomar muchas décadas su recuperación, si restaran para entonces árboles suficientes para ello.

Los bosques conforman microuniversos en los que es posible encontrar una enorme variedad de formas de vida: pumas, guanacos, nutria austral de río, caiquén, cóndores andinos, zorros, huemules y otra aves, animales e insectos.

En la discusión planteada en los años finales del siglo pasado, algunos expertos forestales sostuvieron que el bosque fueguino era «viejo», estaba en decadencia y había llegado al límite de su capacidad natural de reproducción, por lo que era conveniente permitir su explotación racional: es decir, abrir claros para estimularlo a crecer.

Según la Sociedad de Ecología de Chile es incorrecto hablar de un bosque en decadencia o sobremaduro, porque los ecosistemas son heterogéneos y se encuentran en continuo cambio. Los tiempos del árbol -hay especies que viven cuatro o cinco mil años, como el ciprés- nos son por cierto los tiempos de quienes buscan ganancias dispuestos a pagar para ello el precio de la vida -ajena claro está-.

Es penoso que los Estados entreguen el manejo de la soberanía ambiental -lo que acaso incluye también la libertad de los habitantes bajo su imperio- a entidades privadas extranjeras. Pero sobre ello los gobiernos chilenos y las elites del país saben mucho.

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Mayor información puede encontrarse en:

www.patagonialandtrust.org

www.elbosquechileno.cl/38gondwana.html

www.ecoportal.net/content/view/full/25016

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