Para la valiente tripulación de la Flotilla Global Sumud, que nos devuelve la dignidad como especie
Lanzado al mundo en 2017 por la compañía privada china ByteDance, TikTok se convirtió rápidamente en una de las redes sociales más importantes del planeta. A inicios de 2025 contaba con 1.600 millones de usuarios activos, más de la mitad de ellos fuera de China, de los cuales se estima 170 millones son norteamericanos (1 de cada 5 estadounidenses obtiene noticias de esa red; 4 de cada 10 entre el segmento que va de los 18 a los 29 años). Hoy por hoy, es la plataforma de mayor crecimiento entre las capas más jóvenes de la población mundial.
Pues nada más y nada menos que un consorcio liderado por la gigantesca compañía Oracle, con sede en Texas, y que ya almacenaba los datos de TikTok en los EU. Su principal accionista es un magnate estadounidense de 81 años que, a diferencia de Elon Musk, es relativamente poco conocido por la opinión pública: Larry Ellison. Ellison, además de nuevo propietario, también asumiría funciones clave en el manejo de la seguridad, los datos y la auditoría del algoritmo. En una palabra: será el nuevo mandamás de la plataforma de los videos verticales en los Estados Unidos, una empresa valorada en 14 mil millones de dólares.
Pero tal vez lo más relevante del caso, no radique en el monto de la transacción, sino en sus implicaciones de poder en el largo plazo. Como afirma una nota de la BBC “Los inversores controlarán el algoritmo que impulsará la versión estadounidense de TikTok, y los estadounidenses ocuparán seis de los siete puestos del consejo de administración que la supervisará”.
¿Por qué es (geo)políticamente relevante el papel de Larry Ellison y qué tiene que ver Israel en el asunto?
A confesión de parte, relevo de pruebas, dice el viejo adagio. A día seguido después del anuncio, ante un auditorio de “podcasters” y tiktokeros en el consulado de Israel en Nueva York, un Bejamín Netanyahu sin pelos en la lengua sentenció: “Las armas cambian con el tiempo; la más importante son las redes sociales“, rematando que la compra de TikTok “es la compra más importante que se está haciendo ahora mismo”.

Una compra que, dicho sea de paso, había sido precedida un mes antes con el nombramiendo de Erica Mindel, una ciudadana norteamericana y ex instructora militar israelí, como nueva Directora de Políticas Públicas para el Discurso de Odio de la compañía. Entonces ¿Israel compró TikTok? Depende como sea vea. La clave está en Larry Ellison y sus vínculos con el Estado genocida. ¿Quién es pues el mentado Ellison?
El dueño de Oracle (aplicaciones en la nube, bases de datos y servidores, con 160 mil empleados alrededor del globo) es actualmente la segunda persona más rica del planeta (solo detrás de Musk), con una fortuna valorada en 350 mil millones de dólares, de acuerdo a Forbes. Vive en la isla hawaiana de Lanai, que compró en 2012 en 300 millones de dólares; es accionista de X y Tesla; posee casi el 50% del gigante mediático Paramount-Skydance (CBS inluida), con valor de 28 mil millones de USD. Dato curioso aportado por Forbes: “Ellison nunca terminó la universidad.

Empezó creando bases de datos para la CIA”. Su persona de confianza en los negocios: Safra Catz, la CEO de Oracle desde 2014, nacida en Israel y, al igual que Ellison, amiga personal de… Netanyahu. De acuerdo a una nota de prensa, “unos meses antes del inicio de la guerra genocida en Gaza, Catz se reunió con Netanyahu para hablar sobre la expansión de los proyectos de Oracle en los territorios ocupados por Israel”. Pero este no es un hecho aislado, las relaciones carnales entre el nuevo dueño de TikTok e Israel vienen de tiempo atrás, tanto así que en alguna ocasión Ellison le llegó a ofrecer a Netanyahu un puesto en el consejo de administración de Oracle.
De acuerdo a los datos proporcionados por el BDS Movement, en 2019, Oracle alquiló un centro de datos subterráneo en Har Hotzvim, Jerusalén, para proporcionar a los bancos, fondos de salud y fuerzas militares de Israel servicios de procesamiento de IA y almacenamiento de información; en 2021 se convirtió en la primera empresa tecnológica multinacional en vender servicios en la nube a Israel dentro de los territorios ocupados; en 2022, acogió a soldados y desarrolladores de software del C41 Corp. del ejército israelí para que aprendieran a utilizar la nube de Oracle con fines militares…
No por nada, Catz, la gerenta todopoderosa de Oracle afirma que “para los empleados, está claro: si no estás a favor de Estados Unidos o Israel, no trabajes aquí”; tampoco es en vano lo que comentaron algunos de sus empleados a The Intercept “El ambiente es horrible, a la gente le aterroriza siquiera mencionar Palestina”. De acuerdo a esta misma fuente, ni bien inició la retaliación militar de Israel en Gaza en octubre de 2023, Catz exigió que la inscripción “Oracle Stands with Israel” apareciera en todas las pantallas de la empresa, en más de 180 países.
En el mismo contexto de la agresión contra los gazatíes Oracle desarrolló el proyecto “Palabras de hierro”, en colaboración con los ministerios israelíes “para ayudar al país a elevar el contenido proisraelí y contrarrestar las narrativas críticas en TikTok, Instagram y Twitter”. En otras palabras, un arma puesta al servicio de la propaganda, en ese teatro de operaciones que hoy se ha vuelto fundamental como el propio Netanyahu lo sabe: la guerra cognitiva.
The Intercept también nos informa que hace un año Oracle se asoció con una de las mayores empresas de defensa de Israel, Rafael Advanced Defense Systems, en un proyecto de IA para proporcionar “a los combatientes información rápida y procesable en el espacio de batalla”. O sea, guerra en el territorio.
La relación con Trump y su consolidación como emperador mediático
Por muy cercanas que sean las relaciones de Ellison con el Estado de Israel y con su ejército -también ha sido un gran donador de la organización estadounidense Amigos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FIDF) que canaliza millones de dólares a los soldados de ese país– habría sido muy dificil que su compañía tuviese el beneplácito de la administración Trump, si su dueño no guardara proximidad con el propio presidente de los Estados Unidos.

Después de muchos años de haber donado a ambos partidos pero más cercano a los demócratas (admirador de Clinton, desencantado con Obama), la balanza de Ellison comenzó a correrse hacia el bando republicano, sobre todo a su línea más radical. En 2016 donó una importante suma a Marco Rubio, en las primarias republicanas y, de acuerdo a Wired, después se convirtió en un “donante y recaudador de fondos confiable del Partido Republicano durante los ciclos de 2020 y 2024”, lo que le permitió acercarse mucho a Donald Trump. Aunque tal vez un tanto exagerado, uno de los asesores de Trump entrevistados por ese portal se refirió el dueño de Oracle como “el presidente en la sombra de los Estados Unidos”.
En cualquier caso, lo que es seguro es que el amigo personal de Netanyahu y Trump no va a conformarse con su última adquisisción a los chinos. Los medios de prensa de EU vienen informando durante las últimas semanas que los Ellison (Larry y su hijo/heredero David) van por más. Ahora tienen entrecejas la adquisición de Warner Brothers Discovery (que incluye CNN). De acuerdo a la organización nacional de vigilancia de los medios de comunicación FAIR, de concretarse la compraventa, se estaría “creando un nivel de consolidación de medios sin precedentes” en la historia de los medios a escala global, que incluiría poderosos canales de noticias, productoras de cine, televisión por cable… a las cuales hay que sumar el control sobre TikTok.
El peligro de la hiperconcentración de poder mediático ha sido señalado por diversos grupos. La senadora por Massachusetts Elizabeth Warren advirtió que los organismos de control debería bloquear la posible fusión “por ser una peligrosa concentración de poder”. O, como señala el profesor de Sociología Digital Steven Buckley: “No es señal de una democracia sana que multimillonarios compren todos los medios de consumo cultural”. Por lo pronto, y con independencia de que esta última jugada del clan Ellison se concrete, su compra de TikTok, bendecida por la dupla Trump-Netanyahu, vuelve a enceder las señalas de alarma respecto al maridaje entre intereses económicos, geopolíticos y militares; justo en un momento en el que pareciera despertarse la conciencia planetaria en torno a la urgente necesidad de detener a las maquinarias bélicas de Israel y de los Estados Unidos.
* Docente de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas y miembro del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Central del Ecuador.
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