TLC Uruguay-China y la supervivencia del Mercosur: el tiempo lo dirá
La prensa pro-oficialista uruguaya destacó que los gobiernos iniciaron contactos formales para definir el cronograma de las negociaciones, y que una importante delegación de la cancillería china visitó Montevideo y tuvo altas reuniones políticas en las que reafirmó el interés del gobierno de Xi Jinping por firmar el acuerdo comercial, satisfaciendo los anhelos y el empecinamiento del presidente uruguayo Luis Lacalle, que intenta dejar en el camino a sus socios del Mercosur, Argentina, Brasil y Paraguay.
Lacalle, tras no aceptar la decisión del Mercosur de negociar conjuntamente el tratado de libre comercio de China, sabe que tiene el reloj en su contra y que los tiempos los marca Beijing. Según la información oficial, se adelantó la hoja de ruta de las negociaciones, con particular énfasis en las áreas definidas como sensibles, las que quedaran establecidas en el estudio de factibilidad, cuyo resultado «positivo» fue dado a conocer semanas atrás.
El gobierno neoliberal uruguayo alega que las normas del Mercosur le permiten realizar TLC bilaterales con cualquier país ajeno al Mercosur, y anunció en la última cumbre del bloque en Paraguay que avanzará por ese camino con China.
Los gobiernos de Argentina y Paraguay afirman que las normas del Mercosur impiden a Uruguay hacer eso sin autorización del resto del bloque, mientras que Brasil no se ha pronunciado con claridad sobre el asunto (Jair Bolsonaro se ausentó de la cumbre), mientras sus ministerios de Economía y de Relaciones Exteriores no se ponen de acuerdo sobre el modo de encarar las relaciones con el bloque regional.
El lenguaje diplomático no se caracteriza por su crudeza, y las formas del pensamiento y la oratoria en China tienen complejidades y sutilezas propias. Cai Wei, director para América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, visitó Uruguay, en el marco de una gira que abarca también Argentina, Colombia, Chile, México y Perú, y habló de la posibilidad de un tratado de libre comercio (TLC), pero el significado de sus palabras es materia opinable, señala la diaria.
Cai dijo que China es una firme partidaria del libre comercio y está dispuesta a negociar y suscribir tratados con todos los interesados, de modo que lo haría tanto con el conjunto del Mercosur como con Uruguay. Pero también dijo que no quiere interferir en los asuntos internos del bloque, porque, al “igual que Uruguay, Brasil y Argentina también son buenos amigos de China”, y que “espera que las partes del Mercosur puedan negociar de manera amistosa entre sí, a fin de crear un mejor entorno para la cooperación de libre comercio chino-uruguaya”.
El canciller Francisco Bustillo mantuvo una reunión con Cai Wei, reunión que fue ampliada al secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, y la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche. Según fuentes de la Cancillería, no es necesario firmar un MOU (memorándum de entendimiento) para el inicio de las negociaciones. Un MOU es algo que China ha venido realizando con los últimos países con los que ha negociado como Ecuador o Costa Rica.
Los estudios de factibilidad tradicionales suelen analizar qué pasará con los factores estáticos como las importaciones y exportaciones a partir de un modelo de rebaja de aranceles, mientras que los más sofisticados incorporan factores dinámicos, más difíciles de cuantificar, como qué puede ocurrir en materia de inversiones y cooperación.
En tono más político, Cai Wei dijo a la prensa que China está “abierta a la cooperación tanto con el Mercosur en conjunto como con Uruguay en particular” y que le gustaría “profundizar aún más en la cooperación de beneficio mutuo a través de varias formas, incluyendo TLC, con la premisa de la no interferencia de los asuntos internos del Mercosur».
Una de las grandes preguntas es qué pasará si en el Mercosur no se negocia de manera amistosa ni se crea un mejor entorno, y más concretamente si China está dispuesta a un TLC con Uruguay con la oposición de Argentina y Brasil, dos países cuya importancia para sus intereses es obviamente mayor, desde lo comercial hasta lo geopolítico.
Si alguien le hubiera hecho directamente esa pregunta a Cai, probablemente el diplomático habría respondido, en términos elegantes, cordiales y ambiguos, algo que podría traducirse como “veremos”, señala la diaria.
En algunas versiones planteadas desde el oficialismo parece, por momentos, que el TLC con China está al alcance de la mano y que sólo faltan algunos trámites formales para firmarlo. En otras, se considera probable, o al menos posible, que Argentina, Brasil y Paraguay “se sumen” a las conversaciones, que en tal caso dejarían de ser bilaterales y, por lógica, cambiarían de temario, para abarcar una cantidad mucho mayor de asuntos complicados.
Sin siquiera considerar las listas de productos y excepciones, hay que recordar que Paraguay reconoce a las autoridades de Taiwán como único gobierno legítimo (en el exilio) de China y no parece nada probable que el gobierno de Jair Bolsonaro vaya a tomar decisiones relevantes antes de las elecciones del 2 de octubre. Y, como es notorio, Alberto Fernández tiene problemas más acuciantes de los que ocuparse en Argentina. La realidad nos impone paciencia, una virtud muy oriental.
Cai también transmitió el interés de China por recibir una misión oficial encabezada por Lacalle, quien analizó al menos dos veces la posibilidad de viajar a Beijing en los más de dos años de mandato. La primera la descartó porque tenía que hacer una cuarentena de 14 días en China, mientras que la segunda se evaporó ni bien supo que tenía que aterrizar en un avión oficial y no podía llegar en un vuelo de línea.
China es el principal socio comercial de Uruguay y representa el 30% de las exportaciones. El año pasado, compró productos por más de 3.200 millones de dólares. La carne vacuna representa el 45% de las exportaciones y también se destacan la venta de madera, lácteos, celulosa y soja. Las importaciones, en tanto, alcanzaron 1.996 millones de dólares en 2021, en especial de productos químicos, electrodomésticos y vehículos.
Las alertas están en los perjuicios que pueden ocurrir con los industriales uruguayos, una preocupación que incluso se ha extendido a todo el Mercosur. “Hay que ver los sectores que se benefician, los que quedan con mayor competencia y medidas que complementen esos dos polos. Vamos a negociar en pro de Uruguay y en diálogo con todos”, expresó Lacalle cuando hizo el anuncio.
**Periodista uruguayo, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)