El presidente de EU Donald Trump, exigió este lunes una «investigación a fondo» sobre las personalidades, la mayoría artistas, que apoyaron la campaña electoral de Kamala Harris en 2024, incluyendo a Bruce Springsteen y Beyoncé, alegando que sus apariciones junto a su contrincante demócrata fueron contribuciones potencialmente ilegales.

«¿Cuánto le pagó Kamala Harris a Bruce Springsteen por su mala actuación durante su campaña presidencial? ¿Por qué aceptó ese dinero si es tan fan de ellas? ¿No es una contribución de campaña importante e ilegal? ¿Qué hay de Beyoncé? ¿Y cuánto fue para Ophrah (Winfrey) y Bono (cantante de U-2), escribió Trump en su perfil de su red Truth Social.
No es raro que políticos utilicen canciones populares en sus eventos y actos electorales, pero muchos artistas trazan el límite cuando se trata de Donald Trump. Desde que el expresidente empezó a hacer campaña para las elecciones de 2016, a algunos músicos no les ha hecho ninguna gracia que el equipo de Trump haya reproducido su música, usualmente sin previa autorización.
Desde la cantante canadiense Céline Dion hasta la familia del icono del soul Isaac Hayes lo han intentado todo, desde emitir declaraciones públicas hasta enviar cartas de cese y desistimiento a Trump a través de abogados. A Céline Dion no le gustó cuando Donald Trump usó su clásico de Titanic, ‘My Heart Will Go On’ en un mitin de campaña hace poco. “¿Es en serio? ¿Esa canción?”, escribió la artista en redes sociales cuando se enteró de que habían reproducido su tema. El equipo de la estrella canadiense emitió una declaración el 10 de agosto, condenando al expresidente por “uso no autorizado” del tema de la película de los 90. “Céline Dion no avala este ni ningún uso similar [de la canción]”, decía la declaración del equipo.
La familia de James Horner, el compositor de la canción que murió en 2015, también dijo en una declaración que “la familia Horner no avala o apoya la campaña de Trump/Vance o el uso de la canción en sus eventos. La campaña no refleja las creencias y valores de James Horner ni de su familia. Para sus familiares es importante que su música no sea usada por aquellos que buscan beneficiarse indebidamente de su obra tras su muerte”.
Pero el presidente continuó hasta hoy con el ataque incesante contra artistas, organizaciones culturales, museos y universidades que no apoyaron su candidatura, mientras se alargan las listas de libros censurados y ataques contra periodistas. Sabe que es necesario callar la cultura y borrar la memoria colectiva para imponer su proyecto de poder.

Trump regresó de su «gira de la corrupción» por Medio Oriente enviando un mensaje contra dos superestrellas estadunidenses de la música: Bruce Springsteen y Taylor Swift. Se enojó de que El Jefe, en un concierto en Inglaterra, lo había criticado y en un mensaje por redes sociales, el comandante en jefe del país más poderoso del planeta declaró que Springsteen es de izquierda radical, que no es un tipo talentoso y que “esa ciruela pasa de rockero… debería mantener cerrada su boca hasta que regrese al país… ¡y entonces veremos cómo le va!”
No se sabe por qué, pero también decidió atacar a Taylor Swift preguntando: “¿se han dado cuenta de que desde que dije ‘odio a Taylor Swift’, ya no es hot”? El gremio nacional de músicos AFM denunció que estos dos de sus miembros fueron atacados personalmente por el presidente de Estados Unidos.
En Mánchester, Inglaterra, Bruce Springsteen dijo al iniciar su concierto: “invocamos el poder justo del arte, de la música, del rocanrol, en estos tiempos peligrosos. Mi casa, la América que amo… está actualmente en manos de un gobierno corrupto, incompetente y traicionero. Esta noche pedimos a todos los que creen en la democracia… a levantarse con nosotros, declararse contra el autoritarismo y hacer que suene la libertad…”

Trump llamó «imbécil prepotente» a Springsteen: «Veo que el sobrevalorado Bruce Springsteen va a un país extranjero a hablar mal del presidente de Estados Unidos», dijo el mandatario . «Nunca me gustó, nunca me gustó su música ni su política de izquierda radical y, lo que es más importante, no es un tipo con talento. Solo un imbécil prepotente y desagradable que apoyó fervientemente al corrupto Joe Biden, un idiota mentalmente incompetente y nuestro PEOR presidente de la historia, que estuvo a punto de destruir nuestro país», señaló en su red social.
Otra voz, la de Robert de Niro, en Cannes, al recibir una Palma de Oro por su carrera, declaró: «en Estados Unidos estamos luchando como el infierno por la democracia». Subrayó que “el arte es inclusivo, une a la gente… busca la libertad, incluye la diversidad… Por eso somos una amenaza para los autócratas y fascistas de este mundo”.
La polémica hizo que la Federación de Músicos de Estados Unidos defendiera a Taylor Swift y Bruce Springsteen, ambos objeto de insultos por parte del presidente: «Bruce Springsteen y Taylor Swift no solo son músicos brillantes, sino también modelos a seguir e inspiración para millones de personas en Estados Unidos y en todo el mundo», aseguró el presidente del gremio, Tino Gagliard, en un comunicado.
* Economista, politólogo y analista estadounidense, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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